Overlord: Trinidad Caps 1-170

Parte 32: 1 de 2

Cuando un hombre extiende con libertad sus brazos hacia el cielo, da gracias por la vida que se le ha dado.

Pero en cambio, cuando un dios realiza la misma acción, es por que admira la obra que ha creado.

Y hoy Momonga extendía los brazos maravillado.

"Así que este es el poder de un hechizo de tercer nivel" pensaba extasiado mientras se imaginaba los efectos de la magia de súper nivel ¿Cómo se vería? ¿Qué condiciones y efecto nuevos descubriría en este mundo sin limitaciones?

Bola de fuego era un hechizo de área que solo infrinja daño a un máximo de 13 enemigos.

Hoy ese limitante fue brutalmente arrasado.

Momonga estaba emocionado, Ulbert celoso y TouchMe apenado por todas aquellas vidas que se perdieron en vano, y solo por el único crimen de oponerse a ellos al realizar lo que era su trabajo. Pero como ya se imaginaban, al comenzar a sentir pena y arrepentimiento, estas emociones eran completamente negadas.

Al poco tiempo, la felicidad de Momonga se mantuvo como un sentimiento muy tenue, aunque el orgullo por su hazaña seguía, también un sentimiento extraño lo invadió, aquel que le decía que lo que hizo estaba mal. Pero Momonga no lo pudo realmente lamentar.

El pensamiento más profundo que tuvo sobre tantas muerte fue "Que desperdicio" Momonga sentíaa que pudo haber usado de mejor manera todas esas vidas.

Por su lado Ulbert veía fascinado la escena de amor puro de Enri y Nfirea (Como buen fanático del anime/manga Shoujo, que en secreto era) un pensamiento podrido comenzó a desarrollarse en su mente.

Antes Ulbert había dicho a sus amigos "Tengo una idea" y ambos, aunque de corazón lo apreciaban y lo querían, sabían que sin importar que fuera lo que rondaba la cabeza de su amigo,  eran malas noticias para esos dos niños.

TouchMe aparto la vista de Ulbert para así evitar pensar en las fantasías que el demonio estaba desarrollando en su cabeza. Así fue como el caballero disfrazado como guerrero del desierto miro a lo lejos al ejercito retirarse "¿Debería ordenar que los masacren?" pensó mientras consideraba las fugas de información. Quizás matarlos mantendría salvo a Nazarick durante algún tiempo, pero aun quería saber que planeaba Momonga, y si hasta el momento no había ordenado que detuviesen a los cobardes que se rindieron, significaba que el esqueleto ya tenía un plan para ellos.

TouchMe se sintió un poco incómodo al considerar que estaba bailando en la palma de Momonga al hacer justo lo que se esperaba de una persona como él.

Algo extraño pasaba y a TouchMe no le gustaba ser parte de un plan que no conocía y no entendía.

Pero si sabía algo, sabía que Momonga era el único que no había cambiado de clase para ocultarse, que se mantuvo como un lanzador mágico, y TouchMe no pudo evitar pensar que durante todo este tiempo se había preparado para hacer "Esto".

Usar magia para hacer escapar a al enemigo. En este caso, a un ejército.

Y mientras Ulbert tejía un plan demoníaco y TouchMe consideraba la inexistente estratagema de Momonga, el overlord, un poco aburrido de ver a los soldados, o al menos lo que quedaba de ellos convertirse en carbón, comenzó a mirar a aquel hombre que se arrastraba por el suelo, sumamente herido intentado alcanzar la espada que tenía a escasos 15 metros de él.

-¿Crees que algo así pueda lastimarnos?- dijo Momonga mientras se aproximaba a Gazef.

El capitán adolorido miro ese pedazo de hierro tirado en el suelo y rememoro el brutal golpe de Enri que lo había mandado a volar... también recordó ese terrible hechizo que siendo tan básico elimino a gran parte del ejercito cuyos sobrevivientes ahora huían despavoridos, dejando atrás al capitán guerrero quien veía a sus más nobles compañeros calcinados o heridos.

Con resentimiento cerro los ojos...

No tenía el poder para enfrentar a este ser, a este dios encolerizado que los derroto.

Gazef miro la máscara que Momonga llevaba y se perdió en ese color rojo oscuro que exhibía.