Drew
Hubo un tiempo en el que las fiestas eran lo mío, años atrás en los que no dejaba de salir, beber y divertirme de manera un poco descontrolada.
Extrañaba un poco salir y divertirme con mis amigos, pero no extrañaba beber de manera un poco excesiva y despertar habiendo olvidado lo que hice la noche anterior.Una fiesta cada tanto estaba bien, tenía otras prioridades por las que preocuparme, pero no estaba listo para seguir el ritmo de mis compañeros de apartamento.
Pero ahora, mientras festejaba mi cumpleaños, rodeado de personas que no conocía, trataba de fingir que estaba divirtiéndome.Eché una rápida mirada alrededor de la sala, viendo cómo la mayoría bailaba de manera despreocupada. Entre todos encontré a Flavio, quién bailaba con Beatriz y un poco más alejados, se encontraban Santiago y Leticia, bromeando como siempre.
Las dos chicas se habían vuelto constantes en el apartamento, más Beatriz, quién parecía haberse mudado con nosotros.Sintiéndome un poco incómodo, caminé hacia la cocina, dónde no pude evitar ver como una chica rebuscaba entre las alacenas, sintiéndose la dueña de la casa. Era divertido verla, tratando de adivinar que quería, pero eso fue contestado al verla tomar una botella de tequila, la cual abrió y no tardó en empinársela.
—Eso no es agua pequeña. —dije sintiéndome más divertido de lo que estuve durante toda la noche hasta ahora.
Pero esa diversión no hizo sino aumentar en el momento en el que se volteó y me miró con esos bonitos ojos verdes cargados de sorpresa.
Había sido atrapada, como un pequeño ratoncito con sus manos en un pedazo de queso.—Si no bebes con moderación podría hacerte daño. —continué, consciente de que eso solo aumentaría su pesar.
No es que quisiera hacerla pasar un mal rato, es que no hablábamos de agua, esto podría hacerle mal si seguía bebiendo de esa manera.
La última vez que tomé tequila, terminé con una resaca del infierno, maldiciendo el momento en el que compre la botella. Por lo que ella debería agradecer mi preocupación.—¿Y entonces porqué no bebes conmigo? — preguntó de manera coqueta, consciente de su encanto.
No soy alguien sencillo de atraer, pero ella tenía algo, una chispa, una promesa de una gran aventura en su mirada y no me estaba acobardando.
Además quería saber quién se escondía detrás de ese antifaz blanco.—¿Por qué no? Después de todo hoy es mi día libre de responsabilidades. — respondí consiguiendo una gran sonrisa de su parte.
—Perfecto entonces, porque también es mi día libre. Bueno, algo así. —fue mi turno de sonreír, aunque no había entendido que quiso decirme. —¿Me entendiste?
—No. ¿Qué más tomaste además de este trago de tequila?
—¡Acabo de llegar! Pero a lo que me refería es a que hace poco llegué a la ciudad y aún no termino de instalarme, por lo que decidí tomar esta noche libre. —su voz, había pasado a ser una especie de pitido horrorizado.
—Una buena manera de descansar Tiffany Valentine, yo en tu lugar hubiera preferido dormir. — no podía negar el cansancio que sentía. Había empezado con las prácticas y entre estás y las horas de cursada, mi cansancio aumentaba más y más.
Amaba mi profesión, aunque me quejará de ella, no me veía haciendo algo diferente.
Pero no mentía al decir que entre estar aquí y estar en la comodidad de mi cama, elegiría la segunda opción.—Eso es porque tal vez eres flojo, oficial Gorgory.
—¿Estoy en tan mala forma como para que compares con él? — alcé una ceja, antes de soltar una gran carcajada al notar el rosa filtrarse por debajo de su antifaz.
—¡¿Qué?! ¡Nooo! Por supuesto que no, ¿Por qué creerías eso?
—Acabas de compararme con un policía de dibujos animados que no podría perseguir ni a su propia sombra.
—No lo dije por eso.
—¿Entonces porqué?
—Porque es el único que se me ocurrió en este momento. — trató de cubrir su rostro, inútilmente, con una sola mano. —Ya deja de burlarte de mi.
No podía parar de reír, no estaba burlándome de ella, solo estaba pasando un buen momento con una compañía muy agradable.
No esperé encontrarme con alguien como ella, pero ahora me estaba sintiendo bien de haber venido.—Está bien ya no me burlare, aunque es divertido.
—Ten, bebé un poco a ver si así te calmas.
Tomé la botella que me entregaba y tomé un trago, sintiendo como el tequila quemaba mientras bajaba por mi garganta.
Ella no dejaba de observarme, estaba atenta a cada movimiento que hacia, por lo que no disimuló su risa al ver mi mueca al devolverle la botella.—¿Acaso no estás acostumbrado a beber? — preguntó, tomando un trago parecido al que acababa de tomar yo.
—Ya no, se podría decir que he perdido la práctica.
—¿Por qué? —era extraño hablar de esto, pero ella preguntaba pareciendo en verdad interesada.
—Tengo otras prioridades y el alcohol puede llevarnos a cometer locuras.
—¿Entonces me dejaras beber sola? — hizo un gesto con la botella, el cual acompañó con un mohín bastante lastimero, que me hizo imposible negarme.
—Nunca dije eso. ¿Recuerdas que es mi día libre de responsabilidades? Estoy listo para dejarme llevar. —solo esperaba no arrepentirme de esto.
Ella saltó y vino hacía mí, tomando mi mano y comenzando a arrastrarme más allá de la puerta.
—Muy bien Gorgory, vamos a bailar y en la pista podrás mostrarme que tan en forma estás. —no podía creer que esté dejándome llevar por una pequeña de un metro sesenta y siete, como mucho. Un Rottweiler con la apariencia de un Chihuahua.
—No juegues con fuego pequeña. — advertí, para que a ella le entrará por un oído y le saliera por el otro.
—¿Por qué no? Es tan divertido hacerlo, ¿O tienes miedo a quemarte? —me detuve y por ende, ella se detuvo conmigo. —Tranquilo poli, seré una chica un poco buena.
—Eres una provocadora.
—Me declaro culpable. — estalló en carcajadas, las cuales me sorprendieron. Su risa no iba acordé a su apariencia.
—Presiento que me meteras en muchos problemas.
—Y aún así no te veo huyendo.
—No soy un cobarde.
—Y me encanta oír eso. Ahora caminé oficial. —volví a reír cuando su mano nalgueo mi trasero.
Ella era algo nuevo, algo fresco y estaba listo para dejarme llevar.

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Jugando limpio
Hombres LoboLeticia Fenn sabía tres cosas con seguridad: 1-Su futuro había sido decidido desde que nació. 2-No podía luchar contra este, sin lastimar a las personas que más amaba. 3-La cuenta regresiva había comenzado y solo le quedaban horas para enfrentar su...