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-¡Búsquense una maldita habitación para follar, gays asquerosos! -les gritaron unos chicos que se hallaban desde antes ahí.

La gente no se había percatado de qué podrían ser esos quejidos, pero al oír las obscenas cosas que Kaminari hablaba se dieron cuenta de lo que hacían y se fueron avergonzados.

Por su puesto que nada de esas cosas perturbaban a los muchachos, así que sin importar nada seguían.

La imagen que el pelirrojo tenía al frente suyo valía oro. Kaminari estaba al desnudo mientras se metía dedos en su interior y le chupaba el miembro a la vez. Se sentía increíble y era tan peligrosamente caliente, estaba desarrollando demasiados gustos raros en ese momento.

-¿Quieres follarme, Kiri? -preguntó jadeante.

Denki dejó de masturbar pelirrojo y se levantó, se dio media vuelta dándole la espalda para que Kirishima mirase su trasero y se apoyó en la puerta mientras se metía tres dedos, su mejilla derecha estaba contra la puerta y gemía como loco ante su propio tacto.

-¿Te gusta lo que ves aquí? ¿Quieres entrar? -estaba siendo tan atrevido y sensual, se puso lascivo ante él y se sentía completamente expuesto-. Me siento tan caliente si te... Ahm... Si te quedas mirando.

No podía reaccionar, ¿en verdad Denki Kaminari estaba haciendo tales cosas con su cuerpo solo para ayudarlo? Algo andaba mal, pero en esos momentos no se iba a poner a pensar demasiado en ello.

-Está t-tan mojado y caliente... -continuó hablando el de cabellos color mostaza-. Mis dedos no alcanzan bien a llegar tan profundo.

Lo provocó y se mordió el labio con fuerza al mismo tiempo que se estimulaba un pezón, todo mientras seguía masturbándose.

Kirishima dejó toda su cordura de lado y se levantó de la taza al oír tales sucias palabras y por su puesto por ver su diminuta cintura, la cual era mucho más fina que la de Inko. Parecía depravado mirándola con tanta hambre, así le quitó sus manos del agujero y entró por completo de una estocada, no fue difícil ya que Kaminari cooperó antes para que fuese fácil.

-¡Mierda, está tan apretado! -exclamó al estar adentro.

Kirishima se quedó sin moverse por un buen tiempo, cerró un ojo mientras tenía su boca entreabierta por la cual salían gemidos agitados, sus manos estaban sobre la cintura del más pequeño, las cuales estaban siendo apretadas, cosa que luego dejarían marca.

-M-muévete, Kiri, yo... -miró a los ojos al pelirrojo mientras le medio sonreía-. Yo sé que quieres.

Y como si hubiese presionado un interruptor, Eijiro empezó a embestirlo fuertemente de una sola vez, lo metía y lo sacaba, lo metía y lo sacaba. Estaba volviéndose loco por esa intensa sensación.

Unos chicos entraron a hacer sus necesidades al baño, pero se encontraron con la sorpresa de dos chicos jadeando... bastante alto.

-Que puto asco -se escucharon las voces de unos chicos que estaban en el lugar.

Esa gente perturbada sin más abrió la puerta del baño y escaparon de ahí a toda velocidad, pero había todo tipo de persona en el mundo, no faltaba la persona que al oír eso iba a quedarse por morbo y para lo obvio, y esta no era la excepción.

-Kirishima, ¡eres in-increíble..! ¡Ahí, justo ahí! -exclamaba el rubio extasiado totalmente.

Kaminari trataba de sostenerse de la puerta, pero no hallaba de donde, estaba siendo muy rudo con él y sus piernas estaban temblando del placer, se sentía desvanecer. A ambos ya nada les importaba en ese punto, sus mentes estaban en otro lugar.

fuck me, daddy [katsudeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora