Overlord: Trinidad Caps 1-170

Parte 116

A la improvisada sala de reuniones se presentó una joven de cabello rubio,  figura esbelta y rasgos delicados, que eran exaltados por dos grandes pupilas color rojo. La mujer entro alegre a la sala, abrazada de Cz, una maid de batalla.

Al ver tal escena, los seres supremos se mostraron molestos. Aunque Clementine únicamente estaba aferrada al brazo de la maid, los 3 gobernantes debían tener especial cuidado con esta persona que ya una vez intento propasarse con la pequeña sirvienta. Sin embargo, pese a recibir las duras miradas de los seres supremos, Clementine no disminuyo la fuerza de su agarre  ni mostro signos de alejarse. Parecía determinada a permanecer en esa posición.

Esta escena por si misma planteo muchas soluciones y muchos problemas, pues Momonga ya tenía muchos planeas para hacer hablar a Clementine, pero parecía ser que la mujer de mente afilada ya había adivinado el motivo por el que fue llamada.

Clementine, pese a desear auténticamente servir y ser reconocida por los seres supremos, no podía descuidar su propia posición frente a ellos. Después de todo, si diera la pata como un perro fiel, no podría sacarle provecho a las muchas cosas que podía ofrecer.

En pocas palabras, Clementine estaba dispuesta a ser una esclava, pero estaba determinada a no pasar su vida como un perro de patio, si no como una gata de casa.

Y esa mirada confiada frente a los seres que eran infinitamente superiores a ella, era muestra de lo mucho que valía.

-¿Cómo lo supiste?- Pregunto Momonga a la mujer.

Ante la pregunta, TouchMe y Ulbert se mostraron confundido "¿Cómo  supo qué?" se preguntaban ambos. Clementine por otro lado, sonrió pícaramente ante la pregunta y respondió:

-Por qué estas lindas damas aún son vírgenes...- Respondió Clementine mientras acariciaba el hombro de Cz.

A TouchMe le indigno este acto, incluso a Demiurge le molesto tal insulto.  Se preguntaban "¿Cómo es que aun se muestra tan descarada?" mientras recordaban la tortura a la que fue sometida hace no mucho.

-¡Solution...!- TouchMe estaba por ordenarle a la sirvienta que sometiera a la irrespetuosa asesina, pero antes de poder dar la orden, Momonga levanto la mano para indicarle a todos que esperaban.

TouchMe no entendió la calma de su compañero, para empezar, por como había actuado con el tema de Entoma, supuso que él sería el primero en querer reprender a Clementine, pero en cambio, con mucha tranquilidad le pregunto:

-Explícate, antes de que te envié a la cámara negra-

Una gota de sudor frio recorrió la mejilla de Clementine. Ella no sabía que era la cámara negra, pero entendio que si esta persona la usaba como amenaza, sin duda alguna debía ser un lugar de pesadilla. Pero pese a sentirse amenazada, pese a tener miedo, Clementine se mostró confiada y no abandono su sonrisa. Algo le decía que a su nuevo amo, no le desagradaba de todo esta actitud.

-¡Bueno! Si no me hicieron nada a mí mientras estaba en esa celda...- Dijo mientras acariciaba sus caderas. –Ni a esta lindura que me da de comer todos los días- dijo mientras dirigía su mirada al rostro inexpresivo de Cz. –Solo hay una cosa que pudieron hacerle a esa anciana durante tantas horas para ponerla de tan mal humor-

Tal como lo esperaba, de hecho no era tan difícil de adivinar. Clementine solo tuvo que ver el tiempo que pasó Lizzie en la cabaña, y su semblante cuando salió.  Aunque a Momonga no dejaba de parecerle molesto las insinuaciones que hacia su juguete defectuoso.

-¿La interrogaron, verdad?- dijo.

Esa era la razón por la que Clementine tuvo el valor para entrar a la habitación abrazada de Cz, aunque ciertamente se veía que aun tenia cuidado para medir que tan permisivos eran los seres supremos. Claro que no hizo nada raro mientras estaban en el pueblo, pues si hubiera sido así, ahora la asesina tendría unos brazos rotos, de hecho, puede que ni siquiera hubiera tocado a Cz antes de entrar en la cabaña, y que solo lo hubiera hecho para medir su posición.

Pero que Clementine entrar a la  habitación abrazada de la sirvienta, era señal de que hablaría, y ese gesto solo era una forma molesta de decir "Este es el pago por cualquier cosa que quieran"

A Momonga no le gustaban las faltas de respeto, y por lo que veía, a los molesto Solution y Cocytus tampoco. De hecho, esa actitud bien pudo ser motivo para que Clementine fuese arrojada a la cámara negra, pero para fortuna de la psicótica asesina, su locura y comportamiento, eran parte del atractivo que Momonga vio en ella.

-Bien, ya te divertiste, ahora suelta a Cz o a partir de mañana todas tus comidas serán escogidas y llevadas por Entoma- Dijo Momonga.

Clementien no sabía quién era Entoma, pero por la forma en la que se lo dijo Momonga, la mujer entendió que era alguien peor que Solution, y con mucho cuidado soltó a Cz para que esta tomara su poción asignada al lado de su hermana.

Clementine ya sabia que hacia aquí, asi que la primera pregunta que hizo Momonga, fue la misma que le hicieron a Nigun cuando este desaparecio en una estela de luz...

-¿Qué sabes de un lugar llamado Yggdrasil?- pregunto Momonga.

Ulbert y TouchMe no entendieron porque se hizo esa pregunta, pero quedaron fascinados por la expresión de la mujer.

Clementine se vio asustada, confundida y sorprendida por la mención de ese lugar del que se hablaba en las escrituras más antiguas y sagradas de la teocracia.

-Players... Es el lugar de donde vienen los players-

Una alarma se encendió en la mente de los supremos. Esa era la misma pregunta que Nigun no pudo responder debido a una extraña magia que lo desintegro.

Momonga no tenía dudas de que Clementine realmente hubiera pertenecido antes a la teocracia, por todo lo que sabía era imposible que no fuera parte de ella, además de que podría hacer uso de magias sagradas. Sin embargo, la pregunta que dominaba la mente del overlord era "¿Por qué no se desvanece igual que el otro?" pregunta que no se guardo por mucho.

-Clementine ¿Por qué sigues viva?- Pregunto Momonga una visiblemente asustada Clementine.

Clementine sabía que la maldición de la teocracia ya no estaba en ella, pero aun así le preocupaba cada vez que hacia algo que podría haberla llevado a desaparecer en el pasado. Parecía ser una especie de trauma o condicionamiento, pero cada vez que Clementine hablaba sin morir, ciertamente se sentía liberada.

-Lo dice como si ya hubiera visto a alguien desvanecerse en el aire, Momonga-sama- dijo Clementien aun con su rostro pálido. -¿Puede ser que haya sido alguno de los que capturaron cuando tomaron este pueblo?- dijo la mujer, recordando a los rumores sobre soldados de la teocracia siendo asesinados por estas personas.

-Asi que lo sabes... entonces... sigue... ¿Qué más sabes de Yggdrasil?- pregunto Momonga con seriedad, sin mostrar signos de querer responderle a Clementine.

No lo entendía, Ulbert y TouchMe no entendía porque Momonga estaba actuando de esa manera ¿Por qué quería saber sobre el conocimiento de esta mujer sobre Yggdrasil? Es más, preguntarle sobre eso seguramente la alertaría sobre su naturaleza como jugadores...

Clementine por primera vez desde que la conocieron, agacho la cabeza con mucha pena, quizás por recordar algún viejo trauma de la crianza que tuvo durante su vida en la teocracia.

-No se mucho- dijo con voz temblorosa. –Solo sé que Yggdrasil era el nombre del mundo, donde los 6 dioses naciero, sé que ahi mataron creaturas de brutal fuerza, que ese fue el lugar donde trascendieron a la humanidad  y obtuvieron el poder que los hizo pasar de humanos a dioses- dijo, y se quedó callada tras eso, como si realmente no tuviera nada mas que decir.

Clementien había dicho algo que en este mundo se consideraría Tabú. Dijo que los 6 dioses eran personas normales antes de acrecentar su poder en Yggdrasil, algo que bien podría ser un objeto de conflicto en una religión como la que tenían en la teocracia. Este hecho hizo recordar a Momonga una cierta escalera en un templo de su mundo original (La escalera del santo sepulcro)

-Clementine, te lo repito de nuevo ¿Por qué sigues viva?-

La mujer, aunque temerosa se mostró a legre por ver su suerte cambiando, al fin tenia la oportunidad para traer a la mesa un viejo nombre... un viejo aliado.