fuck me, daddy [katsudeku]

25

Al final del día el grupito de amigos del peliverde se puso de acuerdo para ir al local de Inko, esa tarde Denki se había propuesto a decirles a todos lo que había hecho; por su puesto que no esperaba a que todos reaccionasen como Midoriya ya que asumía toda la responsabilidad sobre ello.

Ya estando dentro del local luego de una corta caminata los volvió a recibir la treintañera alegremente, por alguna extraña razón ese día andaba mucho menos desagradable de lo normal y Deku no entendía por qué, pero no se quejó para nada.

-¿Kirishima y los demás no vinieron? -preguntó curiosa la adulta como si estuviese buscando entre ellos a los otros muchachos.

-Eh... no. Quisimos venir solamente nosotros esta vez -respondió su hijo mientras se volteaba a verla con un rostro de "vete de aquí luego".

-Ya veo -respondió rodando los ojos en su dirección y se decidió a cambiar el tema-. Izuku, ¿cómo ha estado mi yerno? Digo... ¿El enojón de Bakugou?

"¡Mierda! ¡olvidé que me iba a ver con Bakugou!"

Esto es peor que malo, esto es pésimo.

-¿Izuku? ¿Te sientes bien? -preguntó ella algo preocupada al ver su extraña reacción.

Inko le puso la palma de su mano en la frente de su hijo para chequear que estuviera todo en orden pero él la quitó de un no fuerte manotazo.

-¡L-lo siento, tengo que irme!

Se disculpó con evidente nerviosismo gritando para ir corriendo a la salida del local e irse en dirección al instituto.

-¿De... Ku? -preguntó Uraraka haciendo una mueca extraña y graciosa.

-¿Qué habrá pasado? -preguntó Iida colocándose la mano en el mentón y se puso pensativo respecto a lo que acababa de pasar.

-Tan solo Inko nombró a Bakugou -dijo Asui mientras miraba con desinterés las puntas de su larga cabellera.

Aquello que Asui dijo provocó que todos se mirasen cómplices para luego sonreír como idiotas, pues estaban emocionados de ver a Izuku avanzar.

-¿Se imaginan que Izuku tuviese útero? -preguntó la madre peliverde llamando la atención de los adolescentes mientras apoyaba su peso en una pierna y se cruzaba de brazos-. Menos mal que tampoco le gustan las niñas, no quiero ser abuela aún, que fastidio.

El grupito solamente se reía por las palabras de la mujer, sentían que cada vez decía más cosas embarazosas sobre su hijo pero siempre eran comentarios divertidos, no tenían nada que decir en contra de ello.

Inko se fue de ahí para dejarlos solos y que siguieran conversando. Ya cada uno había pedido algo para tomar y comer mientras Kaminari se expresaba con ellos. Lo bueno fue que lo escucharon hasta el final y Kaminari lo agradeció infinitamente.

-Entonheh por eho Jirou no ha venido hoy.

Concluyó la castaña masticando el queque de chocolate que no le permitía hablar correctamente ya que se llevó un gran pedazo a la boca.

-Oye, ten más respeto, me repudia que hagas eso, cochina -la regañó el de lentes.

Este dejó de tomarse el té para limpiarse la boca asqueado pero con demasiado drama para el gusto de Uraraka.