Leticia
Me quedé congelada, con la mirada clavada en la puerta por la que acababa de salir Santiago. Él me había dejado y no lo podía culpar, está no era la forma en la que debió enterarse de lo que tenía para decirle.
Mi padre había lanzado nuestro secreto a su cara, con furia, con toda la clara intención de que Santiago se asustara y huyera. Podía revivirlo en cámara lenta, como si mi padre tomará todo lo que habíamos vivido, lo hubiera hecho un bollo y lo hubiera arrojado contra su rostro.Podía escuchar a mi mamá hablarme, pero no la escuchaba, me estaba derrumbando. ¿ Cómo convenceria a Santiago de que no jugué con él, de que en verdad me importa?
Quería llorar, pero ahora no podía. Era tanto el dolor quemando en mí, que las lágrimas parecían no salir.Me senté, cubriendo mi rostro con mis manos, tratando de normalizar mi respiración.
No sé cuánto tiempo estuve así, pero cuando levanté la mirada, mi padre había vuelto a su forma normal, dejando a su lobo atrás.-¿Estás feliz ahora? - Pregunté, sintiendo como mi voz perdía fuerza.
Había hecho tanto para que se sintieran orgullosos de mí, siempre tratando de ponerlos primero, incluso estaba aquí, estudiando algo que odio, solo por ellos y ellos no hacían lo mismo por mí.
Era tanto su egoísmo que solo se preocupaban por lo que ellos sentían. Sí, entendía que mi papá estaba celoso, pero no pensó en mí. ¿Cómo creyó que me sentía yo? Estaba nerviosa, asustada y ahora estoy demasiado herida.-Dime papá, ¿Estás feliz? - estaba molesta, estaba en verdad furiosa, con ellos, conmigo e incluso con Santiago por negarse a escucharme.
-Leticia cálmate y no me hables así.
-¿Cómo? Estoy haciendo lo mismo que tú, ignorar tus sentimientos y actuar egoístamente.
¿Querían que tuviera más carácter? Muy bien, ahora no podían quejarse por ello.
Estaba cansada y estaba vez habían alejado lo único que quería en verdad y que creí que no podrían arrebatarme.-Siempre me he esforzado porque se sintieran orgullosos, por no darles problemas. Siempre me comporte como la chica correcta, aquella que hacía todo bien y nunca se quejaba, a pesar de no querer hacer lo mismo que ustedes. - no era el momento para hablarlo, o quizás si, ya que sin el enojo quemando en mis venas, tal vez no me atrevería a decírselos. -¿Creen que esto es lo que quería para mí?
-¿Leticia a qué te refieres? - mí mamá sabía muy bien de que hablaba. No podía creer que la gran observadora Haley Rush, no se diera cuenta de esto.
Lo había tratado de hablar antes y solo me ignoraba, pero ahora, ahora tenía algo incentivándome a enfrentarlos.
Podía ser la decepción, el enojo, la verdad no me importaba, lo único que tenía que importarme era que me estaba dando la valentía para hablarlo.-¿En serio mamá? ¿De verdad no te das cuenta de lo que sucede o prefieres fingir que no ves la realidad? -La amargura en mi voz era difícil de ignorar.
-Leticia cálmate. - advirtió mí padre, dándome una mirada de advertencia.
-¿O qué? ¿Qué harás papá? ¿Convertirte en lobo y alejar a mí compañero? Eso ya lo hiciste.
-Leticia...
-¡No, ya no seguiré callada, estoy cansada!. Por no hablar es que ustedes creen que pueden mandar en mi propia vida. -me puse de pie y comencé a caminar de un lado a otro. - Yo debería habérselo dicho, no tú, papá. ¿Cómo pudiste hacerme algo así?
-¿Qué hubieras hecho en mi lugar? Llegas a tu casa y encuentras a tu hija, con las manos de un chico en su cuerpo. Tiene suerte de que no hiciera algo peor.
-¡Ese chico es mi compañero, no alguien al azar!
-No importa, te estaba tocando.
-Eso no te da derecho a hacer lo que hiciste. No puedes transformarte y asustarlo. - volví a sentarme y llevé mis manos a mi cabeza. - ¿Cómo haré para qué me escuché? Él va a alejarse de mí.
-No voy a disculparme, tarde o temprano él sabría la verdad.
- Sí, pero lo sabría por mí y no por ti y definitivamente no de está manera.
-Leticia - miré hacía mí madre, quién no dejaba de estrujar sus manos, con bastante nerviosismo. - ¿A qué te referías antes cuando dijiste que está no era la vida que querías?
-No quiero esto mamá, no quiero estudiar derecho, odio cada minuto que pasó haciéndolo. Creí que al darle una oportunidad podría gustarme o tal vez hacerme a la idea, pero no puedo, ya no lo soporto. - suspiré, sintiendo como todo por fin salía a la luz, ahora ya lo sabían. - Muchas veces te dije que quería estudiar Kinesiología, pero me ignoraste y asumiste que quería ser como el abuelo y como tú. Yo no quiero ser la sombra de una tradición familiar, una copia de mis ancestros, yo solo quiero ser yo.
-Creí que solo lo decías como una manera de revelarte, sin embargo siempre parecías feliz cuando hablábamos de tu futuro.
-¿Y porqué creen que fingí y soporté tanto? ¡Lo hice por ustedes! Siempre pienso en ustedes antes que en mí y todos lo veían, todos saben cuan miserable soy y sé que sienten pena, pero nadie se involucra porque saben que los amo y no me importaba intentar algo así para hacerlos felices. ¿Pero ustedes? A ustedes no les importa nada, no me ven, no... ¿Saben qué? Ya no se que pensar.
-Nosotros queremos lo mejor para ti...
-¡No mientan! Acaban de arrebatarme lo único que en verdad era mío. Me quitaron a mi compañero. Papá, Santiago nunca me perdonará esto y tampoco lo haría en su lugar. -cuando la primer lágrima cayó, fue como si un grifo se abriera en mi interior y ya no podía hacer nada para cerrarlo. - Él siente demasiadas inseguridades, siempre lo juzgaron y creyeron que el podría o no hacer algo y ahora veo que hice lo mismo. Yo creí que él se alejaría, por eso no le dije nada, pero dejé lugar a que lo supiera de la manera equivocada, de la peor y ahora sé que nunca me perdonará, como yo no les perdonaré esto a ustedes.
No esperé escucharlos, solo tomé mi teléfono y mi bolso y salí de la casa, no sabía qué haría o a dónde iría, solo tenía que salir de aquí.
Cuando subí a mi auto, solo pise el acelerador y me alejé de mi familia, a la cual seguro decepcioné con mis palabras, pero ellos lo hicieron con sus acciones.Necesitaba estar sola y pensar en lo que había pasado, en lo que había perdido y en cada decisión que tomaría de ahora en más.
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Jugando limpio
Hombres LoboLeticia Fenn sabía tres cosas con seguridad: 1-Su futuro había sido decidido desde que nació. 2-No podía luchar contra este, sin lastimar a las personas que más amaba. 3-La cuenta regresiva había comenzado y solo le quedaban horas para enfrentar su...