Jugando limpio

15.

Drew

 

Seguía tratando de comprender todo lo que sucedió, pasamos de estar tomando algo tranquilos a estar discutiendo sobre bebés.
Ella me preguntó si quería y la verdad es que no, no los quiero, pero no soy tan tonto como para no saber que algún día el destino pondría un pequeño en mi camino. Y al parecer ese día había llegado.

No tuve tiempo a reaccionar, no cuando ella sin una maldita mirada hacia atrás, corrió lejos de mí. Si alguien hubiera visto la manera en la que ella huyó, hubiera creído que estaba persiguiéndola con una jodida motosierra, recreando una de las películas de la masacre de Texas.
Ahora, mientras me saltaba mi primer clase del día y sabía que no sería la única, esperaba que Santiago o en su defecto, Flavio continuarán en la casa. Necesitaba con urgencia la dirección de Jade y solo ellos podían conseguirla.

No tenía cabeza par explicarles todo lo que había sucedido entre nosotros, pero si no lo hacía no iba a poder hablar con ella. No cuando se comportaba como una niña y solo ignoraba mis llamadas.
¿Acaso no se daba cuenta de que esto era algo que no podía lanzarse así cómo así y correr? Está conversación debíamos tenerla más a fondo.

No dejaba de comprenderla, sin embargo, para ella también era difícil, pero al menos tuvo tiempo para asumirlo. Yo me enteré y debí correr tras ella.
Un bebé, un pequeño de ambos, uno que solo lloraría sin parar, provocando noches de insomnio. Pero no le daría la espalda, era mi hijo y no la dejaría en una situación como está.

Tal vez no era su compañero, pero que me condenen si no me sentía atraído hacía ella.

—¿Qué haces tú aquí a esta hora? — me adentré en la cocina, dónde estaban Flavio y Beatriz desayunando muy tranquilos.

Aunque me hubiera gustado que ella no se encontrará presente, debería tratar este tema en su compañía y presentía que no saldría tan bien como esperaba.

—Tengo un problema y ustedes me pueden ayudar.

En cuanto lo dije, ambos bajaron sus cubiertos y me prestaron atención, principalmente mi amigo. Quien no tardó en llevar ambas manos bajo su barbilla, acompañando la acción con una sonrisa algo maníaca.

—¿En qué podemos ayudarte?

—Necesito la dirección de Jade. —fue el turno de Beatriz de observarme atentamente, pero lejos de hacerlo de manera amistosa, está parecía simplemente curiosa.

—¿Para qué la quieres?

—Tuvimos un malentendido y necesito hablar con ella.

—Entonces llámala, tienes su número, ¿No? —Sabia que sucedería esto, si en su lugar estuviera Leticia, seguro no se comportaría de manera tan hostil.

—Lo tengo y lo he hecho, solo que se niega a responderme.

—Vas a tener que esperar a que se calme entonces. — culminó encogiéndose de hombros y terminando con mí paciencia.

—¿Cuál es tu problema conmigo?

—No tengo ningún problema, me caes bien Drew, pero Jade es mi familia y sé que ella no se enoja por cualquier cosa. No me quieres decir la verdad, no lo hagas, pero no me involucrare, por lo que no te daré su dirección hasta saber qué pasó.

—Vamos a tener un hijo. — anuncié y ambos se quedaron observándome con la boca abierta.

—¿Vamos? Solo para entenderlo bien, ¿Tú y quién más?

—Jade está embarazada, vamos a tener un hijo, Beatriz. ¿Ahora entiendes porqué debo hablar con ella?

Con cada minuto que pasaba, los miedos dentro de mí crecían cada vez más, por lo que necesitaba hablar con Jade y aclarar todo, de lo contrario no podría concentrarme en nada.

—¿Vas a tener un hijo? Demonios amigo, si que trabajas rápido. — Flavio no comprendía la gravedad de esto, para él era una broma, pero por la mirada que Beatriz clavó en él, supe que su comentario tampoco fue bien recibido por ella.

—¿Si qué trabajas rápido? ¿Acaso piensas lo que estás diciendo? Jade debe estar asustada y tú hablas mierdas. Por lo que sé Drew no es su compañero, o no me lo dijo, no lo sé, pero ¿ Te imaginas cómo van a reaccionar sus padres o sus hermanos? —ella cubrió su rostro, antes de volver a vernos. — El tío Mitch va a enloquecer y van a venir por ti, Drew, eres hombre muerto.

—No quiero pensar en eso ahora, solo quiero hablar con ella.

—No cuentes conmigo.

—Vamos Bea, no seas tan mala, solo mira a Drew, no sabemos por cuánto tiempo vivirá.

—En serio no puedo creer la cantidad de tonterías que estás diciendo, está pasando algo grave y solo estás burlándote. ¿Qué harías si la embarazada fuera yo?

Cuando llegué, no tenía en mis planes hacerlos empezar una pelea de pareja, yo solo quería la maldita dirección de Jade para ir a buscarla y poder hablar del tema que a ambos nos compete.
Pero ahora estaba parado frente a una chica que faltaba poco para que comenzará a escupir fuego y a un chico, que solo se reía en los malos momentos.

—Eso no sería posible, nosotros nos cuidamos.

—¿Sabes porqué no será posible? Porque eres un idiota y no volveremos a estar juntos.

—¿Bea qué dices?

—¿Qué digo? Digo que mientras tú piensas en lo chistoso que esto resulta, yo estoy pensando en todos los problemas que Jade tendrá. Ahora no haces si no reírte, pero quiero verte cuando los Doll vengan a golpear su puerta.

—No lo harán mientras no se enteren.

—¿Cómo ocultas un embarazo?

—Ya basta los dos, acudí a ustedes en busca de ayuda y solo consigo más problemas.  —golpee la isla, frente a nosotros y los señalé. — No quiero que Jade tenga problemas y tampoco quiero tenerlos, por eso necesito hablar con ella. ¿Entiendes eso, Beatriz?

—No la voy a forzar a hablarte, así que olvídalo. Y es más, yo me voy.

—Beatriz espera, no quiero que te vayas enojada.

—Debiste pensarlo antes. — y con eso la vi tomar sus cosas y marcharse. Al igual que Jade, no nos dedicó ni siquiera una mirada antes de salir.

—Espero que estés feliz, Drew, gracias a ti ahora soy quien tiene problemas. — Flavio se levantó del lugar donde estaba sentado y se marchó hacía su habitación.

No había conseguido nada, seguía en el mismo lugar, sin saber dónde encontrarla.
Pero lejos de rendirme, estaba listo para encontrar a mi pequeña lobita.  Si había esperado dos malditos meses, ¿Qué me harían unos días?