Parte 100 2 de 3 [Sacrificio]

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Cien mil hombres, todos demasiado cansados por la larga marcha de 3 días, se desplomaron en suelo debajo de ellos, algunos con más energía se arrastraron a los pastizales cercanos, cerraron sus ojos y comenzaron a roncar.

Lo único que los había mantenido de pie hasta ahora era la promesa de una comida caliente una vez llegaran a la ciudad, pero cuando estos soldados recibieron la orden de "Esperar" toda fuerza los abandono y se entregaron a los brazos de Hypnos voluntariamente.

Tal acción era indigna para el ejército del reino, pero lamentablemente, y aun que lo desearan, los oficiales al mano del ejército, no pudieron negar este breve momento de rebelión a los hombres que obedientemente habían marchado sin descanso y por varios días. A estas alturas, los tenientes y capitanes, tan solo deseaban que hubiese una buena razón para tal orden, y un buen plan para lidiar con los soldados que ahora dormían plácidamente sobre el pasto.
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La ciudad amurallada de E-Rantel despedía un aroma inmundo. Pequeñas cantidades de un líquido desconocido y de un tono muy oscuro, manchaban la piedra del muro. La luna llena avanzaba poderosa en el cielo, pero pese a su brillo, su luz no iluminaba los muros de la ciudad, y la identidad de aquel líquido aún era un misterio.

Los generales veteranos no sabían bien que pasaba. Incluso Katrias, el estratega que el marques Raeven había recomendado, no comprendía de donde venía el miedo que ahora invadía su mente.

Pronto, algo que los guerreros llamaban "Instinto" comenzó a gritarles a estos hombres, que morirían si se adentraban en esas murallas.

Para justificar su miedo, los generales plantearon varias ideas, muchas de ellas demasiado descabelladas para ser tomadas en cuenta.

Alguno incluso pensaban que el enemigo había realizado un ataque preventivo y que ahora esos conquistadores habían tomado E-Rantel en secreto, pero Katrias rápidamente descarto esa posibilidad, pues sin importar que tan poderoso fuera el enemigo, incluso si se tratase de dioses, nadie jamás podría tomar una ciudad como E-Rantel sin que ellos se enteraran.

Pronto, las ideas que salían de la boca de los veteranos eran cada vez menos lógicas, el propio Katrias se dio cuenta de que el miedo estaba haciendo mella en su propiamente y en la de los generales... y por ello, en un intento desesperado por borrar ese miedo, Katrias se abofeteo a si mismo con tal fuerza que rompió su piel y un poco de sangre comenzó a salir.

Todos voltearon con miedo hacia Katrias, quien por fin había hecho funcionar aquella magníficamente con la que había nacido.

Pronto aparecieron preguntas y respuestas en su mente.

"¿Cómo había llegado ese líquido ahí? A tal altura era imposible pensar que alguien lo hubiera arrojado desde abajo, además, incluso de ser así, los guardias lo hubieran informado. ¿Por qué los guardias de la muralla no han limpiado tal desastre? Incluso si hubiese sido el resultado de un accidente, un líquido tan visiblemente espeso debería ser limpiado de inmediato como parte de las tareas de mantenimiento. Y más importante aún ¿Por qué los guardias de la puerta no sabían de ese líquido hasta que los vigías del ejército lo informaron? Algo no cuadra... algo no esta bien..." se decía a si mismo Katrias.

Tras considerarlo mucho, tras pensarlo demasiado, Katrias envió a uno de los aventureros que le servía como guarda espalda hacia la muralla, con la intención de que este confirmara las sospechas del estratega. Esta era un decisión arriesgada, pues si la situación era como Katrias pensaba, el enemigo sabría que su plan había sido descubierto, y la situación podría convertirse en un caos.

"Hechicero" Fue la respuesta que Katrias encontró para todo este desastre.

Katrias recordó que uno de los enemigos a los que enfrentaba era un poderoso hechicero.

Overlord: Trinidad Caps 1-170Donde viven las historias. Descúbrelo ahora