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-¿A-asui?

Ashido estaba siendo acorralada por la peliverde dentro del cubículo de los baños de mujeres, el cabello de esta última le cubría todo el rostro ya que su cabeza estaba inclinada hacia adelante.

-Soy amargada, Mina, lo tengo claro -empezó hablando la más alta en voz baja-. Trato de tener un bajo perfil porque es mi caparazón.

La mayor estaba atenta a las palabras que decía la adolescente, se notaba que le costaba bastante decir algo como eso.

-Lo que quiero decir es... Ugh -Tsuyu tomó una pausa soltando el aire que tenía aprisionado en sus pulmones-. No quiero hablarte así como le hablo a los demás, pero esta es mi forma de ser, y si por eso ya no sientes algo por mi lo entiendo.

Ashido subió su mirada para hacia la menor, armándose de valor llevó su mano hasta un mechón de cabello de Tsuyu y lo puso detrás de su oreja para poder verla a los ojos. Se notaba que estaba desganada y eso la puso algo triste.

-Asui, a mi me gustas por como eres -Mina se sonrojó y batió sus pestañas-, sé perfectamente como es tu personalidad y eso no cambia en nada m-mi sentir.

La peliverde levantó su mirada algo dudosa y vio esa radiante sonrisa en los labios de la más baja, se veía tan hermosa que hasta podría babear ahí mismo. Ahora ya se sentía segura por haber escuchado a Ashido, es que era todo lo que necesitaba saber para continuar. Le gustaba muchísimo y ya no podía ocultarlo más.

Dando un pequeño paso hacia adelante volvió a inclinarse hacia la mayor y la abrazó pasando sus manos por la espalda ajena. De inmediato la otra correspondió el gesto con una sincera sonrisa, estaba contenta de pasar tiempo con ella y menos mal había resuelto eso que tanto le comía la mente.

-¿Quieres terminar lo de la otra vez? -preguntó la menor llevando su boca al cuello de Ashido y dejó un pequeño beso ahí.

"Alto ahí, velocista."

-¿Q-qué cosa? -preguntó haciéndose la desentendida.

En realidad Ashido se ponía muy nerviosa por ese tipo de cercanía y Tsuyu lo sabía perfectamente.

-Esa vez en mi casa -le recordó-. ¿No quieres? -preguntó mordiendo levemente la zona que estaba estimulando.

-A-ahm, yo...

La mayor cerró sus ojos mientras sentía la lengua de la más alta pasar por su cuello, le daba un poco de cosquillas, pero se sentía tan bien.

-¿Hm? -volvió a preguntar la paliverde separándose y viéndola a los ojos esperando por su respuesta.

La pelirrosa miró hacia un lado con las mejillas rojas como tomate a más no poder y asintió levemente. Tsuyu ya teniendo su permiso entreabrió sus labios con lujuria y acercó su rostro al contrario mientras lo alzaba un poco por el mentón para poder verla mejor. Ahora ambas tenían la mirada en la otra, se miraban con un deseo intenso que nunca antes habían sentido.

Sin esperar nada más la más alta posó sus labios sobre los de Ashido y empezó a moverlos a un ritmo suave, sin previo aviso introdujo su lengua en la cavidad ajena haciéndola quejarse con su garganta levemente. Ambas lenguas danzaban sin prisa, tan solo eran ellas dos ahí en su mundo demostrándose cariño la una a la otra.

La mano derecha de Asui viajó desde los pechos de Mina hasta su estómago bajo haciendo a esta última soltar varios gemidos mientras su boca era devorada. Cuando la mano pasó por encima de su parte íntima se separó instintivamente del beso dejando su húmeda y escurriente lengua afuera para poder jadear.

Asui sentía que estaba en el cielo, el pequeño cuerpo de la mayor era algo sensible, cosa que en serio la hacía encenderse mucho, se veía tan erótica con ese rostro que estaba haciendo, y por lo mismo siguió masajeando el lugar de arriba hacia abajo.

fuck me, daddy [katsudeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora