Parte 158

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En ese momento, mientras observaba la espalda de Pavel frente a él, en lo único que podía pensar Gustav era... en lo peligroso que era este hombre que le guiaba por el bosque....

Remedios custodios, desde pequeña fue se le fue puesta entre sus manos una espada. Sus padre, los líderes de la familia Custodios, temiendo el no poder traer a más hijos a este mundo, eligieron a Remedios como sucesora. Como a los grandes nobles, se le instruyo en el manejo de la espada a una edad muy temprana, y pronto la niña demostró un talento abrumador, que no muchos años de pues, en conjunto con el apoyo de su familia, llevo a Remedios a portar la espada sagrada y servir como guardia personal de la reina santa.

Y para gloria de la familia Custodios, después de Remedios nació Kelart, y posterior a ella un hermano pequeño del que poco se hablaba pero que termino heredando el título de su padre y se convirtió en el cabeza de familia.

Si Gustav lo pensaba de esa manera, era normal que los altos mandos de una nación estuvieran de alguna manera relacionada a las familias nobles. El propio Gustav era vice-capitán bajo el mando de Remedios, no solo por su talento natural, sino porque logro hacer amistad con la joven capitana cuando está aún estaba en entrenamiento.

Y llego a la guardia de la reina santa, porque Kelart, la hermana menor de Remedios vio en él a alguien capaz de frenar los arrebatos de su insensata hermana.

Si... las conexiones, la línea sanguínea y los títulos de nobleza eran necesarios para respaldar un ascenso. Pues cuando los líderes de una nación estaban directamente relacionados entre ellos y con el reino que dirigen, se vuelve menos probable que traicionen a la patria.

Gustav tuvo una familia normal. Una familia que a día de hoy vivía amenazada de muerte.

Al vice-capitán no le tomo mucho darse cuenta que esa amada familia era también un arma con el cual los nobles podían amenazarlo. Su familia podía ser un elemento disuasorio, si acaso algún día Gustav quisiera traicionar al reino.

A Gustav le aterraba la idea, pero también... la entendía.

Si nada te ataba a la nación en la cual tienes poder ¿Entonces que te impide usar ese poder para traicionar y conseguir mayores beneficios de alguien más?

Por eso era que personas como Pavel y Rena le causaban cierto rechazo a Gustav.

Por eso es que le tenía tanto miedo a este hombre.

Pavel y Rena eran huérfanos. Sin familia, ni dinero. Ellos no tomaron las armas porque así lo desearan, las tomaron porque era la única manera en la que podría asegurar su supervivencia.

Remedios Custodios aprendió el arte del combate de la mano de grandes maestros, en la comodidad de los espaciosos jardines de su casa.

Pavel aprendió a usar el arco el mismo día que lo recogió de su comandante caído y disparo una flecha a un demi-humano.

Rena se crio con la sangre de los monstruos bañando su espada.

Remedios volvía a casa después de un largo día de entrenamiento para ser bañada por sus sirvientas y tener una deliciosa cena con sus amorosos padres.

Pavel tuvo que comer muchas veces la carne de los enemigos que vencía. Rena llego a devorar animales crudos por la desesperación de no haber visto alimento en días.

La piel de Remedios era lisa y tersa. Salvo sus callosas manos, todo el resto de su cuerpo era el sueño de los hombres. Era ella una fantasía que se complementaba con su hermana Kelart y la reina santa. Era a veces una muñeca para ser admirada.

Rena tenía el cuerpo lleno de cicatrices. Y en su noche de bodas, ambos guerreros, la paladín y el arquero rieron por primera vez de manera sincera, al ver que el cuerpo de su pareja había pasado por casi los mismo suplicios. Cuando Pavel y Rena se veían en la intimidad, podían sentirse en paz. Sabían en sus corazones que si alguien en ese mundo podía entenderles, era la persona con las mismas marcas en su cuerpo.

Overlord: Trinidad Caps 1-170Donde viven las historias. Descúbrelo ahora