16.

1.2K 168 20
                                    

Christine





¿Acaso estaban locos? ¿ Enserio estaban esperando que estuviera de acuerdo con que Matías renuncie a un caso por mí?
Había pasado por mucho esfuerzo para llegar a ser buena en mi trabajo y sabía que él había hecho lo mismo. Esto siempre sucedería, siempre habría una amenaza al acecho y personas que creían que podían salirse con la suya a cualquier precio.

¿Qué clase de precedente sentaría esto? Si renunciaba ahora, todos creerían que volvería a hacerlo, solo por amenazarme.
¿Enserio me creían su punto débil? Claro que lo hacían, lo sabía solo con ver a mi familia.

—Christine, esto no es un juego.

—Sé que no lo es papá, pero están dejándose llevar por la preocupación . — observé a Matías y resople. —Todos ustedes lo hacen.

—Lobita, las cosas cambiaron.

—Claro que eso sucedería Matías, ¿De verdad no lo esperabas? Pasamos mucho tiempo juntos y lo haremos en un futuro. ¿Vas a renunciar a los próximos casos si te amenazan con dañarme?

—Es algo que deberé evaluar llegado el momento.

Al parecer él estaba decidido a dejar todo. ¿Acaso no pensaba en como me sentiría? ¿Cómo la culpa de apoderaría de mí?

—Veo que no me necesitan para tomar decisiones y que mi opinión les importa una mierda, así que me voy a trabajar.

Tenia permiso para no asistir hasta dentro de dos días más, pero al diablo con todo, no quería quedarme aquí. Todos, incluyendo a mi compañero, creen que pueden tomar decisiones por mí y se equivocan.

—Christine, espera.

—¿Y ahora qué quieres Matías? ¿Han decidido algo más sin consultarme?

No me extrañaría que intentarán retenerme en la casa hasta que el peligro cesará, pero una cosa era segura, deberían amarrarme para conseguirlo.

—Lo siento, tienes razón, debí escuchar tu opinión. —Él dio dos pasos hacia mí y negué. — Pero estoy preocupado, si algo llega a sucederte no podré perdonármelo.

—Pero podría sucederme en cualquier momento. —vi a mi hermano dispuesto a soltar un comentario, seguramente para recordarme su desagrado en mi profesión y continué. — Y no solo por mi trabajo o el tuyo. Podría chocarme un auto, caer de las escaleras o sufrir ataque al corazón y nadie podría hacer nada para evitarlo.

—Solo trato de hacer lo mejor para cuidarte.

—Todos lo hacemos Christine.

—Sé que lo hacen Gael, pero dejar en libertad a unos asesinos no es la solución.

—Tampoco queremos eso.

—Entonces saben, tan bien como yo, que Matías debe continuar este caso y enseñarles a esos idiotas a no amenazar a la compañera de un lobo.

Matías sonrió, mientras terminó de acortar la distancia entre los dos y envolvió su brazo en mis hombros.

— Continuaré en el caso, pero debes prometerme que tendrás cuidado y que ante cualquier problema nos lo dirás.

—Siempre tengo cuidado.

Dentro de mí, la bola de fuego en mi estómago comenzó a desaparecer. Hasta ahora no habíamos tenido un malentendido cómo este y la verdad esperaba que no se repitiera.

—¿Tan rápido le pusiste la correa, pequitas? Me sorprendes Higgins, eres un mandilón. —Michael nos observaba a unos pasos, con los brazos cruzados y la cabeza inclinada.

Jugando limpioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora