Santiago
Frente a mí un hombre acababa de convertirse en un animal. No un animal cualquiera, sino un lobo de casi dos malditos metros de largo, que solo me observaba con enojo, mientras gruñía hacía mí sin parar.
Quería creer que durante el entrenamiento había sido golpeado y no lo recordaba, porque la otra explicación, era que estaba volviéndome jodidamente loco.Estábamos a punto de tener sexo, entonces entraron sus padres, hasta ahí mis recuerdos van bien. Su padre quería matarme y aunque su madre se mostrará agradable, sabía que tampoco se sintió cómoda al encontrarnos en esta posición.
Pero entonces, su padre habló de un secreto y luego, luego me encontré frente a un lobo.¿Sería esto una broma? ¿Alguna especie de juego tonto? No lo sabía, pero no me estaba gustando ni un poco.
-¿Alguien quiere explicarme que acaba de suceder? -no podía apartar la mirada del lobo frente a mí, me sentía congelado en mi lugar.
-Yo te lo explicaré todo, iba a hacerlo, aunque no ahora, pero al parecer mi padre tiene otros planes. - Leticia miraba hacía el animal con molestia. - Esto si me costará perdonarlo papá.
-¿Papá? - ¿Ella en serio estaba hablando como si ese lobo fuera su padre?
-Santiago, por favor cálmate y escúchame.
-Entonces empieza a hablar porque lo único que haces es llamar padre a ese lobo, mientras él solo parece querer un pedazo de mí.
En ese mismo instante, esté gruñó y dio un paso hacía adelante.
-¡Ya basta! Deja de amenazarlo, no te dejaré acercarte a él. -Leticia se paró frente a mí, poniéndose a si misma como una barrera entre ambos. -Iba a decírtelo Santiago, pero no es algo sencillo y tenía miedo de que te asustaras.
-¿Estos son los fantasmas de los que hablabas hace días? - esto no era un fantasma, era algo más, más mortal, más aterrador y mucho más real que un maldito fantasma.
-Si, estos son. No soy una chica común, al igual que mi padre, yo también puedo convertirme en una loba. -la miré, esperando que se riera, que terminará con esto de una vez. - Nunca te haría daño, no puedo y te prometo que él tampoco lo hará, antes deberá pasar sobre mí.
No estaba echándose atrás, seguía con esta idea ridícula de que era una loba. Miré a su madre, quién tenía la mirada en nosotros.
-¿Usted también? - pregunté, sin saber que más hacer.
-No. -negó lentamente y miró al frente. -Yo soy humana, pero soy la compañera de ese lobo imbécil, el cual debería saber que esto que está haciendo solo generará más problemas.
-¿Compañera? ¿De qué mierda hablan ustedes? Si esto es una broma, no me estoy divirtiendo.
-¡Esto no es una broma, ya basta! No puedo creer que me hagan esto. Es por esa razón que no los llamé, sabía que solo se preocuparían por ustedes. ¿No ven que es mí vida la que están arruinando? Papá, ¿Siquiera pensaste en mí, antes de soltar a tu lobo y tratar de mostrarte como el macho en esta habitación? -podía sentir como ella temblaba, pero no podía acercarme, me sentía traicionado. Ella me había mentido durante todo este tiempo. - ¿Santiago, podemos hablar esto a solas?
-No, creo que no tenemos nada de que hablar. - me dolía decirle esto, pero ella no había confiado en mí.
-No me hagas esto, tú no. Por favor, déjame explicarte. - Ella estaba fuera de si, desesperada por explicar algo que debió hacer hace tiempo.
-¿Ahora? ¿Por qué esperaste hasta que tu padre hiciera algo como esto para decirme la verdad? ¿Acaso no confías en mí?
-Si, sabes todo sobre mí, excepto...
-Excepto lo más importante. - estoy dejándome llevar por el enojo. Pero aún no logró entender porqué lo siento con tantas fuerzas.
¿Estoy enojado con ella? ¿Conmigo? ¿Con el hecho de que me engaño? No lo sé, pero siento como si hubiera jugado conmigo al mentirme de está manera.
-¿Cómo te decía que me convertía en loba sin asustarte? ¿No ibas a pensar acaso que estaba loca? No quería perderte Santiago, tú eres lo único real que tengo.
-Leticia... -escuché la voz ahogada de su madre, pero ninguno volteó, seguíamos mirándonos fijamente, ya que podría ser la última vez que lo hiciéramos.
-¿Lo único real Leticia? ¿ Algo qué conseguiste a base de mentiras? Te dije que me quedaría contigo, confiaba en ti y ahora veo que eres una mentirosa.
-¡No te mentí!
-Pero lo ocultarte que es lo mismo. Hiciste lo mismo que Rebeca, me subestimaste, por eso lo callaste. Creíste que lo tomaría de mala manera y preferiste guardártelo.
-¿Acaso no es lo que estás haciendo? Estás reaccionando de la manera en la que tanto temía. Por favor Santiago, me conoces, sabes que no jugué contigo, de verdad te quiero.
-También te quiero, pero ya no confío en ti y una relación sin confianza no va a ningún lado.
-¿Qué estás queriéndome decir?
Ella lo sabía, no podía seguir estando con alguien que no confiaba en mí. Necesitaba una relación con compromiso y al parecer era el único tomándolo.
Tenía que salir de aquí, ya no me importaba el lobo, no me importaba nada, me sentía un verdadero idiota.-Lo siento, pero tengo que irme. -empecé a caminar hacía la puerta tratando de no voltear, si veía ahora mismo la expresión de Leticia, sería más doloroso.
Salí de la casa y corrí hacia mí auto, dónde golpee el volante reiteradas veces.
Amaba a Leticia Fenn, pero ella no era quien creía. No sabía quién demonios era en realidad.¿Era la chica tierna que no dudaba en decirme lo que pensaba, o era una chica que podía convertirse en una loba y mentirme a la cara como una profesional?
Miré una última vez a su casa y dudé en irme o quedarme. La amaba, pero no confiaba en ella.Nuevamente estaba solo, me había abierto a ella y de nada sirvió.
Necesitaba tiempo. Eso era, solo el tiempo me diría si podría volver a confiar en ella o debería dejarla ir.
ESTÁS LEYENDO
Jugando limpio
WerewolfLeticia Fenn sabía tres cosas con seguridad: 1-Su futuro había sido decidido desde que nació. 2-No podía luchar contra este, sin lastimar a las personas que más amaba. 3-La cuenta regresiva había comenzado y solo le quedaban horas para enfrentar su...