C.21

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Iván





No estaba del todo recuperado aún, pero no soportaba la idea de seguir acostado. Si quería mejorar rápido, lo mejor era empezar a ponerme en movimiento, el reposo no estaba hecho para mí.
Sandra había empezado a informar todo lo que se enteraba a la familia de Lyra, era en lo que habíamos quedado. Si queríamos que ellos confiaran en nosotros, deberíamos darles motivos para que lo hagan.

Mi relación con la mayoría era buena, sin embargo había un par a los cuales todavía no conocía y al parecer eso cambiaría ahora, ya que cuando salí, la sala estaba llena.

—¡Iván! —Lyra vino hacía mí, aferrándose a mi brazo como si no pudiera caminar correctamente. — ¿Por qué te levantaste? Tendrías que estar descansando un poco más.

—Estoy bien. —forcé una sonrisa, a pesar de que sentía el interior de mi garganta en carne viva.

—Déjalo Lyra, lo mejor para él es que camine un poco. —dijo Drew, quien reiteradamente se acercaba a comprobar el avance de la mejoría de mi herida.

—¿Seguro?

—Deja de cuidarlo como si fuera un niño, si quiere ponerse de pie y andar, es su problema. —el chico que había hablado era bastante parecido a mi compañera, por lo que podía adivinar que se trataba de su hermano.

—También es el mío, porque es mi compañero y quiero que esté bien.

—No empiecen a pelear nuevamente. Cédric, tú cálmate y deja de provocar a tu hermana , ya hemos hablado de esto.

—Nunca dije que estuviera de acuerdo.

—Es su compañero y no lo cambiarás, es más, deberías agradecerle el que la cuidará cuando se metió en todos estos problemas. Si no fuera por él, quizás hace tiempo ya la hubieran atrapado y ahora no estaría aquí con nosotros. —el hombre se acercó a mí y me dio la mano. —Soy Jack Henderson, padre de Lyra y por mi parte te pido disculpas por el comportamiento de mis dos hijos y te agradezco lo que has hecho por Lyra hasta ahora. La mantuviste segura, a pesar de que estoy seguro de que te lo habrá puesto difícil.

Asentí, tratando de hacerle saber que no fue ningún problema cuidarla. Lo volvería a hacer una y otra vez, aunque sin dudas cambiaría la razón. Me gustaría que cuando me toque mantenerla segura, pueda ser incluso en una salida normal y no al ser perseguidos y amenazados de muerte.

—Mi esposo tiene razón, ambos te agradecemos mucho lo que has hecho por ella y aunque tú no lo digas, mi hija es bastante difícil de llevar. —la mujer castaña sonreía, como si no tuviera ninguna preocupación en su vida. —Por cierto, soy Megan.

—Mamá, no soy difícil de llevar.

—Eres bastante rebelde Lyra.

—Tengo a quien salir. —respondió cruzándose de brazos, mirando fijamente a todos.

—Claro que sí, eres igual a caperucita, ambas son tan impulsivas, deberían ser más como nosotros. —No sabía porqué, pero las palabras del hombre rubio no me parecían muy sinceras.

—Oh cállate Michael, si hay alguien impulsivo aquí, ese eres tú. —la sonrisa de Abby era enorme, mientras el hombre comenzó a hacer unos patéticos pucheros hacía ella.

—Eso dices ahora mujer, pero en el fondo amas mi impulsividad. Vamos admítelo, es lo que le da la razón a tu vida.

—No admitiré nada. —Respondió como si nada. —No le hagas mucho caso Iván, Michael es mi esposo y él es un poco bromista. A veces creo que tengo cuatro hijos en lugar de tres.

—Y ahora seremos abuelos. Oye Loki, ¿Lyra te ha hablado de mí? —negué, no comprendiendo nada. No sabía quién era este hombre y de qué demonios hablaba. —¿No le hablaste de mí Pinki? Me decepcionas, soy tu tío favorito.

—Teníamos otras preocupaciones.

—Esa no es una buena excusa , siempre puedes hablar de cosas buenas, como yo.

—Papá deja el drama, creo que ahora tenemos cosas más importantes por tratar. Como Sandra nos ha informado, hoy unos amigos me dieron la misma información, hay varios hombres merodeando por los alrededores, como si buscarán a alguien, por lo que creo que es cuestión de tiempo hasta que den con nosotros. — uno de los hombres sentados comenzó a hablar, diciendo algo que imaginaba.

—¿Y qué propones Gael? — preguntó mi cuñado, diciendo aquel nombre que Lyra había mencionado hace un tiempo con intensión de ponerme celoso.

No creí que en realidad existiera, pero ahora que lo veía cara a cara, una cierta espina de inseguridad se introducía dentro de mí.
Alce una ceja hacía Lyra, quien enseguida comprendió la razón y no pudo disimularlo, ya que su rostro completo se tiño del color de un tomate podrido.

—Yo creo que lo mejor es que nos traslademos a la manada, allí estarán seguros y ganaremos tiempo para pensar bien que hacer.

—No… —dije, antes de comenzar a toser.

—Es verdad, no es una buena idea. — continuó Sandra por mí. —Ellos ahora están merodeando por aquí, si ven que comenzamos a movernos, nos delatara y los llevaremos hacia allí.

—He pensado en ello, pero no nos queda mucho por hacer y el tiempo sigue pasando.

—Por eso tenemos que pensar bien lo que haremos.

—¿Tú que dices Cédric?

—Viendo como esto sigue avanzando, solo le veo una solución y es pelear. Nos tocará defendernos y de una vez por todas acabar con las personas detrás de nosotros.

Esperé escuchar a alguien negarse, pero parecía que esa era la idea en la cabeza de todos, porque nadie dijo nada, sino que asintieron.
Al parecer deberíamos pelear y no sería una batalla sencilla, lo sabía muy bien.

Jugando limpioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora