Historias variadas de Daryl Dixon y tu, algunas historias basadas en la serie, y otras totalmente random.
Habrán historias de capítulos cortos y otros con continuación.
Actualización diaria.
No se aceptan adaptaciones.
Doy crédito y derecho de au...
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La puerta de tu casa se abre de golpe, lo cual te hace brincar sobresaltada, Daryl entra por esta furioso, dando largos pasos hasta llegar a ti.
La respiración se te entrecorta cuando te toma de los brazos y te zarandea con violencia.
— ¡¿Te has estado acostando con el jodido Negan?! —
Abres los ojos por la sorpresa.
— ¡Suéltame! ¡Me lastimas! —
Manoteas con el por unos segundos, hasta que logras arañarlo y este te suelta de golpe.
— ¡¿Qué mierda Daryl?! — ahora gritas tu, tratando de contener las lágrimas.
Jamás te había tratado de esa manera, jamás te había gritado así.
— ¡Responde, maldita sea! —
Niegas, y bajas la cabeza.
No se supone que nadie lo tenía que saber.
— Daryl — murmuras masajeando tus brazos, donde te empezaba a doler.
Seguro quedarían moretones allí.
— No puedo creerlo... Te lo hubiese pasado de cualquier otro imbécil, ¿Pero Negan? — se ríe sin ganas y niega decepcionado. — No pudiste caer más bajo —
La rabia te consume y estampas tu mano en su mejilla.
— ¡No tienes derecho! —
Daryl parpadea por unos segundos, llevando su mano a su mejilla.
— No puedes venir a mi casa, a reclamarme algo que no es de tu puta incumbencia Daryl — dices alejándote de él, buscando tener espacio. — Tu me dejaste, tu decidiste irte con ella, no puedes venir aquí a reclamarme con quien me acuesto ahora—
Daryl se ríe con cinismo, y lleva su mano al puente su nariz, presionando.
— No me interesa con quien te acuestes... El punto aquí, es que es con el bastardo que nos jodió la vida, el mismo que le quitó la vida a nuestros amigos, el mismo que me llevó y me torturó hasta el cansancio. El maldito qué casi te obliga a convertirte en su esclava sexual—
Apartas la mirada, y caminas hasta el sofá doble en tu sala.
— Ahora es diferente—
— No me salgas con esa mierda ahora _______, tu más que nadie le odiaba en el mundo, ¿Y ahora te lo coges? —
Levantas la mirada molesta, y te paras hasta ponerte frente a él.
