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-Si sigues gritando así te va a doler la cabeza -dijo Kirishima completamente tranquilo, cruzó de piernas y continuó-. ¿Qué tratas de hacer con él? ¿Sabes que estás usándolo? -preguntó siendo bastante serio.

-¿No crees que es lo que menos debería importarme? -preguntó de vuelta y lo encaró con cara de burla.

Pero aquella intimidación no funcionaba en él.

-¿Por qué lo haces?

No quería responder, realmente todo eso era consecuencia de su pasado, no quería nada serio, ya no. Tampoco estaba seguro de que le gustase ese ojiesmeralda porque lo encontraba imposible y patético. Confiaba en su amigo, pero de igual manera tenía mucho miedo de saber que opinaba después si le contaba todo, no quería estar solo en la vida.

-Porque es divertido -respondió espondió sin quitar esa desgraciada mirada de odio.

Una sensación de rencor, estaba tan solo haciéndole saber a Izuku que aquello del amor, el que te guste algo es una completa tontería.

-Bakugou, no seas así, Midoriya... -empezó hablando mientras lo miraba fijamente-. Él en serio te quiere mucho, no le hagas esto, no lo merece.

-¿Que no merece? ¿Acaso yo merecía ser tratado como la mierda también?

Dio un paso hacia Kirishima y esta vez si logró intimidarlo un poco por esa expresión totalmente ida del chico, parecía un depredador a punto de matar a su presa.

-¿Qué? ¿A-acaso tú..? -hizo una pausa asustado- ¿Qué fue lo que pasó?

Eijiro frunció el ceño mientras tenía su mirada fija en el más alto, necesitaba entender el fondo de las acciones que estaba haciendo.

-Bakugou, cuéntamelo, ya deja de hacer cosas que al final pueden tener consecuencias.

Kirishima estaba algo molesto por la actitud de Katsuki, quien levantó sus cejas algo sorprendido y entreabrió su boca, nunca se esperó con que el pelirrojo alguna vez lo trate tan brusco como justo ahora, pero tenía toda la razón, no podia vivir escondiendo lo que es ahora, menos sabiendo que se puede apoyar en él. Su temor seguía presente en cada momento, el temor del rechazo, y si ahora con lo que iba a contarle Eijiro lo abandonaba habría severas consecuencias.

-Una vez alguien como él también me amó -empezó a narrar indeciso con su voz ya bastante calmada y pausada llamando la atención de su amigo-. Él era tan irritante al principio, igual que este idiota -miró a Izuku con el ceño fruncido y siguió-. Siempre me andaba buscando...

Bakugou fue a sentarse a su lado en la camilla y se agarró la cabeza con pesar, no quería llorar por una mierda que no podía superar aún.

-Recuerdo... -retomó la palabra temeroso- Que cuando iba a almorzar se sentaba a mi lado y trataba de sacarme alguna palabra para conversar, pero lo ignoraba todo el tiempo, y aún así nunca se rindió -hizo una pausa para tomar aire y bajando la mirada continuó-. Recuerdo que me dio un regalo para mi cumpleaños, eran un montón de mierdas de chocolates y cartas rosadas, fue asqueroso.

Hizo una larga pausa para evitar el llanto que amenazaba por hacerse ver, Kirishima era inteligente y supo como se sentía su amigo así que solamente lo dejó seguir haciendo un ademán para que se calmase.

-No hay prisa, amigo -lo calmó de forma cariñosa.

Kirishima pasó una de sus piernas sobre la otra atento a las palabras ajenas. De igual forma estaba de a poco entendiendo su actuar, lo entendió por la primera vez que le confesó su odio hacia la gente homosexual.

Katsuki respiró profundo y ya dejó de hacerse el difícil, lo mejor ahora era sacar todo. Cerró por un momento sus ojos y siguió recordando aquello que alguna vez fue lindo.

fuck me, daddy [katsudeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora