Parte 110 1 de 3

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Remedios veía el cielo nocturno. La enorme luna que brillaba en el cielo le recordó a sus primeros días de entrenamiento dentro de los jardines de su hogar. No olvidaría jamás como se sentía sostener su espada de madera, no olvidaría tampoco el ardor de las ampollas reventadas, ni el alivio que significaba cuando su nana, una clérigo, la sanaba con magia.

Remedios era perfecta en su técnica, tenía un poder que muy poco igualaban, pero le faltaba algo a la paladina, algo que tanto Clementine como Gazef, los guerreros más poderosos poseían.

[BRUTALIDAD]  Era aquello de lo que Remedios carecía...

Cuando Clementine se arrojó a Remedios sin temer por su propia vida, cuando sin miedo activo un arte marcial que requería una mente aguda y tranquila aun cuando estaba en riesgo su vida, dejo salir un aura que aterro a la paladina.

Si Remedios fuera más inteligente, en ese momento hubiera comprendido lo que le faltaba, la razón por la que los otros colores y el propio Pavel no la respetaban.

Remedios pudo sentir la brutalidad en el ataque de Clementine, pudo experimentarla cuando esas espadas rotas le atravesaron. Entendió que eso era algo que ella no conocía, algo que jamás obtuvo al ser mimada dentro de la mansión de su familia. Algo que tan solo pudo haber conseguido en el campo de batallado, donde tanto Pavel, Clementine y Gazef se habían criado.

Quizás si aquella mujer hubiera sido más inteligente hubiese maldecido su propia debilidad, más en cambio, mientras yacía derrotada en el suelo, la mujer maldecía la suerte que había tenido su oponente.
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-¡Remedios!- Grito asustada la druida al ver que el cuerpo del cuerpo de la paladina salia una cantidad preocupante de sangre.

Tal fue su preocupación, que no le intereso dejar a la mitad el tratamiento de Leona, e incluso en su mente, no había preocupación por si esta moría, pues sabía perfectamente que su destino y el de su familia estaba en que Remedios regresara con vida. No quería ni siquiera imaginarse que sería de ellos si la reina santa y la gran sacerdotisa Kelart la culparan por el deceso de Remedios.

Aprovechando la llegada de las  4 aventureras, la druida corrió hasta Remedios y ella misma invoco un pequeño golem de piedra para que la protegiera mientras sanaba a aquella mujer.

El golem no era amenaza para Clementine, pero la detendría suficiente tiempo para que esta fuese atacada de nuevo por Pavel, en consecuencia, Clementine no podía atacar a Lucia o rematar a Remedios.

Khajiit también se vio con las manos atadas pues el caballero de la muerte recibió bastante daño con esa [Holy Ligth] y pronto reconoció a las 4 mujeres que acababan de llegar como las rosas azules. Su caballero de la muerte pudo haber resistido los primeros ataques, pero en vista de que estaba presente Lakyus, un clérigo de alto rango y portadora de una espada maldita, debía concentrarse apoyar a su caballero y matar a esa mujer.

-¡Dragón esqueleto, apoya al Death Knight!- ordeno Khajiit a uno de sus dragones esqueletos.

Rena y Arias dieron gracias por tener un enemigo menos con el cual luchar, pues ya estaban haciendo uso de sus últimas fuerzas y ahora Pavel no los podía ayudar, pero también se sintieron preocupados pues temían que las rosas azules no pudieran hacerle frente a ese dragón, después de todo, aquel era inmune a todo tipo de magias, incluyendo las sagradas.

Preocupada por ver al dragón acercarse, y con la situación volviéndose cada vez peor por el nigromante que aun reunía poder, Lakyus no tuvo mas opción que recurrir a su mejor arma para acabar con el caballero de la muerte antes de que el dragón se le uniera en la batalla.

-¡EvilEye, esta es una situación de emergencia, no te contengas!- le grito la líder  a la pequeña hechicera que volaba detrás de ella.

-¡Ya lo hice! – Grito la hechicera como respuesta.

Overlord: Trinidad Caps 1-170Donde viven las historias. Descúbrelo ahora