Jade
Definitivamente no debí venir esta noche.
La música me molestaba, los tacones también e incluso cada persona que se acercaba a mí, aún cuando venían con buenas intenciones.Pase cada momento mirando el reloj en mi muñeca, jugando con mi teléfono u observando a los demás divertirse.
Me sentía extraña y una pequeña sensación de envidia crecía, con cada minuto, dentro de mí.Por otro lado tenía a Lyra, quien a pesar de haber leído mi mensaje, cinco minutos después de enviárselo, lo había ignorado y no se había tomado ni un solo momento para escribir un mínimo: ok.
¿Dónde estaba la Lyra divertida que conocía? ¿Qué había ocurrido desde que llegó a aquí?Cada vez me gustaba menos su compañero, podía no conocerlo, pero hasta ahora demostraba ser una mala influencia para ella.
-¿Qué sucede Jade? Vinimos a divertirnos y parece que quisieras estar en cualquier otro lugar. ¿Acaso no te gustó el bar?
Estaba tan distraída que no había notado que Leticia se había acercado a mí, pero ella había estado atenta, notando mi malestar. Aunque bueno, tampoco había hecho mucho por disimularlo.
-No es eso, es que, bueno tengo un par de problemas y hasta que no los resuelva no me voy a sentir muy cómoda.
Mi madre siempre me dijo que a veces era necesario utilizar una mentirita piadosa y mi padre siempre me aconsejo que si iba a mentir, debía ser muy convincente y creerme dicha mentira.
Según él, podía mentir y decir que era de día en medio de la noche, pero aunque era sencillo de comprobar, haría al otro dudar si sabía utilizar mi seguridad y había trabajado en ello durante muchos años.-¿Qué tipo de problemas? - observé su preocupación, la cual era sincera y suspiré, mientras echaba mi cabeza hacia atrás.
-No sé lo digas a mis padres, pero he saturado el crédito de mi tarjeta. No puedo creer que haya sido tan descuidada y ahora debo conseguir un trabajo con urgencia.
Leticia conocía mi afán por comprar cosas, por lo que era muy creíble que estuviera en serios problemas económicos.
-Jade, debiste decírmelo. Si necesitas dinero puedes pedírmelo y te ayudaré. -y ahí estaba Leticia, siendo la misma de siempre, no dudando en extenderle la mano al necesitado.
-Claro que no, no tienes que preocuparte, lo resolveré por mí misma o enfrentaré el bolsillo tacaño de mi madre.
-¿Seguro de qué solo eso te preocupa? No sé porqué, pero tengo la sensación de que hay algo más.
Levanté la copa con el Cosmopolitan ya caliente y lo observé, haciéndolo balancearse de un lado a otro.
-Tuve un pequeño desacuerdo con Lyra, siento que hay algo que no quiere contarme y le molesta. Sé que no debo molestarla y que cuando se sienta cómoda me contará todo, pero no lo sé, la noto muy diferente, algo distante, siempre enojada. -sin mencionar las constantes llegadas tardías a la casa, cuando se dignaba a regresar, pero eso lo guardaría para mí.
-También he notado su cambio, pero solo podemos esperar a que decida decirnos lo que le sucede.
Asentí, no muy segura de ello, pero al menos era un cambio de tema y me servía.
-¿Listas para seguir la fiesta en casa? -Santiago vino a nosotras luciendo en verdad feliz.
-Sigo creyendo que no es buena idea y que su amigo terminará por corrernos a todos de allí.
-No te preocupes por Drew, él solo ladra, pero no muerde. - miré a Leticia y negué.
-Lo que ustedes digan, después de todo, ustedes lo conocen y lo aguantaran luego. - dejé mi copa sobre la mesa y comencé a ponerme de pie.
El bar no estaba tan lejos de la casa de los chicos, por lo que no tardamos ni diez minutos en llegar.
El lugar se encontraba bastante limpio, ordenado y con cierto toque de buen gusto. La verdad me sorprendió ya que esperaba encontrarme algo completamente diferente.Me sentía mejor aquí, había cierta familiaridad, algo que me hacía querer estar aquí y no sabía que era.
Recorrí mí mirada, sin un poco de pudor por cada una de las paredes, las cuales solo se encontraban adornadas por cuadros de animales en blanco y negro.-Hogar, dulce hogar. - anunció Flavio desde algún lugar detrás de mí, antes de que la música comenzará a escucharse con fuerza.
Voltee y caminé hacia ellos, sintiéndome un poco más relajada.
-Este lugar es bastante agradable, en verdad me gusta. -me senté en el sillón y acepté una cerveza que Santiago me entregaba.
-Tratamos de mantenerlo ordenado, lo cual es algo complicado con nuestros tiempos, sin embargo lo hacemos funcionar.
-Hacen un buen trabajo. -comencé a llevar la botella a mis labios cuando la puerta se abrió y un chico ingreso.
No supe que fue lo que más me golpeó, si el hecho de que este chico tenía la mayor expresión de molestia al encontrarnos a todos allí o si su conocido aroma trajera a mi nublada cabeza todos los recuerdos que creí olvidados.
Era él, era mi compañero, aquel de quién desconocía su nombre hasta ahora. Drew, el esquivo amigo de los chicos, aquel que llegué a considerar un fantasma, un invento de estos, resultó ser a quien buscaba.Escupí la cerveza fuera de mi boca, no logrando apartar la mirada del chico frente a mí.
-Habíamos quedado en que no habrían más fiestas por un tiempo. ¿ Que significa esto? -su voz sonaba tal cual la recordaba, fuerte, segura.
-Ya cálmate Drew, solo es algo pequeño. Ven, te presentaremos a Jade, ella comenzaba a creer que eras producto de nuestra imaginación. -Flavio, lo traía directamente hacía mí.
¿Estaba preparada para esto? Definitivamente no lo estaba. Jamás esperé que el chico al que busqué durante dos malditos meses, estuviera tan cerca.
-Jade, este idiota es el tan imaginario Drew. Drew, ella es Jade. - la expresión molesta cedió unos instantes mientras me saludo, antes de volver a mirar a Flavio.
-Una hora, tengo que dormir.
-Si mi capitán.
Flavio se alejó dejándonos a nosotros parados uno frente al otro.
Al parecer él tampoco me recordaba y si no fuera por su exquisito aroma, seguiría igual que él.-Lo siento si actúo un poco grosero, es solo que estoy cansado. Tuve un largo día entre clases y prácticas y solo deseaba llegar y descansar.
-No te preocupes, les dije que reaccionarias así, es lo que todos haríamos en tu lugar, oficial Gorgory. -mi pequeño mote, aquel que utilice aquella noche, pareció unir los cables en su cabeza.
-¿Eras tú la chica vestida de Tiffany Valentine en la fiesta? - me encogí de hombros y sonreí.
-Soy esa chica.
La comprensión lo llevó a sentarse, observandome, sin apartar su mirada ni un segundo de mí.
-Te busqué, pero habías desaparecido.
-También estuve buscándote y ahora te encontré. -no había manera de que él volviera a perderse de mi vista, de eso estaba segura.

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Jugando limpio
Hombres LoboLeticia Fenn sabía tres cosas con seguridad: 1-Su futuro había sido decidido desde que nació. 2-No podía luchar contra este, sin lastimar a las personas que más amaba. 3-La cuenta regresiva había comenzado y solo le quedaban horas para enfrentar su...