Un peliverde estaba en el sofá cama de su habitación acostado y apoyando su cabeza en sus brazos cruzados mirando una película de caricaturas en la televisión, mientras, Bakugou se hallaba en la cama del menor leyendo un libro que encontró en la repisa del mismo, le encantaba leer muchísimo, así que qué mejor que hacerlo en compañía del chico que le gustaba.
Estuvieron un buen rato así en silencio, un silencio llenador y tranquilo, cada uno estaba metido en lo suyo. Katsuki casi se había terminado el libro ya que no era largo, tan solo ciento treinta páginas, y aunque era algo penosa la historia se metió mucho en la trama.
Katsuki ahora estaba viendo el reloj de su teléfono mientras seguía en lo suyo, estaba demasiado metido en la narración.
—Brócoli, ya son las nueve con diez —alzó la voz luego de varios minutos.
No se veían ni indicios de que Izuku fuese a mover una pierna así que se giró a verlo ya que no hubo respuesta de su parte. Efectivamente y como el rubio había pensado se había quedado dormido mientras miraba la televisión. Tenía sus ojitos cerrados y la boca entreabierta mientras respiraba con tranquilidad, había sido un día muy largo después de todo.
Bakugou dejó el libro de lado y se bajó con cuidado de la cama para no hacer tanto ruido, se puso en cuclillas al frente de Midoriya quedando al frente de su rostro y empezó a observarlo. Sus rasgos tan finos y suaves a la vista le gustaban mucho, lo que si no destacaba en él eran sus pestañas cortas, pero al menos lo recompensaban sus grandes y redondos ojos, quienes ahora se mantenían cerrados.
"Que precioso."
Inconscientemente levantó un poco la comisura de sus labios, tenía muchas ganas de besarlo ahora mismo, pero lo mejor sería dejarlo ahí tranquilamente, no quería perturbarlo. No debía seguir sus instintos, no ahora que tiene la confianza con Midoriya, no quería faltarle el respeto.
Entonces levantándose nuevamente y abandonando su vista sobre el otro encontró el control de la televisión y la apagó, luego de eso fue a ponerse sus zapatos para ir retirándose de ahí, sería mejor que vuelva a casa para no preocupar a su hermano, y aparte ya había quedado en algo con Midoriya, quien no se pondría contento al ver que sigue ahí y no se ha ido a casa.
Ya terminado de vestirse fue a devolver el libro dejándolo marcado en donde quedó con uno de los marca páginas que había ahí y lo dejó en la repisa. Le dio una última mirada al peliverde y se puso a pensar que quizás si lo dejaba ahí podría caerse al tratar de darse una vuelta, así que con ese cargo de conciencia en su mente decidió llevarlo a su cama.
Entonces fue directamente hacia la cama y la abrió acomodando bien las almohadas, luego caminó hasta el pecoso y con un cuidado increíble lo levantó sin despertarlo, tan solo lo escuchó balbucear un poco haciéndole mucha gracia, pero no debía hacer ruidos, así que con una fuerza de voluntad increíble reprimió una pequeña carcajada.
"Que sueño más profundo."
Tomándolo de una forma extraña logró acomodarlo bien en la cama, le quitó los zapatos y los dejó a un lado en el suelo. Acto seguido tapó bien a Izuku sin moverlo mucho, solamente lo dejó ahí.
Era hora de irse, pero se sentía tan vacío solamente por pensar que debía decirle adiós ahora mismo, aunque en realidad ni siquiera podía decírselo.
Con una idea en su cabeza caminó hasta el escritorio del dueño de la habitación y visualizó una pequeña libreta, la abrió en la última página, pues no quería espiar sus cosas, y entonces tomando un lápiz empezó a escribir algo en la hoja, algo que quizás le costaría un año en poder decir nuevamente por su terrible y enorme ego.
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fuck me, daddy [katsudeku]
FanfictionIzuku tiene sentimientos fuertes hacia Katsuki, un chico tan misterioso que esconde un gran secreto, pero este solo ve al pecoso como alguien más para follar. O eso es lo que quiere demostrar. - Lo único que conservo de los personajes son sus caract...