Parte 137

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Al interior de una espaciosa cabaña, perteneciente al jefe del pueblo, se suscitaba una reunión de gran importancia.

La mujer que lideraba el grupo del reino santo, una paladina conocida como Remedio, tras ser sanada por LupusRegina Beta, insistió en una reunión con aquellos que la salvaron. Una reunión con quienes habían conquistado estas tierras.

Era así, que despojada de su arma y armadura, la mujer de mirada fiera veía intrigada a un chico atado de pies y manos mientras esperaba a que los conquistadores llegaran.

Remedios no entendía que hacia ese muchacho ahí, pero su mente simplista le dijo que era mejor no saberlo.

Fue así como después de un rato, 4 hermosas mujeres enmascaradas, todas con uniformes de sirvientas, entraron a la improvisada sala de reuniones.

-Anunciamos la entrada de los grandes gobernantes del pueblo carne. Ainz-sama, Ooal-sama y Gown-sama- dijeron las 4 sirvientas en perfecta sincronía.

Remedios se vio impresionada, no solo por las figuras esbeltas y provocadoras de las sirvientas, ni porque aun con las máscaras era evidente su belleza. Remedio se impresiono por la manera dulce y refinada en la que todas ellas hablaban.

Parecía difícil creer que sirvieran a los conquistadores de un pueblo tan pobre y miserable.

Y tal como lo anunciaron, pocos segundos después entraron, un hechicero enmascarado de ropas negras, un asesino del desierto con trapos cubriéndole la cara y un monje zen  con un casco cubriéndole de la nariz hacia arriba, dejando solo visible la cara.

Remedios vio al hechicero como alguien imponente debido a su ancha figura y enorme tamaño, aun que considero notablemente más débiles y escuálidos al monje y al asesino que lo acompañaban. A este punto, Remedios no sabía si estos eran simplemente sus amigos o sus compañeros de armas, aunque aposto más por la primera. En cierta forma le recordó a la relación que ella tenía con su hermana y la reina santa.

La paladín se puso de pie en una forma violenta, que alerto a las sirvientas. -¡Soy la capitana de la orden paladina, color blanco del reino santo y guardia personal de su santidad la reina Calca, mi nombre es Remedios Custodios!- grito la paladina.

Aquel estruendoso grito lastimo los oídos de Nfirea, e hizo pensar a TouchMe que las heridas de esta mujer habían sido completamente sanadas.

Tras la presentación, los tres seres supremos dieron un "Encantado de conocerla, Capitana" y tomaron asiento frente a ella.

Una vez todos estuviesen sentados, Momonga apunto a Nfirea.

-Espero no le moleste que uno de nuestros súbditos presencie esta reunión. El chico tiene nuestra entera confianza pero ocurrió cierta confusión que agradeceríamos, usted ayudara a aclarar- dijo Momonga.

Nfirea, pese a no tener la boca sellada, no hablo, y se limitó a mirar el suelo e ignorar la mirada que Remedios le dedicaba.

-Entiendo, y dado que han sido directos conmigo con lo que respeta al espectador, me permitiré serlo con ustedes- dijo la paladina. –El reino santo quiere firmar un acuerdo de paz. De ser posible una alianza seria aún mejor-

Dijo Remedios para completa sorpresa de los seres supremos.

-Espera capitana- pidió Ulbert. -¿Esto significa que no se encuentra aquí por lo sucedido en E-Rantel?-

Al momento en el que el nombre de su ciudad natal apareció sobre la mesa, Nfirea reacciono.

-¿Ustedes saben de lo ocurrido en la ciudad?- pregunto Remedios sorprendida.

Lucia, quien le explico a ella la situación, dijo que no habían podido darle información a los conquistadores, y que ella debí dárselas en la reunión, a la cual Lucia no pudo asistir por cuidar a Rena.

-¿E-Rantel? ¡Esperen! ¡¿Qué ocurrió en la ciudad?!- pregunto el joven confundido.

Se escuchó el golpear de un puño sobre la mesa. -¡Si sabían de lo ocurrido! ¡¿Por qué no han hecho nada?!¡¿Son fuertes no es así?! ¡¿Tienen idea de cuanta gente murió anoche?!- grito Remedios furiosa.

Normalmente, TouchMe se hubiera sentido golpeado por esas palabras, pero la acusación injustificada de Remedios le endurecio el corazon en ese  momento. Despues de todo, en teoría ellos eran enemigos del reino, además de que ¿No era Remedios la que hablo de una alianza hace un momento? Si estaba tan preocupada por E-rantel ¿Por qué no habia comenzado con eso?

Rápidamente la imagen que los supremos tenían de Remedios cayo en picada, pero la imagen de Rena llorando a su hija salvo al reino santo, pues gracias a aquello simplemente consideraron a la paladin una excepción.

Al final, todos ellos pensaban que el verdadero líder de ese grupo era el arquero, y que Remedios era un sustituto temporal.

Aun asi...

-En primer lugar- dijo TouchMe. –No tenemos ningún obligación de ayudar a una nación que lanzo dos distintos ataque contra nosotros sin previo aviso-

El caballero insecto aprendió que en este mundo, las declaraciones de guerra eran comunes en los conflictos internacionales. Claro que al ser ellos conquistadores sin el título de reyes, eso no aplicaba, y fueron tratados como a las naciones demi-humanas bárbaras.

Pronto, la cara de Remedios y Nfirea se torcieron.

"¿Dos?" pensaban ambos, pues Remedios solo tenía conocimiento de los 100.000 soldados que marcharían a la ciudad, y Nfirea tan solo supo del hombre que los masacro.

Dando se cuenta de la confusión, Ulbert aclaro.

-Un gran ejército marcharían hasta aquí para recuperar el pueblo. Debido a eso es que nos mantuvimos aquí todo el día de ayer- dijo para Nfirea. –Eso lo sabíamos desde hace unos días-

Ulbert mentía, no sabían nada del ejército hasta que Yuri dio la información, pero este hombre era experto en esa clase de faroles.

-El segundo capitana, fue un joven que ataco nuestras puertas mientras preparábamos una fuerza expedicionaria. Como resultado de eso... sufrimos fuertes perdidas- dijo Momnga.

Las palabras traicioneras del Overlord impactaron el corazón del farmacéutico.

¿Realmente habían vendido a los aventureros solo para probar la fuerza de Enri? ¿Lo hicieron solo por diversión? O acaso...

Overlord: Trinidad Caps 1-170Donde viven las historias. Descúbrelo ahora