Parte 118

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Sin que nadie lo supiera, los eventos de esta noche fueron marcados por la decisión de personas que no conocían el alcance de sus acciones.

Los tres seres supremos confiaron en la palabra de Clementine, lo suficiente como para darle armas de sus propios inventarios, mas no lo necesario para enviarla sola. Tras determinar que esta misión seria llevada a cabo, y que la mejor hora para realizarla seria en la noche, Momonga y sus amigos quisieron traer a la persona con mayor capacidad estrategia de nazarick, una persona que en ese ámbito en específico rivalizaba con Albedo.

Los seres supremos tenían un plan propio para enviar a Clementine por ese tal Khajiit, pero para estar seguros del éxito, querían consultar su plan con el demonio que ahora custodiaba el piso de hielo junto a Sebas. Desafortunadamente, si Demiurge dejaba su puesto, Sebas no podría cuidar el solo de Albedo, sería peligroso, por lo que Cocytus se ofreció voluntariamente para suplir a sus compañeros en esa importante tarea.

Claro que Momonga se sintio mal por el insecto helado, pues le había prometido un día entero a su lado. Y para alegría de Cocytus, Momonga le dijo al insecto que el día de hoy, todo el tiempo que habían pasado juntos no contaría, y que en otro momento podría permanecer como su guardia las 24 horas acordadas.

Cocytus fue muy feliz por este hecho, y lo fue aún más cuando TouchMe sugirió que también viniera Sebas para ayudar en la reunión.

Fue asi como Cocytus volvió a la tumba con 3 ordenes.

La primera era pasar por el sexto piso y mandar a Aura y Mare al pueblo Carne como guardia personal de Momonga.

La segunda era hacer eso mismo, pero en el quinto piso, debía decirle a Demiurge y Sebas que los seres supremos los esperarían en el pueblo y que el los supliría en su cargo.

La tercera era claro, custodiar la celda de Albedo hasta que llegara un reemplazo.

La primera orden fue cumplida sin problemas. Mare y Aura no tenían tareas importantes pendientes y aceptaron gustosos ir al pueblo. Cocytus entonces les entrego objetos especiales que le dio Momonga para elfos oscuros no pudieran ser vistos.

Realmente el problema que encontró Cocytus fue cuando llego a su propio piso. Al entrar a la fortaleza de hielo que él llamaba hogar, comenzó a escuchar estruendosos golpes. Alguien estaba intentando abrir una de las puertas de las celdas heladas, algo que afortunadamente era imposible, pero aun así, a Cocytus le causo curiosidad porque nadie detenía a la persona que provocaba ese escándalo.

La respuesta era: Porque nadie tenía el valor para abrir esa puerta e intentar pararla.

La puerta que era golpeada, pertenecía a la celda de Albedo, y ahí, frente a ella, el demonio Demiurge y el mayordomo Sebas sostenían lo que parecía ser una fuerte discusión. Aunque Cocytus no pudo escuchar sobre que hablaban por el intenso ruido de la puerta al ser golpeada, e incluso cuando se  acercó lo suficiente, estos dos detuvieron su conversación y lo saludaron amablemente.

A Cocytus le preocupaba sobre que estarían hablando dos personas tan fundamentalmente diferentes, pero dado que el no tenia el cerebro para imaginarlo, tan solo intento ignorar se hecho y sencillamente devolvió el saludo.

En el momento en el que Cocytus hablo, los golpes se detuvieron, y la persona en el interior de la celda mostro su rostro atravez de la pequeña endidura que la comunicaba con el pasillo de esta cárcel helada.

-¿Cocytus? ¡¡¡¿COCYTUS?!!! ¡¿Eres tú?! ¡¿Dónde está Momonga-sama?! ¡¿Por qué no estas con ellos?! ¡¿Te pidieron que vinieras por Demiurge y Sebas porque los necesitan cierto?! ¡¡¡Cocytos!!! ¡¡¡Cocytus!!!- gritaba albedo desde el interior de su celda.

Cansados por el ruido, y ciertamente tristes por ver en ese estado a la coordinadora que tanto respetaban, los tres guardianes se alejaron un poco de la celda para escuchar lo que Cocytus tenía que decir.

Fue asi como el insecto conto a ambos todo lo ocurrido.

Demiurge casi entra en éxtasis al saber que tanto Momonga como Ulbert lo habían llamado para opinar sobre un plan de los seres supremos. Sebas se sintio honrado al ser requerido en una reunión de tan excelsos señores, y ambos, gustosos abandonaron su puesto y se lo encargaron al guardián que tenía mayor ventaja en combate sobre Albedo.

Lamentablemente, cuando Cocytus se plantó frente a la gran puerta de la celda, los gritos y los golpes se hicieron más fuertes. La resistencia de la súcubo parecía inagotable, e incluso mientras caminaban fuera de la prisión, Sebas y Demiurges podían seguir escuchando aquellos estruendosos sonidos.

Para Demiurge no quedo duda alguna. Momonga era un amo cruel y calculador que castigo a la guardiana más inteligente con "Aislamiento e ignorancia" un castigo que iba mas allá de cualquier cosa a lo que Neurotis pudiese haber aspirado.

En ese momento, el respeto de Demiurge hacia el Overlord creció un poco más.

Los gritos siguieron por un buen rato hasta que comenzaron a mermar. Lo mismo pasó con los golpes, y tras un buen tiempo considerable, ambos se detuvieron.

Cualquiera hubiese pensado que Albedo al fin se había quedado sin fuerzas, pero...

De manera relajada. Con su tono de voz habitual y en completa calma, la súcubo encerrada en la celda le pregunto a su carcelero:

-¿Cómo va todo a fuera?-

El castigo de Albedo consistía en morir de preocupación por desconocer todo lo que sucedía fuera de esta prisión helada. La lógica dictaba que Cocytus ignoraría a la súcubo...

Pero...

-Momonga-sama encontró a Ulbert teniendo relaciones con la evil lord de la envidia, tras eso, los tres se dirigieron al pueblo carne donde comenzaron a interrogar a los prisioneros que tenían, aparentemente, Momonga-sama busca conseguir información de los talentos naturales y de la teocracia ante de iniciar su ataque, y esa mujer, Clementine, pareció darle lo que buscaba a nuestro señor, y también le ofreció a un hombre con más conocimientos que ella-

-¿Y Momgona-sama acepto eso?-

-Así es, ahora mismo deben estar planeando como capturar de ese humano- Respondió Cocytus sin titubear.

Claro que si alguien escuchaba que Cocytus estaba dando información a Albedo, y por tanto estaba violando la orden de un ser supremo, seria severamente castigado. Pero para fortuna de ambos, Cocytus había ordenado a todos sus subordinados no patrullar esta área mientras él estuviera vigilando a Albedo. Desde un principio, llego a este lugar preparado para desobedecer la orden de un amo al que respetaba.

-Ya veo...- dijo Albedo feliz. -Digno de Momonga-sama, un genio incomprensible sin dudas. Crei que no se arriesgaría a la búsqueda de otro humano tras lo que paso con el ultimo, realmente creí que a estas alturas estaría preparando tropas para matar al lancero- dijo Albedo riéndose de sí misma. –Que tonta fui. Ni siquiera yo soy capaz de predecir el siguiente movimiento que hará... ahhh....- Albedo sostuvo sus mejillas con éxtasis. -¡Momonga-sama! ¡¿Por qué su divina mente debe encontrarse tan lejos de mi?!- por la forma en la que Albedo estaba sonrojada, era claro que el frio de esta prisión no le afectaba.

-Digno del gran gobernante de Nazarick- agrego Cocytus.

-Si... sin lugar a dudas... solo él es digno... Nadie más que Momonga podría gobernar sobre Nazarick...-

Si Sebas o Demiurge hubieran escuchado esas palabras, seguramente le hubiesen cortado la cabeza a Albedo sin decir una sola palabra.

Esa declaración era suficiente para que Cocytus abriera la puerta y ejecutara a Albedo por su herejía...

Pero entonces, el mismo Cocytus tendría que terminar con su propia vida tras hacer eso, pues el... pensaba de igual manera.

-ahhh... has hecho un trabajo estupendo, Cocytus, muchas gracias- Dijo la súcubo a su carcelero.

-¿Qué haremos ahora, Albedo-sama?- Pregunto el insecto de hielo, a la demonio.

Albedo sonrió maliciosamente. Para su fortuna, Momonga había presenciado algo que Albedo noto cuando camino desnuda frente a esos asquerosos seres que osaban llamarse "Supremos"

Ulbert, se convirtió en el primer objetivo de Albedo.

Overlord: Trinidad Caps 1-170Donde viven las historias. Descúbrelo ahora