Drew
Había pasado todo el día tratando de comunicarme con jade, pero cuando lo hice, ella no tardó en dejarme claro que no quería hablar conmigo y cortar.
Solo quería que hablemos cara a cara, poder decirle, mirándola a los ojos que no pensaba huir de la responsabilidad, que el bebé era de ambos y no la dejaría sola, pero no quería oírme aún.Desde hace tiempo quería que intentemos ver si funcionamos como pareja, ver si ella podía adaptarse a mis horarios y yo adaptarme a los suyos, pero las cosas no habían salido como esperaba.
Ahora, no solo debería convencerla de darme una oportunidad, aunque no seamos compañeros, sino que también debía convencerla de que no solo quería estar con ella por la situación en la que estábamos.Había notado que Jade solía sacar sus propias conclusiones de las cosas, no esperaba a ver cómo reaccionaba la otra persona, ella suponía que lo haría de una manera y nadie le sacaría esa idea de la cabeza.
Cómo ahora, por ejemplo, ella asumía que su padre me odiaría y que trataría de matarme, cuando el hombre aún no me conocía y no conocía mis intenciones para con su hija.—¡Drew, llegamos! — escuché la voz de Santiago venir desde la sala.
Sabia que él tendría noticias de Jade y por eso no tarde en ir a su encuentro.
Me sentía un poco idiota por estar corriendo detrás de ella, pero es lo que debía hacer, ya que creo que ella esperaba eso de mí.Jade era el tipo de mujer que quería ver el interés de un hombre, interés que me costaba mostrar por mi falta de tiempo, pero en el que comenzaría a trabajar desde hoy.
—¿Cómo está? — pregunté mientras entraba en la sala.
—Me gustaría decir que está bien, pero no es así. Jade siempre es muy de ir a extremos, o está muy feliz o cae con todo y ahora está buscando una manera de levantarse. —Leticia se veía angustiada, compartiendo la tristeza que su prima sentía.
—Traté de hablar con ella, pero las cosas no salieron como esperaba. — suspiré, sentándome en uno de los sillones. —No quiere verme, creo que tiene miedo de que la rechace o algo parecido, al mismo tiempo de que cree que su padre y sus hermanos querrán golpearme.
—Drew, ella no lo cree por ser exagerada, sino porque eso sucederá. — Leticia rodeó a Santiago y se sentó junto a mí. —Michael, el padre de Jade, es una persona bastante especial. La demencia que tiene es notoria, aunque los psicólogos lo nieguen.
—¿Entonces es peligroso?
—Cuando lo conocí me pareció extraño, pero no lo creo alguien peligroso. — Santiago negaba, con sus brazos cruzados, desde su posición contra la pared.
—Porque no lo es, bueno, para quienes no tocan a su princesa. Es imposible para los lobos no ser un poco celosos y posesivos, principalmente en él. —Ella sonrió con la mirada pérdida. — Para Mitch, Jade es su princesa y siempre será su niña, piensa que es su única hija mujer.
—¿Entonces sus hermanos son iguales?
—¿Cómo te explico? —Preguntó con una sonrisa. — Tiene dos hermanos que son gemelos. Está Aryeh, él es un poco como tú, centrado y maduro, pero no le quita lo sobreprotector que es y después tenemos a Gael, que es como un clon de Michael, solo que más gruñón . Pero ambos apoyarán a su padre y aunque puede que no te golpeen, te harán pasar un tiempo horrible.
—No creo que sea para tanto, yo creo que solo serán los primeros días. — acotó Santiago, restándole importancia.
—Los conozco muy bien, recuerden que crecí con ellos.
—¿Qué hay de su madre, también querrá hacerme miserable?
—¿Abby? Ella es bastante vengativa cuando quiere serlo, sin embargo no haría nada para dañar a Jade y si te lastiman, ella sufrirá.
—Creo que en estos momentos ella quisiera verme sufrir.
—Jade no es así.
—Es verdad amigo, ella no parece del tipo perra.
Por los pocos días que había pasado en su compañía, tampoco lo creía, pero ella estaba lastimada y no por mí, sino por sus pensamientos.
—En fin, se podría decir que no soy la persona favorita de la familia Doll. —Leticia hizo una mueca que me confirmó mis sospechas.
—Pero tranquilo, en estos días trataré de darte algunos consejos como para que te odien menos.
—Gracias Leticia.
—Me gustaría poder hacer algo más, pero no puedo.
—No te preocupes.
Estaba pensando en lo que podría hacer para poner un paño frío en mi relación con la familia de Jade, cuando Flavio entró, tropezándose con todo a su paso.
—Estoy bien, estoy bien, no se preocupen, un tropezón no es caída. — dijo levantando ambas manos y estallando en carcajadas.
—¿Acaso estás borracho? —me levanté con la intención de ayudarlo a llegar al sillón, ya que estar parado en ese estado era peligroso.
— Tú no me hables, estoy disgustado contigo. —entonces miró a los demás y me señaló. —¿Les contó que por su culpa Beatriz terminó conmigo?
—Basta de decir mierdas, no tuve nada que ver en eso.
—¿Cómo que no? Llegaste con tus dramas y Beatriz se molestó. Estoy siendo castigado por tu maldita culpa. —tuve que sostenerlo para que no se caiga de frente al suelo, cuando trató de golpearme. —Suéltame idiota, yo te enseñaré.
—Yo no tuve nada que ver con sus peleas. — aclaré, solo por si llegaban a creerle.
—Lo sabemos, Bea nos explico todo lo que sucedió. —Flavio continuaba luchando, por lo que lo solté, provocando que terminará de lleno en el suelo.
—Idiota.
—Creo que volveré a mi habitación, no voy a pelear con su trasero borracho. —negué hacía Flavio y empecé a caminar por el pasillo.
—¡Huye cobarde, que la próxima te irá peor!
—Cállate Flavio y déjame ayudarte a llegar a tu habitación. — escuché decir a Santiago.
—Yo quiero ir a buscar a Beatriz.
—Ya será mañana.
Cerré la puerta, acallando la borracha voz de mi amigo.
Pero al menos él si sabía dónde encontrar a su chica, yo seguía en la oscuridad y al parecer, no querían sacarme de allí.

ESTÁS LEYENDO
Jugando limpio
WerewolfLeticia Fenn sabía tres cosas con seguridad: 1-Su futuro había sido decidido desde que nació. 2-No podía luchar contra este, sin lastimar a las personas que más amaba. 3-La cuenta regresiva había comenzado y solo le quedaban horas para enfrentar su...