Drew
Al parecer el equivocado aquí era yo y no Jade. Ya que en el instante en el que admití ser el padre del bebé, su padre y sus hermanos saltaron sobre mí, tratando de acabarme.
Si algo estaba descubriendo en este momento, era que los lobos son tramposos y que lejos de enfrentar de a uno, venían en manada.Pero si lo que ellos creían es que me quedaría quieto, se equivocaban. Ellos podrían tratar de matarme, pero iba a defenderme, sin importar las consecuencias.
—¡Basta! ¡Paren ya! —podía escuchar la voz de las chicas en medio de los gritos y los golpes.
Todo era un desastre, no podía dejar de tirar golpes, ya que venían de igual manera, uno tras otro.
Cuando tiraron de mí a un lado, respiré cansadamente, sintiendo como si hubiese corrido una maratón.—¡Ya paren! ¿En qué demonios están pensando? De su padre puedo entenderlo, pero yo no crie a unos salvajes. —se quejó la mujer rubia, que miraba a todos con enojo. —Maldita sea Michael, en tu locura me mordiste, ¿Estás loco?
Eso hizo que el padre de Jade corriera hacía la mujer e inspeccionara su brazo.
—¿Cuántas veces te he dicho que no te involucres en una pelea de hombres, fosforito? Ahora mira, estás herida. —entonces de volteó y me observó. —Esto es tu culpa, imbécil.
—¡Ni se les ocurra volver a empezar! ¿Acaso no se dan cuenta de lo que han hecho? Les conté del embarazo para que lo supieran de mí y vieran que confío en ustedes, pero ¿Qué hacen? Vienen y quieren matar al padre. ¿Cómo puedo volver a confiar en ustedes? ¿Cómo volveré a contarles algo con el miedo que siento de que se pongan como unos malditos brutos? —Jade estaba llorando y eso me hacía sentirme miserable, tal vez debí escucharla.
—Jade cálmate, ya pasó todo, yo estoy bien. — mentí, ya que estaba seguro de que necesitaría desinfectar bastantes heridas.
—Que bueno que estés bien, porque yo no lo estoy, Drew. — secó sus lágrimas con furia. —Solo te pedí que no se los dijeras, quería tratar de calmarlos antes, pero no me dejan actuar como se debe, ustedes creen saberlo todo. ¡Son iguales, solo quieren controlar mi vida!
—Como si alguien pudiera controlarte… — escuché decir a uno de sus hermanos, aunque aún no sabía quién era quién.
—Ya basta chicos, mejor tratemos de calmarnos. Aryeh, solo mira a Jade, esto puede hacerle daño al bebé. —Leticia se encontraba revisando a Santiago, quien también estaba herido.
—Como algo le pase a mi nieto, de verdad serás hombre muerto, nadie podrá salvarte.
—¡Ya basta Michael! ¿Acaso no ven que con esta actitud solo lograrán que Jade se aleje? y si eso pasa, olvídate de tu nieto.
—Ella no sería capaz fosforito.
—En estos momentos solo quiero irme y alejarme de todos ustedes. No puedo creer que sean tan egoístas y que hagan lo que quieran sin pensar en los demás. —Jade nos hablaba a todos, no solo a sus familia, en su declaración también estaba incluido.
—¿En serio esperabas que lo recibiéramos con los brazos abiertos?
—No Gael, no esperaba eso, te conozco muy bien.
—Al parecer hermanita, yo no te conocía tan bien como creía.
—¡Basta Gael, termina con esto! —me sentía responsable, si hubiera mantenido la boca cerrada, Jade no estaría peleando con su familia. — Me gritas como si fueras mi padre y llegas aquí con los demás y golpean a Drew, como si ustedes fueran un ejemplo para mí.
ESTÁS LEYENDO
Jugando limpio
Hombres LoboLeticia Fenn sabía tres cosas con seguridad: 1-Su futuro había sido decidido desde que nació. 2-No podía luchar contra este, sin lastimar a las personas que más amaba. 3-La cuenta regresiva había comenzado y solo le quedaban horas para enfrentar su...