Iván
Era un estúpido si me dejaba caer en sus provocaciones. Me había expuesto a mí mismo al buscar a Sandra, el ir con ella y hablar sobre los problemas que estaban sucediendo y los cuales ella podía ayudar a minimizar.
Pero no, así no lo lograba ver Lyra, quien cegada por algún tipo ridículo de celos, no tardaba en hacer una escena.¿Es qué acaso no veía que solo iba con ella para protegerla?
En lugar de evaluar todas las opciones para darse cuenta de que está era la mejor, prefirió cerrarse.Ahora nuevamente estaba haciendo un berrinche, creyendo que poniéndome celoso iba a conseguir alguna cosa, pero se olvidaba de la parte en la que estábamos ocultos. Hasta que nos encontrarán, no debería preocuparme por ningún otro hombre.
Sin embargo, no dejaría que su berrinche fuera por nada, fingiría caer en sus juegos y ceder ante sus peticiones.—Esta bien, no involucraremos a Sandra en esto. — mentí, apoyando mi espalda contra la pared que se encontraba junto a la puerta del baño. — Debí imaginar que esto te molestaría, lo siento, pero tú también actuaste mal. Escucha Lyra, por más molesta que estés, no puedes traer a nuestra conversación el nombre de otro hombre.
Esto es lo que ella esperaba, alguien inseguro, explosivo, que fuera fácilmente manipulable, pero aunque nuestro lazo nos uniese, no dejaría que nadie me dijera que hacer.
Yo veía claramente y no desaprovecharía una gran oportunidad solo por sus niñerías.—No puedes mandarme Iván, si quiero traer el nombre de alguien más, lo traigo. — negué, con ganas de mandar todo a la mierda, pero tenía que hacer lo posible para que viera al verdadero yo y dejara de verme como el malo de la historia.
Ella me veía como un pendenciero, un chico conflictivo, peleador, un traidor, que no dudaría en traicionar a los suyos y puede ser, después de todo lo hice por ella.
¿Qué tenía que hacer para que ella se diera cuenta de esto? Porque al parecer, se negaba a abrir los ojos.—¿Puedes salir para que hablemos más cómodos?
El silencio que instaló en la habitación era demasiado incómodo, pero si ella no salía, seguiríamos en esta especie de carrusel y el resultado sería el mismo que ahora.
¿Por qué no podía actuar como alguien maduro? Si, tiene veinte años, pero si quiso desmantelar una manada entera ella sola, al menos debería ser un poco analítica, pero no, ella era imprudente y arrebatadamente infantil.Lo que pareció ser una eternidad después y cuando ya estaba por darme por vencido, ella salió y me miró con timidez.
¿Ahora era tímida? Ni siquiera el día que nos conocimos actuó así.—Ya salí, ahora habla.
—¿Qué es lo que quieres saber? Dime y te lo diré, no tengo nada que ocultar.
—¿Quién es esta tal Sandra?
Este tipo de preguntas era la que podía ocasionar una nueva discusión entre ambos. Porque si le decía quien había sido Sandra para mí en el pasado, ella se pondría mucho más celosa de lo que ya se encontraba.
Si quería que esto se terminará y ninguno saliera lastimado, las cosas iban a tener que ser a mi modo.—Ya te lo dije antes, ella es una vieja amiga.
—¿Qué tipo de amiga? ¿Amiga fraternal o pasional? — y ahí estaba nuevamente dejándose llevar por sus celos.
—Fraternal. Ella solo fue una amiga, Lyra. —prefería mentirle y que se calmara a que continuará actuando como una loca. —No puedo creer que estés celosa.
—Ya te dije que no son celos.
—Lo que sea, ven. —tome nuevamente mi campera y voltee a ver si me seguía.
—¿A dónde?
—Vamos a salir un rato, no es bueno que estés tanto tiempo encerrada, pone ideas raras en tu cabeza.
No era bueno exponernos, pero estaba aburrido de estar aquí y siempre pelear, quizás si nos encontrábamos en un lugar con más gente, ella finalmente se dejaría llevar.
—De acuerdo. Ya no soporto no tener un poco de libertad.
Cuando había ido a encontrarme con Sandra, había visto en el camino un pequeño bar, en el cual podríamos pasar un buen rato, tomar algo y escuchar un poco de música.
No sabía si ella se sentiría cómoda allí, con Lyra nunca podía tomar una decisión sintiendo confianza absoluta, porque ella terminaba odiando cada plan que le presentaba.Mientras caminábamos por las apenas iluminadas calles, me permití observarla un poco. Cuando no estaba gritando y buscando algún tema para discutir, ella se veía como una de esas chicas que siempre está sonriendo.
Sus ojos brillaban, su pelo se movía con cada paso y ahí estaba, su sonrisa pintada en su rostro.—¿Por qué me miras tanto?
—Solo pensaba.
—¿En qué?
—En todo lo que ha pasado. Siento que no te conozco del todo Lyra, tal vez todo lo que sabía de ti era falso. —di un largo suspiro y me detuve, poniendo mi mano en su antebrazo. —Tú tampoco me conoces y por eso te muestras tan hostil hacía mí.
—Tienes razón, no nos conocemos. Te voy a proponer algo.
—¿Qué cosa?
—Aprovechemos esta noche para empezar de nuevo, vamos a conocernos y decirnos la verdad. ¿Qué dices?
Al parecer el aire fresco le estaba sirviendo, ya que comenzaba a mostrarse más abierta hacia mí.
—Eso me gustaría.
—Entonces haremos eso. La verdad me siento cansada de que siempre estemos peleando, no quiero hacerlo y quiero entenderte, para ver si así puedo dejar de sentir que me enterrarás un puñal en la espalda en cualquier momento.
—No soy un doble agente, no estoy en ambos lados. Desde el momento en el que te elegí, no hubo vuelta atrás.
—Aún no entiendo porque me elegiste.
—Porque a pesar de todo eres mi compañera y para mí eso es algo sagrado. Puedes creerme un pandillero, alguien sin escrúpulos y tal vez estés en lo cierto, pero nunca dejaría sola a mi compañera.
—¿Y si fuera una humana? —Tal vez para Joaquín o los demás en la manada eso hubiera sido un impedimento, pero no para mí.
—Hubiera hecho lo mismo que estoy haciendo.
A ella le costaría creerme, pero por mucho que detestara a los humanos, si ella hubiera sido una, nada me habría alejado de su lado.
Esto no era un simple capricho nuestro y aunque podría rechazarla ahora mismo y ahorrarme muchos más problemas, no podía hacerlo. Pensaba luchar a su lado, ayudarla a estar segura y así esperaba conseguir que me aceptará.

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Jugando limpio
Manusia SerigalaLeticia Fenn sabía tres cosas con seguridad: 1-Su futuro había sido decidido desde que nació. 2-No podía luchar contra este, sin lastimar a las personas que más amaba. 3-La cuenta regresiva había comenzado y solo le quedaban horas para enfrentar su...