Parte 160 1 de 3

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"El primero en atacar obtiene la victoria" Era la lógica de la espada.

"Los arqueros son débiles a corta distancia" El pensamiento que dejo a Remedios correr con todas sus fuerzas hacia el color negro.

¿Pero qué tanta verdad había en esas ideas?

Remedios corrió hacia Pavel, y con todas sus fuerzas sujeto la pequeña hacha de goblin en sus manos. Cuando se encontró a poca distancia del arquero, Remedios golpeo, con una brutalidad tal, que el simple movimiento de su manos provoco una fría corriente de aire que choco contra el cuerpo de Pavel.

El arquero dirigió una mirada llena de soberbia a la paladina. Pavel, sin mover un solo musculo, salió ileso. Remedios solo había conseguido cortar el aire frente a él.

"Una fuerza prodigiosa, y una velocidad envidiable" Pensó Pavel, al recordar a cada espadachín que había conocido en su vida. Aun si contaba a los demi-humanos, Remedios se posicionaba muy cerca de la cima en cuando a fuerza pura. No había duda de que aquella era la espadachín más fuerte del reino santo. Pero aquello en sus manos estaba lejos de ser una espada.

Aquello era una pequeña hacha, construida con piedras y palos. Un arma que no tenía siquiera un tercio del alcance de una espada normal. Y la estúpida Remedios, no pudo adaptarse rápido a este cambio.

"¿Pero que importaba?" Pensaba Remedios, pues si el primer ataque no acertaba, solo debía hacerlo de nuevo. Después de todo, fue así como asesino a todos los monstruos que se había topado hasta ahora.

Pavel no tenía dudas, esta niña era una idiota, pero también era demasiado poderosa.

Remedios avanzo en un parpadeo, al asegurarse de que la distancia entre ella y Pavel era suficiente, la paladín golpeo de nuevo. Su velocidad y tiempo de reacción eran anormalmente altas. Definitivamente era lo que se esperaba de una niña prodigio.

Pero un sencillo golpe horizontal con un hacha tan pequeña y mal hecha era poco menos que un insulto para el veterano color negro. Pavel tan solo dio un salto hacia atrás para evitar el golpe. Su cuerpo se movió con la ligereza de una pluma, y con un solo movimiento termino a varios metros lejos de Remedios.

La capitana y Gustav no podían creer esa manera tan inhumana con la que se había reposicionado el color negro. Poco sabían que el guerrero frente a ellos, ya había pisado el terreno de los héroes.

Y desde esa posición tan privilegia, ya lejos de Remedios, el color negro hizo algo que los paladines tardaron en entender. El arquero tomo la espada larga que le quito a Gustav y la enterró en el suelo.

"¿Por qué Pavel abandonaba su mejor arma?" Era lo que se preguntaban tanto Gustav como Remedios. Pero si lo pensaban un momento, la respuesta era muy clara.

Pavel no podía usarla. Así que en su lugar la abandono, y se cubrió la boca para recitar dos hechizos que los paladines no pudieron identificar. Entonces la espada brillo con un color rojo, y la tierra a su alrededor se encendió con una luz verde. Seguramente aquellas fueran contramedidas para que él arma no pudiera ser usada.

Y con un nuevo salto, igual de ligero y largo, Pavel se alejó de aquella arma y tomo, con la única mano que tenia, aquella fina daga que también había robado.

Pavel era un arquero puro, incompetente en el uso de armas blancas. De todas, excepto una. La daga era un arma ligera que necesitaba de velocidad, precisión y destreza para ser usada; las mismas estadísticas que pedía un arco. Y para hacer mejor las cosas, el color negro tenia experiencia con ellas, pues cuando aún era un niño demasiado pequeño para sostener una espada larga, cuando aún no había conseguido su primer arco, Pavel durante años peleo única y exclusivamente con...

Overlord: Trinidad Caps 1-170Donde viven las historias. Descúbrelo ahora