C 22

2.5K 414 8
                                    

Lyra






—¡No pienso hacer tal cosa!

Ellos estaban completamente locos, creían que me iría, que me escondería junto a mi madre y las demás.
No podía hacer tal cosa, todo esto había empezado por mi culpa y ahora me dejaban fuera, exponiéndose ellos mismos. No. No podía permitirlo.

Hace días cuando la decisión de luchar se puso sobre la mesa, no espere que me pidieran esto. Ellos debían darse cuenta que necesitaban toda la ayuda posible y soy una loba, sé pelear y defenderme muy bien , podría serles de gran utilidad.

—Entiéndenos Lyra, lo mejor es que todas estén seguras.

—Papá puedo pelear.

—Sabemos que puedes hacerlo, pero es mejor si estás junto a las demás.

—No quiero papá, esto es por mi culpa, déjame pelear también está pelea que es mía.

—Lyra. —Iván se acercó a mí y tomó mi rostro entre sus manos, forzándome a mirarlo. — Lo que tu padre está pidiéndote, no es que no luches, sino que protejas a las demás. Nosotros estaremos aquí tratando de que no lleguen a ustedes, ¿Pero y si lo hacen? La mayoría de las mujeres son humanas, no pueden luchar contra los hombres lobo.

—Habla por ti, porque yo si puedo. —sonreí ante la indignación que demostraba Summer, ella tampoco estaba muy feliz de tener que perderse la pelea.

—Summer, ya hemos hablado de esto. —al parecer Ben tampoco la tendría fácil.

—Nunca dije que estuviera de acuerdo, Benjamín.

—Yo tampoco, quiero ayudar, déjenme ayudar.

—Ya viste lo que sucedió la última vez, me concentré tanto en tu bienestar que no pude concentrarme en el mío.

Sabía que él estaba en lo cierto, pero por más que quisiera, todo en mí me pedía quedarme a su lado.
Si me escondía, los pensamientos me volverían loca. No podría dejar de imaginarlos heridos o muertos y eso provocaría que si llegaban a nosotros, no pudiera enfrentarlos como era debido.

—Por favor. —pedí sin apartar mis ojos de los suyos. —Por favor, no puedo mantenerme en la oscuridad.

—Es por tu bien, esto que estamos haciendo es por el bien de todos aquí.

—Papá. —mi padre me ignoró, eligiendo  mirar a mi madre, quien no dejaba de retorcer sus manos sobre su regazo. —Cédric…

—¿Ahora necesitas mi ayuda? Perdón hermanita, pero está vez no te ayudaré, también considero que lo mejor es que te mantengas a un lado.

—¿Qué es esto, una especie de castigo o venganza por la manera en la que me comporté?

—Deja de pensar que todos estamos en tu contra, esto lo hacemos para que estés segura. Lyra, a todos nosotros nos preocupas, tú y las demás, es nuestro deber cuidarlas.

—Cédric yo puedo luchar, hemos entrenado desde pequeños.

—Este no es un entrenamiento más, es una pelea verdadera, una en la que si te equivocas, te mueres.

—Lo mismo sucederá con ustedes.

—Todos aquí hemos peleado varias veces, pero tú no.

—Tu hermano tiene razón, esto es peligroso Lyra. Él claramente no solo tiene preparación, sino también experiencia y tu padre, tíos y primos igual. —Iván tampoco me apoyaría.

—¿Cómo se supone que gane experiencia si no me permiten luchar? Siempre están manteniéndome entre algodones, por eso es que luego hago las cosas a escondidas.

—No uses eso de excusa Lyra. —advirtió mi padre, terminando de perder la paciencia. —No porque te protejamos e intentemos que nada te suceda, vas a comenzar a actuar de esta manera. No esa bien que hagas cosas por detrás y esta vez espero que no intentes hacer ninguna locura. De verdad Lyra, no quiero que hagas nada más que lo que te decimos.

—¡Papá! —me quejé, pero como nadie parecía listo para cambiar de parecer, pisoteé sintiéndome una niña hasta la habitación.

¿Cómo no iban a tratarme como una niña, si yo misma me comportaba de esa manera?
Pero es que no era justo que ellos se expusieran de este modo, no quería dejarlos, me negaba a permitir que mi idiotez los llevará a terminar heridos. Si alguien tenía que luchar, esa era yo.

Pocos minutos después, la puerta se abrió e Iván entró, pero de cierta manera también estaba molesta con él. ¿Por qué no podía apoyarme? ¿Por qué no podía ver lo que esto significaba para mí?

—¿Cómo me piden que me resguarde y me quede tranquila, cuando sé que ustedes estarán exponiéndose? No puedo Iván, si algo les pasa a alguno, no me lo podré perdonar.

—¿Y si algo te pasa a ti?

—Yo empecé esto, ¿Por qué no lo entienden? No puedo dejarlos arreglar lo que hice mal. —me acerque a él, apoyando mis manos en su pecho. —Por favor Iván, trata de convencerlos, no podré estar tranquila allí dentro, me volveré loca.

—No me pidas eso, sabes que estoy a favor de la decisión que tu familia tomó.

—No quiero que salgan lastimados, ya te hirieron por mi culpa. — acaricié el lugar donde la venda aún se encontraba y suspiré. —Ahora que por fin me estoy permitiendo quererte no puedo permitir que vuelvan a lastimarte.

—No tienes que preocuparte por mí, soy bueno peleando.

—También lo soy, en mis venas corre sangre alfa.

Él negó y se inclinó, apoyó sus labios en los míos y aunque me sentía herida, tanto por él, como por los demás, me permití besarlo.
Me aferré a sus labios, dejando cada gota de frustración en ese beso.

—En tus venas puede correr sangre alfa, pero no queremos exponerte y yo principalmente, no quiero que nada te pase. Cómo acabas de decirlo, empezamos a dejar que nuestra relación avance como se debe y por eso, no te perderé.

—¿Y quién me  asegura a mí que no te perderé a ti? —¿Acaso no se daba cuenta de que el mismo miedo sentía yo?

—Yo.

—Iván, no puedo quedarme quieta.

— Será solo esta vez. Prométeme que no lucharas Lyra, que no armaras un plan que te exponga.

—No.

—Prométemelo.

Nos observamos unos momentos y veía en sus ojos la preocupación y desesperación porque cediera. Pese a todo lo que dentro de mí gritaba que no lo hiciera, asentí.

—No armaré ningún plan y no me expondré si no debo hacerlo, pero si veo que están en peligro, nada me detendrá.

—Nunca me dejaras ganar, ¿Verdad?

—Ya lo he hecho Iván, solo que no te has dado cuenta.




Jugando limpioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora