3.

3.9K 555 22
                                    

Jade




Me sentía en el aire, flotando alegremente y no era por el alcohol, aunque la botella no tardó en convertirse en dos, luego en tres y cuando quise acordar había perdido la cuenta.
Sí, podía ser una mujer loba y tener cierta resistencia, pero llegaba un punto en el que era insostenible mantener la sobriedad, me había pasado un poco de tragos, pero es que me sentía tan feliz que debía celebrarlo.

Mi padre solía decir que la vida era una y por ello debíamos hacer lo que queríamos, sin importarnos la opinión de los demás.
Aunque no creía que si me viera ahora mismo, me apoyará. No porque este un poquitín pasada de copas, él ya me había visto de esta manera, pero no estaría muy feliz con mi compañía.

Mi compañero. Aquel que me complementaria durante el resto de mi vida, aún no podía creer que esté hubiera aparecido y que ahora lo tuviera frente a mis ojos.
Claaaaro que él no tenía idea de ello, pero esos eran pequeños detalles. A estas alturas, luego de que la industria cinematográfica haya exprimido a los hombres lobo, él no debería sorprenderse.

¿Qué más quería sino una compañera que pudiera protegerlo del mal? Soy su propia súper heroína, dispuesta a cubrirlo con algodones y protegerlo incluso contra una gripe.  

—¿En qué piensas pequeña rubia traviesa? —me preguntó, atrayéndome hacía él mientras bailábamos.

Al haberme acompañado a lo largo de mi locura alcohólica, sus palabras se escuchaban cortadas y sus ojitos ahora se veían rasgados, de manera tierna.
Una no podía concentrarse al tenerlo tan cerca y luciendo así, debería ser ilegal.

—En que te ves muy, pero muuuuy tierno así.

—¿Así cómo? —su aliento chocaba en mi cuello y si seguía así, no estaba segura de poder resistirlo, no iba a responder de mis actos.

—Borracho.

—No lo estoy. —pero mentía, porque se comportaba como uno.

—No discutiré con un borracho, porque también estoy un poquito perdida. — arreglé su cabello, de modo que esté se quitará de sus ojos y me incliné, rozando su nariz con la mía. —Me gustas poli, quiero besarte.

Pero él se alejó un poco, provocando una sensación de tristeza en mi interior.
¿Acaso él no quería besarme? ¿Dónde está la maldita atracción entre compañeros?.

—Tú lo dijiste, estamos un poquito pasados de tragos.

—Yo aún tengo resistencia.

—Pero piensa si no te sentirás mal mañana, al ceder a tus instintos. — quería tanto reírme de ello, él no tenía ni una pequeña idea.

—Me encanta ceder a mis instintos. — acerqué mi boca a la suya, pero él esquivó mi ataque. —Ash, ¿Por qué siempre tengo que fijarme en hombres centrados?

—Eso es algo que solo tú puedes responder. —ya era la cuarta vez que me dejaba llevar por la ilusión de sentirme atraída por alguien, aunque está vez se trataba de mi compañero, podía hacerlo si lo quería. —Mira pequeña, no voy a negar que siento las mismas o muchas más ganas que tú de ceder a esto y besarte, pero aún no se siquiera tu nombre.

—Tú puedes llamarme como quieras, aunque me gustarían cosas cariñosas como mi amor, bonita y así, pero si tanto te importa un nombre, soy Jade. —si él llegará a utilizar uno de esos apodos ahora mismo, no lograría esquivar mi futuro ataque.

—Eres divertida Jade. —lo miré, frunciendo el ceño, no era como quería que me viera.

—No quiero ser divertida, quiero un beso. —volví a acercarme, solo para volver a ser rechazada y ya no me estaba divirtiendo. —¿ En serio?  Dices que me quieres besar y te alejas.

Jugando limpioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora