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Entonces Izuku se dejó llevar por el chico hacia la salida del lugar, iban casi a salir cuando alguien se interpuso en su camino bruscamente con una cara de pocos amigos.

-Katsuki Bakugou -habló deteniéndose al frente suyo mientras lo saludaba con una cínica sonrisa-. Que sorpresa que vinieras, ¿la estás pasando bien?

-Suéltalo ahora -ordenó con poca paciencia mirándolo fijamente a los ojos, ojos llenos de locura y ambición.

Izuku bajó la mirada por la cercanía que estaba teniendo con Kacchan en esos momentos, no quería topárselo y ahí estaba, en frente suyo volviendo a tener una discusión con Shindo, pero no entendía que pretendía.

-Oblígame -lo retó levantando una ceja mientras lo amenazaba la mirada.

Bakugou fue directamente hacia donde tenía agarrado al chico para deshacer el tacto entre ambos, pero Shindo fue más rápido y le pegó un manotazo bien fuerte mientras escondía al peliverde detrás suyo.

-Sebastián, saca a todos de esta habitación excepto a Shoto Todoroki -avisó el rubio por el audífono que tenía en su oreja izquierda a uno de los "guardaespaldas" de Shindo.

-¿Sebastián?

-Sí, el nombre de "tu guardaespaldas personal".

Inmediatamente la gente salió de ese piso por las indicaciones de los guardas ahí, ni siquiera se quejaron porque la excusa fue "se está vaciando este piso, vayan al de abajo mejor".

-Uh, chicos, primero iré al baño, ustedes sigan -se excusó el de cabello bicolor, pero por su puesto que eso no es lo que haría.

De algo que nadie se percató en realidad fue de la situación entre el que vivía en el establecimiento y Bakugou, pero era mucho mejor así, que nadie se enterase de nada.

Shindo quedó sin palabras por lo que estaba sucediendo, su más fiel trabajador estaba acatando órdenes de su peor enemigo, ¿acaso lo traicionó? ¿Por qué le estaba pasando esto a él?

Sin pensarlo dos veces se acercó a Katsuki y le dio un fuerte golpe en el pómulo que le provocó una pequeña hemorragia haciendo al más pequeño asustarse.

-Por favor no peleen -pidió Izuku con un tono preocupado.

Ya estaba harto de presenciar peleas y actos violentos, ¿acaso no podia ir a una fiesta normal y pasarla bien con sus amigos?

-Eres más imbécil de lo que pensé -empezó Bakugou la charla.

Se limpió la sangre en su rostro con su antebrazo mientras ignoraba las palabras del chico que le gustaba. Sentía tanta adrenalina en sus venas que ni siquiera pudo prestarle atención.

-¿En serio creíste que tus putos sirvientes solo trabajaban para ti, Yo Shindo?

Su rostro parecía el de un verdadero loco, con una sonrisa maniática mirando a Shindo mientras lo intimidaba.

-N-no puede ser... -dijo para si mismo, luego vio al rubio con los ojos abiertos como platos-. Tú... Hijo de la gran puta, ¡eres una maldita mierda no amada! ¡Ni siquiera tu familia te quiere!

Y sin esperar más sacó el arma escondida dentro de su pantalón y la apuntó hacia Bakugou.

De pronto de escucharon detrás de Yo unas armas que provenían de los otros sirvientes del que vivía ahí. Por su puesto que estaban del lado de Bakugou, ellos trabajaban para el líder de su mafia y solamente engañaron al pelinegro haciéndole creer que eran pobres para darles el trabajo y así robar información.

-No disparen -ordenó Bakugou con esa voz seria y tan grave que poseía.

Todoroki e Izuku se asustaron al ver todas esas armas apuntando a Yo, pero lo que más les preocupada era esa arma que se dirigía hacia Katsuki. Era una situación muy peligrosa y aunque el peliverde seguía escondido detrás de Shindo ya no se sentía seguro por lo que decidió retroceder unos cuantos pasos, ¿en qué se estaba metiendo?

fuck me, daddy [katsudeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora