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-... Y eso es lo que ocurrió -finalizó de hablar un adolescente de ojos color ruby.

Todoroki había escuchado toda la historia que tuvo junto a Tenko, el chico que arruinó por completo sus expectativas del amor. Mientras más cosas sabía de su hermano más entendía su comportamiento y sus sentimientos, sobre todo hacia Mitsuki, lo cual era todo tan deprimente.

-Así que Mitsuki te dijo algo como eso... -dijo su hermano colocando su puño sobre sus labios pensativo-. Quizás podrías conversarlo con ella, estoy seguro de que lo dijo solamente porque sentía rencor en ese momento hacia papá.

-Ella tiene que disculparse, no yo -habló siendo firme en sus palabras-. Y no menciones a ese hijo de mierda, es innombrable para mí.

-¿La aceptarías si hablan entonces? -preguntó ladeando la cabeza algo esperanzado.

-No.

Shoto solamente se rehusó a hacer un puchero, por su puesto que tarde o temprano ellos iban a arreglarse por aquellos malentendidos pero no le gustaba la actitud de su hermano ahora, era demasiado orgulloso, pero no se podía evitar.

Pasaron unos minutos y Katsuki decidió por poner algo de música en su radio ya que tenía en su propiedad varios álbumes de Linkin Park, así que puso el primero que estaba al alcance en un volumen moderado y no molesto. Todoroki no sabia que tenía esos gustos y la verdad no le desagradaba ese estilo, pero le gustaba el pop nada más y algo de música ochentera.

No era incómodo, sino agradable. Hacía algo de frío esa noche y por suerte la habitación estaba cálida y parecía muy acogedora. Otras veces Shoto entró a su habitación, pero nunca se puso a mirarla con detalles, era un lugar más amplio que el suyo y tenía lo básico nada más, una gran cama, un closet de pared, un ordenador sobre un escritorio y una mesita de noche, eso era todo, ni siquiera tenía un basurero ni cositas pegadas en la pared o figuritas de acción como él las tenía, lo más extra era esa antigua radio que sorpresivamente se escuchaba bien en estos años. Todo era tan simple y estaba ordenado, algo muy raro conociendo su carácter.

El de ojos bicolores tomó la palabra nuevamente, pero antes se había acostado en los pies de la cama para disfrutar el ambiente. Luego de varios minutos sin decir nada retomó la palabra, cosa que hizo respingar a su hermano, quien estaba en su mundo pensando cosas como siempre hacía en su soledad, triste soledad.

-Quizás no me creas porque ya te has hecho una idea contraria, pero no toda la gente quiere hacer daño como él lo hizo -empezó Shoto a hablar.

Bakugou supo al instante de quién se trataba ese "él", pero no quería admitirlo, ya no quería nada con ese tema, no quería nada con nadie nunca más.

No quería decirle nada, solamente iba a escuchar a Shoto, y si se quería ir que se fuera, pero no iba a responder nada.

-La verdad es que aunque me guste mucho Midoriya el va por ti y no se puede evitar -aquello lo dijo triste el mayor-, porque lo he visto siguiéndote cuando caminas por los pasillos, lo he visto cuando apareces cerca suyo y te mira como si fueras su mayor admiración -contó tratando de estar calmado-, porque lo que él me ha contado de ti son puras maravillas.

Bakugou no sabía que responder a eso, ¿podía ser cierto entonces? ¿Había una posibilidad de que alguien sienta cariño por él? ¿Y por qué él? Hay gente más simpática, atractiva y educada que él en el mundo, en realidad no entendía nada.

fuck me, daddy [katsudeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora