C.14

2.4K 438 15
                                    

Lyra







Todo mi cuerpo se congelo y solo podía pensar que íbamos a morir.
¿Cómo nos habían encontrado? ¿Cuántos serían? ¿Acaso podríamos enfrentarnos a ellos y vencerlos? No lo creía, ya que solo éramos nosotros dos.

Fue algo demasiado impulsivo e irresponsable venir esta noche, pero, ¿Cuánto hubieran tardado en encontrarnos?. El hotel solo se encuentra a unas calles de distancia, no hubieran tardado ni treinta minutos más en emboscarnos allí.

—Lyra, quiero que te mantengas tranquila, no quiero que trates de comportarte como un héroe. — ¿Tranquila? Él en serio estaba mal, no podía mantenerme tranquila cuando estábamos a punto de ser capturados.

—¿Me estás jodiendo? — pregunté y me miró entrecerrando sus ojos.

—No es momento para bromear, no estoy diciendo algo tan serio solo para provocarte.

—¿Qué vamos a hacer?

—No sé cuántos de ellos hay, pero voy a distraerlos. Lyra, sé que estarás en contra, pero mientras consigo su atención, quiero que huyas.

—No.

No iba a abandonarlo, no estaba cerca de alejarme y dejarlo morir.
¿Acaso creía que era tan egoísta?

—No vamos a empezar una discusión ahora, solo haz lo que te pido. —lo vi comenzar a ponerse de pie e hice lo mismo.

Cuando giré, vi a un hombre parado a pocos pasos de nosotros. Lo había visto en la manada, él era uno de los rastreadores y eso solo podía significar una cosa: no estaba solo.

—¿Sorprendidos? — preguntó con una irónica sonrisa. —¿En verdad creyeron que podrían esconderse por siempre? Luego de estos años trabajando junto a nosotros deberías saber que no tardaríamos en dar contigo, Iván.

—De hecho no me estoy escondiendo, ¿O si? Estoy con mi compañera comiendo algo tranquilos en un bar.

Las palabras de esté, solo provocaron que el rastreador frunciera el ceño y cambiará radicalmente de humor.

—Salgamos.

Iván lo seguía de cerca, por lo que comencé a caminar detrás de él, pero de repente se detuvo, provocando que chocará con su espalda.
Cuando giro, acercó su rostro al mío y creí, tontamente, que iba a besarme, pero no, solo murmuró unas palabras.

—Recuerda que debes huir.

No quería hacerlo, no podía. Aunque sabía que él podría encontrar la manera de escaparse, no quería arriesgarme a que algo malo le sucediera.
En el momento en el que estuvimos afuera, otros dos hombres se encontraban parados junto a una camioneta, ambos nos observaban sonrientes, creyéndose vencedores.

—Iván… — tomé la manga de su chaqueta entre mis manos y traté de jalarlo hacía atrás, pero él se zafó de mi agarre.

—Recuerda lo que te dije Lyra, no dudes.

—No pienso hacerlo, no quiero.

Y aunque lo hubiese querido, ellos no me dieron ese tiempo, ya que sin tardarse, ambos hombres se convirtieron y se posicionaron junto al rastreador.
Cambié mi mirada hacia Iván y este me pedía irme, casi me rogaba, pero no lo iba a hacer.

—Lyra… —me advirtió, pero lo ignoré, en su lugar me centré en los hombres lobo frente a nosotros.

—Parece que tu compañera no conoce la obediencia, tal vez podamos ayudarte a enseñarle. —el rastreador se convirtió y eso fue todo, hice lo mismo, me convertí y comencé a gruñirles sin parar.

Si querían pelear, les daría pelea, pero no dejaría que nos lastimaran tan fácilmente.
Nunca fui cobarde y no comenzaría a serlo hoy.

Odiaba la idea de que esto pudiera ocasionarme nuevos problemas con Iván, pero no me podía marchar así sin más.
No fui la primera en atacar, sin embargo, fui la primera a la que atacaron. Probablemente me consideraban más débil, pero no lo era y se los demostré, esquivando esos ataques.

Todo pasaba tan rápido, que casi creí que lo imaginaba. En un momento estaba peleando contra un lobo, a la espera de que el segundo se sumará al ataque y luego vi como ambos atacaban a Iván.
El rastreador y uno de sus secuaces, estaban listos para matarlo, mientras a mí me enfrentaba solo uno.

Tenía que terminar con mi oponente rápido, para poder ayudar a mi compañero, pero no lo lograba. Este lobo, a pesar de parecer un cachorro, sabía pelear muy bien.
No fue hasta que escuche un aullido de dolor, que en verdad me preocupé, y supe que tenía que terminar esto de una vez.

Mordí, rasguñe y golpee con fuerza, hasta que mi oponente cayó. Pero al voltear, me encontré al lobo de Iván sangrando, siendo protegido por una loba gris.
Sin dar más pensamientos a este asunto, me sume a ella y comenzamos a atacar.

Nos costo, pero en el instante en el que ambos lobos quedaron inconscientes, volví a convertirme y a correr hacia Iván.
Él sangraba demasiado ya que tenía una gran herida en su cuello, la cual parecía tardarse en sanar.

—¿Por qué demonios no corriste? Si no se hubiera concentrado en que nada te ocurriera, se hubiera defendido mejor. — levanté la mirada y me encontré con la camarera que nos había atendido hacía unos minutos.

—¿Y tú quién mierda eres?

—Alguien a quien le preocupa mucho más que a ti, por lo que veo.

—Es mi compañero, por supuesto que me preocupa.

—¿ Entonces porqué lo expones? Paso toda la batalla pendiente de que no te mataran.

—Él sabe que no debe protegerme.

—Ya déjate de discutir y ayúdame a llevarlo a mi auto, pero antes, ten. —arrojo una tela hacía mí y la tomé. —Póntelo, debemos irnos.

Cargar a Iván entre las dos no fue sencillo, ya que ambas queríamos ser las líderes en el camino, pero debí ceder, al no conocer su auto.

—Rápido niña, no quiero que despierten.

En el momento en el que depositamos a Iván en el asiento trasero, creí que ella correría al asiento del conductor, pero no lo hizo. En su lugar corrió de regreso al lugar donde nuestra ropa seguía tirada en el suelo y tomó algo de allí.

—Rápido, entra al auto, estamos en peligro niña tonta. —a pesar de sentirme molesta con sus palabras, la obedecí y me subí, junto a Iván.

—Tengo un nombre y es Lyra. — le informé, justo cuando arranco el auto.

—Lo sé, Iván habla mucho de ti.

No sabía porqué, pero eso no me estaba gustando, al contrario, me hizo ponerme alerta.
¿Por qué demonios Iván hablaba de mí con ella?

—¿Y porqué te habla de mí?

—Porque es mi amigo y confía en mí. — contestó como si fuera algo obvio.

—Voy a volver a preguntártelo, ¿Quién eres tú?

—Mi nombre es Sandra y espero que ahora que me conoces dejes de estar tan celosa de mí.

Solo esperaba que Iván se sintiera mejor pronto, de lo contrario no podría matarlo con mis propias manos.

Jugando limpioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora