Lyra
Algo había cambiado. De repente con Iván teníamos cierta complicidad.
No era como si fuéramos mejores amigos o la pareja del año, pero ahora, ambos podíamos bromear e incluso mantener una conversación sería sin empezar a pelear.Estos dos últimos días, él no había salido, se había quedado conmigo en la habitación, mirando varias películas viejas de comedia.
Me sentía cómoda a su lado y por primera vez, desde que mencionó el regresar con mi familia, sentí la poca predisposición a dejarlo.Era una egoísta y lo había demostrado, pero él se había metido en esto por mí, me había elegido por sobre los suyos, o al menos eso me dijo. La manera en la que me lo explicó la última vez, me hizo sentirlo sincero y provocó dentro de mí una enorme culpa.
Quería quedarme a su lado, por lo menos intentar un tiempo ver a dónde nos lleva todo esto.—¿En qué piensas? El verte ahí callada y con la mirada pérdida me preocupa un poco, quien sabe que locura debe estar creando tu cabeza. — Entrecerré mis ojos hacia él, mientras lo veía caminar hacia mí, comiendo una manzana.
—Pensaba en lo que dijiste de devolverme a mi familia.
—Ah eso, a pesar de no querer hacerlo, lo haré. —Se dejó caer en el lugar junto a mí y me observó unos segundos, antes de comenzar a hablar nuevamente. —Al principio estaba muy enojado contigo, pero aún así no podía dejar que nada te sucediera, ahora ese enojo ya paso y puedo pensar mejor las cosas. ¿Cómo te explico? En mi lista de prioridades, vas a la cabeza, por lo que sé que si te quedas a mi lado es más probable que nos encuentren, pero si te llevo con tu familia, no te encontrarán con mi rastro.
—Pero te encontrarán a ti.
—¿Ahora te preocupo? — claro que me preocupa, ¿o qué cree?
—Si.
—Soy un chico grande, si me encuentran, veré la forma para mantenerme con vida. Pero si estás conmigo y llegan a nosotros, todo en mí querrá protegerte y cometeré errores y no puedo permitir que algo te suceda.
Él siempre parecía estar poniéndome en primer lugar, incluso ahora, prefería exponerse a permitir que me atraparan.
Yo no me merecía a alguien así, era demasiado egoísta.—No sé si me sentiré bien dejándote solo.
—Siempre lo estuve, no es nuevo para mí. En vez de pensar en ello, empieza a pensar en lo que le dirás a tu familia, porque de esos problemas no podré rescatarte.
No quería ni pensar en ello, tendría regaños de tantas personas que ya estaba sintiéndome estresada.
Cuando volví a levantar mi mirada, él seguía observándome, como si tratase de descubrir lo que escondía dentro de mí.—Siempre me observas de esa manera.
—¿Qué manera?
—Cómo si quisieras meterte dentro de mi cabeza.
—No es eso, solo te observó, tratando de familiarizarme con tus rasgos. Quiero recordarte tal cual eres.
¿Por qué decía este tipo de cosas? Él tenía que odiarme, le había arrebatado todo, sin embargo, no lo hacía y eso me dolía, porque me hacía querer quedarme a su lado.
—¿Crees que ellos te perdonarán y te permitirán volver? — pregunté y lo escuché reír amargamente.
—No lo harán y aunque lo hicieran, ya no sé si quiero pertenecer a una manada así. Como te había dicho, muchas de sus reglas no me parecían correctas y solo esperaba juntar un poco de dinero para independizarme de ellos, pero al parecer empecé independizándome y siendo cazado por ellos, sin embargo saldré con bien.
No lo creía, por lo que me decía en cuanto llegarán a él lo matarían y la única responsabilidad por ello, sería mía.
Soy una tonta que solo puso en peligro a todos. ¿Y para qué? ¿Para sentir que viví una aventura?Siempre creí que era más madura y centrada que las demás, pero ahora comprobaba que era lo contrario, siempre viví en un mundo de fantasías creado por mí.
Me sentía centrada, porque así quería creerlo, pero ahora veo la realidad y soy una tonta.—No sé si quiero irme. —Confesé. — Aún no quiero alejarme de ti. Puedes pensar que soy una egoísta y si, lo soy, pero quiero ver a dónde nos lleva esto, no te quiero abandonar.
—¿Quieres que tu familia siga preocupada?
—No.
—Entonces debes volver con ellos. Me gusta la idea de pensar que quieres intentar que nuestra relación avance, pero no soy un tonto Lyra, veo que solo estás siendo impulsada por la culpa.
—¿Y qué si lo estoy?
—No es así como funcionan las cosas. No busco lástima o que sientas alguna obligación de estar conmigo, si lo estás quiero que sea por otras razones.
—¿Por qué tienes que ser así? ¿Por qué no puedes ser egoísta?
—Lo soy, estoy robándote unos días solo para mí. — tenía ganas de golpearlo, de abrazarlo y muchas cosas más, pero todo parecía surgir a la vez y no terminaba haciendo nada. —Prométeme algo Lyra, prométeme que cuando regreses con tu familia, ya no te meterás en problemas.
—No lo haré.
—Gracias.
—No te equivoques, te estoy diciendo que no te lo prometo. Si me devuelves, yo misma me entregaré. — no iba a dejar que lo maten por mi culpa, me quedaría a su lado e intentaría protegerlo.
—Eres demasiado egoísta e inmadura.
—Lo soy.
Nos quedamos mirándonos uno al otro, antes de que él negará y se pusiera de pie.
—No discutiré con una niña, voy a salir. —y tras eso lo vi darme la espalda y salir por la puerta, cerrándola de un fuerte golpe.
Me acusaba de niña y él era igual de inmaduro. En lugar de quedarse y enfrentar la situación, salía molesto haciendo un berrinche.
Sin embargo no pude sino sonreír, aunque estaba molesto, sabía que está batalla la había ganado y que irremediablemente me tendría que mantener a su lado un tiempo más.

ESTÁS LEYENDO
Jugando limpio
WerewolfLeticia Fenn sabía tres cosas con seguridad: 1-Su futuro había sido decidido desde que nació. 2-No podía luchar contra este, sin lastimar a las personas que más amaba. 3-La cuenta regresiva había comenzado y solo le quedaban horas para enfrentar su...