Parte 156

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Mientras khajiit reunía a sus aprendices e informaba del cambio en la situación y giro en los acontecimientos. Mientras Momonga examinaba el báculo del señor oscuro, y Ulbert perdía la cabeza por el tema de los cadáveres. Lejos de ahí... a través del gran bosque avanzaba un hombre hacia el pueblo, donde creía, aguardaban los conquistadores. Avanzo hacia el lugar, donde esperaba encontrarse con su familia.

Pavel no era tan rápido como un caballo, pero podía cortar camino a través del bosque. Un lugar peligroso por el que pocos pensarían en cruzar. Aun los más poderosos y preparados aventureros tenían problemas con la cantidad malsana de monstruos en esta zona; pero este lugar era un juego de niños para un ranger y antiguo guardabosques. Un hombre acostumbrado a enfrentar a grupos grandes y bien organizados de demi-humanos. Los monstruos estúpidos no eran problema para él.

Pero aun cuando podía evitar las emboscadas de los monstruos, y saltar la mayor parte de los peligros. Algo lo seguía molestándolo.

Un humano lo estaba siguiendo. Y Pavel sabía bien de quien se trataba...

"¿Cómo demonios corre tan rápido con esas heridas?" se preguntaba sorprendido Gustav, el vice-capitán de la orden paladina que seguía a Pavel de cerca.

En principio no era la intención del vice-capitán seguir a escondidas a Pavel, pero dada la situación complicada, y que no sabía nada de lo ocurrido al interior de la ciudad, ni que había pasado con los demás; opto por primero observar lo que haría el color negro.

Gustav se sorprendió al darse cuenta que Pavel escapaba hacia el pueblo carne, y entonces se le ocurrió "¿Habían ido hacia el pueblo para pedir ayuda a los conquistadores?" eso sin duda sería algo que propondría Remedios y apoyaría Lucia. Eso explicaría también, porque Pavel corría hacia ese lugar.

Muchas historias eran contadas del color negro. Era una leyenda entre todos los soldados. Pero algo que solo los miembros de más alto rango, y sus amigos y subordinados sabían, era del episodio con un noble al que golpeo por insultar a su hija.

Pavel amaba a su familia con locura, y si el corría hacia el pueblo Carne, era seguro de que ahí estarían Rena o al menos Neia.

Con algo de suerte, puede que todo el grupo estuviese en ese lugar.

Gustav siguió a Pavel como pudo, y en muchas ocasiones se cuestionó si está siguiendo realmente a un humano; peor aún, se preguntaba si una creatura viva podría avanzar a esa velocidad y con esas heridas. Y es que ese hombre no parecía humano mientras avanzaba por el bosque. Y esos giros extraños y cambios bruscos de dirección, que seguramente fueran acciones para evitar enemigos en el camino, eran algo que parecía irreal.

El vice-capitan sabía que este bosque era peligroso. Sabía que de no estar siguiendo a aquel hombre, a estas alturas ya hubiese tenido que librar demasiadas batallas contra monstruos. Por esa razón es que no despegaba los ojos de Pavel e intentaba seguir lo más cerca que sus piernas le permitían, pero en un momento de descuido, cuando Pavel dio un giro, Gustav ya no pudo verlo más. Lo perdió por completo de vista.

El vice-capitán miro en  todas direcciones intentando encontrar a Pavel, pero aquel hombre desapareció de una manera aterradora, como si el suelo se lo hubiese tragado. 

Tras llegar al último lugar donde vio a Pavel de pie, Gustav quiso comprobar las huellas, pero se dio cuenta aterrado, que durante todo este recorrido, Pavel no había dejado una sola marca en todo el bosque. Esa habilidad aterradora había nacido del su trabajo asesinando de manera furtiva a demi-humanos con sentidos agudos. Era obvio entonces que un paladín jamás podría encontrar al arquero.

Gustav entonces pensó en ir por el camino normal, pues ahora sin Pavel, el no duraría mucho en el bosque. Era un paladín, un guerrero más apto para pelear contra magos que contra atacantes físicos. Corría mucho peligro en este lugar.

Overlord: Trinidad Caps 1-170Donde viven las historias. Descúbrelo ahora