Este es el lugar donde Daryl Dixon te huele, te acecha... y te elige.
Él no necesita hablar para hacer que todo tu cuerpo reaccione.
Solo basta una mirada suya, una respiración cercana, una caricia que no llega pero se siente.
Aquí, tú eres la presa...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mirabas inquieta desde la ventana de tu habitación hacia el patio principal, tus manos sudaban y estabas casi segura de que habías visto a un antiguo conocido como prisionero de Negan.
El llanto de un bebé te saca de tus pensamientos y te acercas a tu cama, donde tu pequeña Sophie de un año y medio despertaba, asustada por no verte.
— Shhhh, aquí estoy mi vida — murmuras mientras la tomas en brazos y empiezas a mecerla, tratando de calmarla.
Lo menos que querías era que Negan llegara y quisiese pasar la noche contigo.
Sophie no era hija de Negan, el hombre te había encontrado cuando tenías cuatro meses de embarazo, y al ver lo bonita que eras, decidió darte refugio a tu bebé y a ti, a cambio de que te volvieses su esposa.
Lo que el hombre te ofrecía iba en contra de todos tus principios y valores, pero sabías que no tenías otra alternativa, era eso o morir sola junto con tu hija.
— You are my sunshine... my only sunshine... — empiezas a cantar tratando de hacer que Sophie volviese a dormir.
Que Negan estuviese en tu habitación significaba tener que verlo tratar a tu hija como si fuese de él, le contaba los grandes planes que tenía para ella cuando creciera y se convirtiera en su sucesora. Odiabas que el hombre quisiese continuar su horrible legado con tu hija, y eso solo hacía que quisieses escapar cada vez más.
Por que ibas a hacerlo, apenas y Sherry, otra de las esposas de Negan, te diese luz verde, ambas huirían.
Miras a la ventana nuevamente, con la duda creciendo cada vez más dentro de ti. Si aquella persona que viste estaba allí, significaba que entonces el resto de tu antiguo grupo siguiese con vida.
Cierras los ojos ante la idea de reunirte con ellos, pero sobre todo con tu familia, tu tío Hershel, y tus primas Maggie y Beth.
Tenías que averiguarlo, tenías que verlo por ti misma. Debías saber si aquella persona que era prisionera, era el padre de tu hija.
Debías saber si era Daryl Dixon.
Caminabas por el pasillo que solo tenías autorizado estar, el cual era el de las habitaciones de las esposas y les llevaba a su sala de entretenimiento.
Sophie está recargada en tu hombro mientras balbucea un par de palabras, y parecía que la niña disfrutaba de ello, pues desde que había aprendido a que podía hacer sonidos con la boca, no paraba.
— Ba... baba... baba... —
Haces una mueca, pues sabías que tu hija se refería al hombre que no era su padre. Te aterraba que Sophie llegara a amar a Negan como si fuese su verdadero padre.
— Ma-ma Sophie, ma-ma — repites para que tu hija aprendiera a llamarte. — Yo soy ma-ma —
Te detienes frente a la puerta de la sala, y cuando abres la puerta, te congelas al instante.