Parte 11

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TouchMe no creyó jamás que 8 minutos fueran mucho tiempo. Le tomaba 8 minutos preparar un café. Le tomaba 8 minutos peinarse por las mañanas. 8 minutos fue tiempo más que suficiente para que el entrara a Yggdrasil a saludar a un viejo amigo...

-¡Papa, Papa!- gritaba una niña mientras agitaba el cadáver ensangrentado de un hombre.

Una mujer se acercó a la niña y la alejo. La niña tenía las manos manchadas de rojo y lloraba desconsolada. Un anciano se desmorono al encontrar el cadáver su hijo y su nuera al lado de sus 4 nietos...

Un par de aldeanos corrieron a la bodega del pueblo por medicina. 5 personas se debatían entre la vida y la muerte, un niño herido corría el riesgo de perder un ojo.

8 minutos fue el tiempo que le tomo a Albedo preparar a la guardia que los acompañaba. Y en 8 minutos, este pueblo perdió a 54 personas.

TouchMe se maldijo a sí mismo, la culpa no era de Albedo, ella estaba programada para protegerlos. La culpa no era de Momonga, quien únicamente quería salvaguardar la integridad de sus queridos amigos.

"Mi culpa" pensaba TouchMe.

TouchMe no se sentía con derecho a poner en peligro a Ulbert, a Momonga o algún NPC (sin contar a Sebas). Pero pensaba que él mismo debió ponerse en ese peligro para salvar a esta gente... de haberlo hecho, no habría tantos llantos.

-Maximizar magia, magia de área, "Minor Heal"- un hechizo de de primer nivel (Potenciado con habilidades superiores) fue lanzado sobre todos los heridos.

Desconcertados las personas miraron a aquellos que hace unos segundos se debatían entre la vida y la muerte, posteriormente miraron al monje (Ulbert disfrazado) que había lanzado el hechizo. Entre lágrimas, todos los pobladores le agradecieron a Ulbert por su benevolente ayuda.

Ulbert toco el hombro de TouchMe y este volvió a la realidad.

El demonio acerco su boca al oído de TouchMe y le susurro "No sabemos si en este mundo podemos obtener ítems como en Yggdrasil, así que ni siquiera pienses en revivirlos" TouchMe lo miro con duda ¿Había leído sus pensamientos? "Concéntrate en los que están vivos, y trata de no mostrar tu verdadera fuerza, cuando llegue Momonga veremos que mas hacer"

Momonga se había marchado junto con el jefe de la aldea para sonsacarle información. Estos dos se habían quedado en la plaza del pueblo por si algún enemigo llegaba.

Podrían venir enemigos poderosos, ya que los hechizos que había usado TouchMe contra los soldados apenas eran de nivel 20, y aun que eran potenciadas por sus estadísticas de personaje nivel 100, nadie debería notar que las habilidades eran más poderosas de lo que debían. Esta regla de no usar hechizos poderosos la había impuesto Momonga antes de venir, para así evitar que el enemigo obtuviera información y hacer que los enemigos ocultos saliesen y bajaran la guardia al pensar que Momonga y su grupo era débiles.

Un grupo de personas se acercó a TouchMe y Ulbert. Todas se pusieron de rodillas y juntaron sus manos como si estuvieran rezando.

"Muchas gracias" fueron las palabras dedicadas a Ulbert. Algunas alabanzas fueron lanzadas hacia TouchMe pero se sentían más forzadas, parecían nacidas por el miedo a su fuerza.

Sobre todo a TouchMe le sorprendía no que los pobladores adoraran a Ulbert como un santo, si no que este haya decidido ayudar a un grupo de desconocidos, simplemente, no parecían las acciones de un hombre que siempre ha soñado ver arder al mundo.

Aunque solo había usado un hechizo de sanación de nivel 1, ese seguía siendo un gesto demasiado gran pro parte de un hombre que aun siendo un ser |humano se proclamaba como un demonio maligno.

Overlord: Trinidad Caps 1-170Donde viven las historias. Descúbrelo ahora