C.2

3.2K 488 20
                                    

Lyra








Nunca imaginé encontrarme en esta situación, ya que creí que todo lo tenía controlado, pero al parecer algo se me había escapado y ellos no dudaron en investigarme.
Había un dicho perfecto para esto, uno que no dejaba de retumbar en mi cabeza con la voz de mi madre: “Cuidado con lo que sueñas Lyra, a veces se cumple”. Y vaya si se había cumplido.

Solo quería una aventura, solo eso, no quiero que nada le suceda a Iván, él no es responsable de mis actos, solo tuvo la mala suerte de tenerme como compañera.
Pero también esto podía ser un juego, ¿cómo sabía que él no estaba de su lado? Ellos eran su familia, su manada y yo una traidora recién llegada.

Sin embargo, su expresión al ver a Henry aquí, fue genuina, parecía en verdad sorprendido.
No sabía que creer o en quien hacerlo, solo podía ver los problemas agrupándose frente a mí y desear volverme invisible.

—Sabia que vendrías detrás de ella, eres tan predecible. Un tonto enamorado. —Henry y los demás reían, pero Iván estaba furioso, tanto que el agarre que tenía en mí brazo, ya comenzaba a lastimarme. — Dinos algo, ¿Ni siquiera te importa que está traidora nos haya mentido? ¿ El qué entrará a nuestra manada con la clara idea de lastimarnos, de destruirnos?

—No quiero pelear contigo Henry, no quiero tener que lastimarte, pero si te acercas a ella e intentas algo, no dudaré en hacerlo.

Solo podía imaginar lo duro que debe ser enfrentarte de esta forma a alguien que consideras familia, sería como si me enfrentará a Jade, a Leticia.
No dudaba tampoco que lo hiciera, siempre que había escuchado una amenaza salir de sus labios, la cumplía.

—¿Me lastimaras por ella? ¿Dónde está tu lealtad?

—A su lado. — respondió sin pensarlo dos veces.

¿Cómo podía sonar de esta manera, con esta convicción, cuando había descubierto la verdad?

—¿Así que junto a esa maldita puta?

—No vuelvas a llamarla así —fue mi turno de tomar su brazo.

En el momento en el que Iván se lanzó hacía adelante, los tres hombres se pusieron en posición de batalla. No podía dejarlos atacar de esta forma, sería inminente que peleáramos, pero debíamos hacerlo con inteligencia.
A Henry lo había visto pelear en otras ocasión, no era muy bueno, pero era sucio. Él conocía la forma de hacerte explotar y desmoronarte sin muchos golpes. Algo diferente a los dos hombres a su lado, ellos sí eran peleadores y quienes nos darían un verdadero trabajo.

—Él no tiene nada que ver, me quieren a mí, entonces vengan. — los desafié, dando un paso delante de Iván.

—Terminaremos poniendo nuestras manos en ti, pero parece que alguien está dispuesto a no dejarnos esa tarea tan sencilla, o al menos eso cree.

—Se los voy a advertir solo un vez más, la tocan y los mato.

Era cuestión de segundos para que el lobo de Iván tomara el control, sus ojos incluso luchaban por mantener su color habitual.

—Entonces espero que estés listo para matarnos, porque no solo la tocaremos, la haremos arrepentirse de querer intentar engañarnos. —Henry hizo una seña y los dos hombres a su lado vinieron hacia nosotros.

Hace mucho no peleaba y ni siquiera eran peleas reales, sino entrenamientos que realizábamos diariamente en la manada junto a mis tíos.
Hasta el momento ninguno se había convertido, pero aún así, cualquiera que nos viera, se daría cuenta de que no era una pelea de simples personas. Estábamos golpeándonos con fuerza, con enojo y con las ganas de salir vivos.

Cuando el hombre frente a mí se transformó, también lo hice y fue cuando el verdadero caos se originó.
Iván estaba fuera de si, tanto que no tardó en asesinar al hombre frente a él y tratar de deshacerse del que luchaba contra mí, pero no pudo, porque fue cuando Henry se convirtió y lo atacó.

Mientras peleaba con este lobo, no tarde en encontrar la manera para dejarlo fuera de combate. El tonto había dejado su cuello a la vista y no tarde en lanzarme a él y apretar. No quería matarlo, solo quería poder escapar de una vez.
En cuanto su cuerpo se desplomó frente a mí, no tarde en correr y arrojarme en contra del cuerpo de Henry, provocando que esté volará encontrar del cordón de la vereda.

Ese impacto provoco que sufriera un golpe en sus costillas y mientras se quejaba, con Iván corrimos hacia mi auto y subimos. No importaba que aún estuviéramos desnudos, solo nos importaba escapar y lo hicimos.
Rebusque en el asiento trasero y encontré un vestido, que no tarde en ponerme y una manta que le ofrecí.

—No tengo nada ropa de hombre, lo siento. —aunque tomo la manta, no me habló, ni me miró, solo la coloco sobre sus piernas y regresó la mano al volante.

Ni siquiera sabía hacia dónde estaba manejando, solo sabía que la ira brotaba de sus poros a grandes oleadas.

—Iván, ¿A dónde iremos? Sea donde sea, vamos a necesitar algunas cosas. —nuevamente no recibí nada más que su silencio.  — Vas a tener que responder Iván, no podemos llegar contigo completamente desnudo.

Nada, nada más que un fruncimiento en sus labios.
¿Para qué demonios quería venir conmigo si estaba decidido a ignorarme?

—Deja de comportarte como un niño, no puedes ignorarme para siempre.

—¿ Quieres hablar? De acuerdo, hagamos. Puedes empezar por decirme porqué demonios nos mentiste.

—No es momento para ello.

—¿Lo ves? No es momento y nunca lo será. Me culpas por no querer hablarte luego de descubrir que nos mentiste a todos, principalmente a mí, que no te pusiste a pensar en que pasaría luego de que este plan tuyo se descubriera. Acabo de enfrentarme a un hombre que era como un hermano para mí y lo hice por ti. Así que perdóname por no querer hablarte y por querer reducir el enojo y la decepción que siento ahora mismo.

—¿Por qué simplemente no me rechazas y te libras de mí?

—¿Te gustaría que lo hiciera? —voltee mi cabeza y me concentre en la cantidad de árboles que pasábamos. —Eso imaginé. Llámame masoquista o imbécil, pero eres mi compañera y aunque no mereces que me importes, lo haces.

Imité su comportamiento y solo me concentre en la ventanilla.
Tenía ganas de llorar por todo lo que había sucedido, pero no podía, no cuando esto era lo que siempre había esperado. Ahora solo debía recordarme a mí misma que podría ser la heroína.

Solo esperaba no toparme contra una pared…

Jugando limpioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora