6.

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Christine





La clase había acabado antes, por lo que me encontraba esperando a Matías, sentada en uno de los escalones de la entrada.
Luego de que mi guardia acabará, maneje a casa, me di un rápido baño, me preparé un café y lo tomé antes de venir hacia aquí. Podría haber tomado mi auto, pero en su lugar preferí tomar un taxi, con la esperanza de que Matías me llevará a casa.

¿Quién podría culparme? Acababa de conocer a mi compañero y quería pasar todo el tiempo que pudiera a su lado, conociendo sus gustos, sus virtudes y defectos, sus intenciones y cada uno de sus secretos.
Siempre había sabido que sería así, ya que desde niña odie dar vueltas. Sabia lo que quería y me esforzaba por conseguirlo.

Y ahora quiero a Matías.

Saqué mi teléfono y observé la hora, comprobando que aún faltaban veinticinco minutos para las diez.
Soltando un suspiro, teclee un rápido mensaje, en el cual le preguntaba a mi hermano sobre los últimos acontecimientos en la manada. Conocía a Uriel y él me respondería en segundos, a diferencia de mis padres, quienes nunca llevaban su teléfono encima.

*Uriel: Nada nuevo sucediendo por aquí. ¿Qué hay de ti?

Muy bien, era el momento, no pensaba dejar que se enterará por alguien más. Y con alguien más, me refería a Leticia, quien no podía guardarle ningún secreto a mi hermano.
Bueno, a excepción de mi trabajo, el cual por algún milagro aún seguía en la oscuridad.

*Christine: Ayer conocí a mi compañero.

Apenas apreté la tecla enviar, comencé a contar hasta cinco, sabiendo que no tardaría más que eso en llamarme.
Pero está vez ni siquiera llegue a cinco, a los tres, mi teléfono vibró con su llamada.

—¿No puedes prepararme? ¿Enserio tienes que soltar la noticia como si me dijeras buen día? — hice una mueca al escuchar su tono molesto.

Él debería estar feliz, después de todo, solo a eso vine a la ciudad. La manada tiene universidad, por lo que si solo quería estudiar, me hubiera quedado allí.

—Preferí priorizar lo importante.

—¿Cómo se llama?

—¿Por qué? ¿Acaso piensas pedirle a tía Summer que lo investigue?

—Soy muy capaz de hacerlo yo mismo, hermanita. Ahora dime el nombre.

—Se llama Matías Prado y es policía, por lo que tal vez Ben podría ayudarte más con tu investigación.

De nada servía ocultárselo, eso solo lo motivaría a insistir y a poner a algunos de sus amigos a seguirme y no me convenía.

—¿Es humano?

—No.

—¿ Entonces sabe que eres su compañera?

—Ajam …— comencé a darle respuestas ambiguas, porque detrás de mí, se instaló el olor que me iba a hacer perder el control.

Volteé y lo encontré alzando una ceja, antes de caminar y sentarse junto a mí.
Mierda, él se veía enserio muy bien.

—Esa no es una respuesta Christine.

—Estoy por entrar a una clase, te llamo luego. — Corté , escuchando su reclamo, a través de la línea. —Hola Matías.

—¿Llevas mucho tiempo esperando? Creí que me habías dicho a las diez.

—Lo dije, solo que la clase acabo antes.

Él me miró con una expresión divertida, antes de mirar mi teléfono en mis manos y endurecer su expresión.

Jugando limpioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora