C.16

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Lyra





Solo quería quedarme junto a Iván, acompañándolo y asegurándome de que se encontraba bien, pero al parecer no podría hacerlo.
Basto con que pusiera un pie dentro de la casa, para ser bombardeada de preguntas, las cuales no podía ni siquiera comenzar a procesar.

Las primeras en llegar a mí, fueron mi madre y Jade, quienes no paraban de comprobarme.
Ellas me revisaban como si hubiese vuelto de la guerra.

—Estoy bien, estoy bien, no es por mí por quién deben preocuparse. — traté de alejarme de ambas, pero mis palabras no fueron convincentes.

—Drew y Abby están encargándose de tu compañero, déjanos revisarte. —Abril se sumó a Jade y a mi madre.

—En verdad estoy bien, yo solo necesito estar con él. —¿Por qué no lo entendían?

Todo esto era mi culpa, desde el día en el que conocí a Iván, solo signifique problemas para él.
Una compañera molesta que solo lo alejo de los suyos, que lo hizo ganarse su odio y el que lo pusieran en su lista negra. Lo he hecho sentirse miserable con mi comportamiento y ahora, ahora termina lastimado porque no lo escuché.

¿Tanto me costaba correr? Lo único que logré al quedarme allí, fue que  Iván se distrajera y terminará herido gravemente.
Si algo le sucediera, no iba a poder perdonármelo.

—Déjanos comprobarte, Lyra, estás llena de sangre.

Solo entonces me miré y comprobé que tanto mis manos, como mi ropa estaban empapadas de líquido rojo.

—No es mi sangre, es de Iván. Traté de que dejara de sangrar, pero no podía, la sangre seguía brotando sin parar. —mis ojos de llenaron de lágrimas al recordar como se sintió el camino hacia aquí.

—Tranquila cariño, él estará bien. —los brazos de mi madre se envolvieron a mi alrededor, pero no dejaba de sentirme preocupada.

—Es una herida profunda, de lo contrario sanaría rápido. Mamá, él es un lobo fuerte, pero no pudo defenderse apropiadamente porque estaba más preocupado por mí.

—No pienses en ello ahora, verás que él estará bien. — sentí sus manos acariciar mi cabeza y finalmente comencé a llorar.

No podía ni siquiera soportar la idea de ya no ver a Iván. Él era mi compañero, pero más allá de ello, es quien se quedó conmigo a pesar de todo.
Él soporto mi locura, mis cambios de humor y todo lo demás, pero aún con todo eso, él nunca se alejo. Iván se quedó conmigo y luchó conmigo hasta ahora, por lo que no puedo aceptar el ya no verlo.

—Tengo que ir con él. —me intenté soltar, pero me seguían sosteniendo.

—Deja que te revisemos.

—Pero, pero…

—Deja que te revisen Lyra. — miré a Sandra, quien entraba seguida de mi padre. —Cuando Iván despierte va a estar muy preocupado por ti, ¿Cómo crees que se pondrá si sabes que no has dejado que te controlen?

Ella tenía razón, él se preocuparía, ya que ambos hemos peleado.
Muy a mi pesar asentí, aceptando que me revisen.

—Está bien.

—¿Por qué tendría que molestarle si mi hermana se controla o no? Aún hay muchas explicaciones que debe darnos.

—Si quieres explicaciones, pídemelas a mí, Cédric. —no iba a permitir que se comportara como un imbécil con Iván. —Yo fui quien se metió en todo esto, quien lo engaño a él, si lo quieres culpar de algo, cúlpalo de querer protegerme.

—¿Ahora sí quieres hablar Lyra? Eso es bueno, porque tenemos muchas cosas por decirte.

—Esto no es asunto tuyo Cédric, en todo caso los que deberían reclamarme son nuestros padres.

—Es mi asunto también, eres mi hermana y me preocupas.

—Cédric, cálmate. —Aysel se acercó a él, poniendo sus manos en su pecho. —No hay razón para que pelees ahora, ella está bien, solo mírala, su único mal es la preocupación por su compañero.

—¿Y qué hay de nosotros? Pasamos días preocupados, mientras ella se escondía quien sabe dónde.

—En el hotel “Deja vu”. —Johan ingresó, seguido de Savannah y Logan.  —Encontré el lugar donde se escondían, solo que un poco tarde.

Al parecer nos habían encontrado al mismo tiempo que los otros, solo que mientras ellos estaban en el hotel, nosotros luchábamos en la cafetería.

—Por poco tío. —por poco nos hubieran podido ayudar.

—Creí que habían vuelto a cambiar de lugar, hasta que recibí la llamada de Beatriz. ¿Cómo están?

Ante su pregunta, me encogí de hombros y miré al pasillo, pasillo por el cual se habían llevado a Iván y por el cual no me permitían ir.
No eran tontos y sabían que al menor descuido, me escaparía y llegaría a su lado.

—No lo sé.

—Pinki, mi fosforito y Stranger están atendiéndolo, seguro estará bien. No hay de que preocuparse. —Michael se acercó a mí y me abrazo —Estas hecha un desastre, si tu compañero te ve así, se asustara.

—No lo hará.

—Pareces salida de una película de terror. — me volvió a repasar y negó, haciendo una mueca de disgusto. —Aterradora.

—Acabo de pelear contra algunos lobos y escapar de allí, con alguien herido.

—Exacto, así que ve a bañarte. —lo observé y negué, él no podía hablar en serio. — Te quiero porque eres mi sobrina, pero estas horrible y apestas y si no quieres que tu compañero huya sin mirar atrás, ve a bañarte.

—Quiero ir con él.

—Una confesión muy fuerte para decirla frente a tus padres, pero de cualquier manera, dudo que él pueda bañarse ahora. —en el instante en el que entendí lo que quiso decir, golpee su brazo.

—No dije que quiero bañarme con él, solo que quiero ir con él, a ver cómo va todo.

—Pequeña Pinki, hay un dicho que dice: “no aclares que oscureces” y estás oscureciendo las cosas.

—¡Tío!

—¡Pinki!

—Déjame ir a ver cómo está.

—Luego de que te bañes, yo mismo te llevaré.

Lo observé a él y a todos, no me dejarían entrar tan fácil, por lo que tendría que hacer lo que me decían.

—De acuerdo, pero luego me dejaras verlo.

—Claaaaaro, ¿Acaso no confías en mí? — lo hacía, pero ahora todos se portaban raros. —Además para cuando salgas seguro ya habrán terminado de curarlo.

Esperaba que fuera así, esperaba que cuando saliera de bañarme todo hubiera terminado y me permitieran estar junto a Iván. 

Jugando limpioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora