El poder del overlord era desconocido, pero suficiente para hacer que el nigromante sintiera instintivamente el deseo por arrodillar y un dios tuviera la necesidad de advertir sobre él. El demonio disfrazado como monje tenía el poder para derretir la piedra con su fuego, y exterminar a una gran cantidad de no-muertos poderosos en el proceso. Y aunque no sabía nada de la fuerza del hechicero enmascarado, khajiit estaba seguro de que debía ser un monstruo digno de permanecer al lado del Overlord.
Por ello fue tan aterrado, cuando al volver a la sala donde esperaban sus nuevos amos, Khajiit encontró a Momonga, el demonio y el hechicero enmascarado (TouchMe) peleando entre ellos.
Un aura aterradora era despedida de aquella batalla de la cual se desconocía el motivo. Aun no había ataques, aun nadie iniciaba la pelea. Los tres solo se veían unos a otros, como si estuviera en medio de un combate intelectual, algo más allá de lo que cualquier mortal podría ver.
De las tres mujeres que los acompañaban, solo la mayor de ellas se veía tranquila; la otra muchacha de cabello negro, más joven que la primera, mantenía un rostro inexpresivo, pero podía sentir se de ella preocupación. La tercera, la mujer de piel canela tenía una expresión graciosa en su rostro, fruto de querer contener su miedo.
En un momento de descuido, khajiit hizo ruido cuando retrocedió un paso, y de inmediato los tres poderosos seres centraron su mirada en el señor oscuro.
-¡Khajiit!- grito el demonio.
Aquella voz penetro hasta lo más profundo de los huesos del nigromante. Aquella creatura, que a día de hoy debió ser una de las mas poderosas del nuevo mundo, estaba aterrada solo por la mirada de un demonio superior.
-S..s.. ¿Señor?- Khajiit sintió el miedo que creyó olvidado cuando abandono su humanidad.
-¿Qué hiciste con los cadáveres de los aventureros que mataste?-
"¡!" Khajiit quería correr ene se momento, pero su lealtad al Overlord se pondría en duda si sucumbía a sus instintos de supervivencia.
Si el demonio tenía interés en esos cadáveres... había un problema.
-Los he usado... los más fuertes los he usado para crear a los guardias que vieron al entrar a la fort...- Khajiit freno sus palabras.
Un aura corrupta, inmunda, cargada con todo el mal de la tierra era desprendida por el demonio. A diferencia de la del overlord, que amenazaba la vida, la del demonio era la de una fuerza de la naturaleza... la de una catástrofe con un alcance mundial.
-Cálmate, Ulbert, cálmate- le repetía el hechicero al demonio.
-Khajiit ¿Tienes forma de regresar esos cadáveres a la normalidad? No es necesario que los regreses a la vida, solo dime ¿Puedes hacer que esos cadáveres se vean como antes de transformarlos en no-muertos?-
Había una buena respuesta para eso... y corta además.
-No mi señor Momonga, no es posible. Fueron convertidos por medio de una ceremonia al igual que mi aprendiz de hace un rato. A diferencia de los no-muertos convencionales que se invocan usando el cadáver como catalizador, a estos se les causo un cambio de raza y clase para usar su poder como base para no-muertos más fuertes-
La explicación de Khajiit revelo algo interesante. Eso quería decir que los no-muertos de Momonga jamás tomarían encuentra la fuerza del cadáver original a menos que fuera invocado por una ceremonia como la del nigromante. La mala noticia era...
-¡AHHH!- un aura inconsciente salió de Ulbert, pero esta vez no era de las inofensivas que causaban terror. Ahora el piso de piedra bajo el demonio se derretía y convertía en lava.
-¡Enserio cálmate! ¡Mantén la compostura! ¡AH! ¡Momonga, el suelo se va a derretir y estamos en el segundo piso!-
-¡Ulbert!-
El demonio parecía enloquecido y sus compañeros preocupados. Khajiit no entendía bien pare parecía ser que había hecho algo imperdonable.
-¡Khajiit! ¡¿Puedes crear cadáveres que se parescana otras personas?!- pregunto el overlord.
Khajiit podia hacerlo, pero era difícil y tomaba mucho tiempo. Pero se podía, hacía que asintió y grito-
-¡Puedo hacerlo!-
-¿Lo ves Ulbert? Cálmate, aun puede completar tu trato con...- las palabras del Overlord fueron interrumpidas por un grito.
-¡NO PUEDO, NO PUEDO MOMONGA! ¡NO PUEDO ENGAÑARLA! ¡UN DEMONIO NO PUEDE INCUMPLIR SU CONTRATO! ¡NO SIRVEN LOS REEMPLAZOS! ¡NECESITO EL CADAVER DE ESAS DOS MUJERES! ¡Y SOLO SUS CADAVERES VERDADEROS ME SIRVEN! ¡O SI NO...!-
Khajiit rápidamente relaciono las palabras del demonio con su pregunta anterior. Si hablaba de mujeres y aventureros, seguramente se refiriera ah...
-¡Mi señor, si se refiere a las dos chicas de las rosas azules, ellas no fueron usadas en la ceremonia, ahora mismo están...!-
Ulbert desapareció de la vista por un momento, y reapareció al instante enfrente de khajiit. Sujeto al nigromante por los hombros, y con esos ojos de cabra vio directamente a las luces purpuras del nigromante.
-¿Están? ¿Dónde están, khajiit?-
Si el nigromante tuviera nariz, hubiera podido oler que su túnica se estaba quemando en las partes que sostenía el demonio.
-En... en una habitación especial... no queríamos usarlas aun hasta que tuviéramos más conocimiento y...-
-Llévame- dijo el demonio.
Khajiit pudo ver el infierno en esos ojos mientras daba la orden.
Khajiit comenzó a correr hacia su sala especial, y podía jurar que el demonio no caminaba si no que se teletransportaba detrás de él cada vez que había avanzado lo suficiente.
Era aterrador...
Por fin el nigromante llego a un cuarto helado donde 5 de sus acólitos estaban moviendo cadáveres que querían llevar consigo.
-¡Arrodillense idiotas!- ordeno Khajiit a sus calitos, mas entonces...
El cuarto helado perdió todo su hielo y comenzó a calentarse. Khajiit no lo habia notado por su nueva naturaleza, pero el demonio irradiaba un calor abrumador para los humanos. Ahora mismo los acólitos se estaban asfixiando mientras Ulbert avanzaba por la sala.
Khajiit se adeltanto al demonio para ir por lo que el buscaba.
Bien ordenadas y archivados estaban los cadáveres de esas dos mujeres de las rosas azules. Khajiit les retiro a ambas todas las vendas que las cubrían y mostro sus rostros al demonio...
-¡AHHH!
-¡AHHH!En ese momento, los acólitos que se estaban sofocando pudieron respirar nuevamente y salieron de la sala aterrados por el demonio que vieron entrar en ella.
Ulbert se quedo mirando a los cadáveres... fijamente...
Khajiit se sintió como un intruso en ese lugar y salió rápidamente, pero en la puerta fue frenado por Momonga y el TouchMe que veían impresionados como su amigo se había calmado.
Momonga entrego el báculo que pidió anteriormente y Khajiit lo recibió confundido.
Entonces los dos seres entraron junto con su amigo a la sala que en algún momento fue helada.
Y ahí, desde la puerta Khajiit dudaba...
Como no-muerto su amo era el Overlord y debía su lealtad a él, pero eso no quitaba el hecho de que ahora pensaba... que quizás el señor de los no-muertos, tan temido por los dioses no era el más fuerte de ese extraño grupo de calamidades....
Ahora con auténtica curiosidad se pregunta ¿Qué tan fuerte era el hechicero? ¿Y que posición ocupaba el Overlord entre los tres?
ESTÁS LEYENDO
Overlord: Trinidad Caps 1-170
FantasyGrandes calamidades han arriban al nuevo mundo. Un overlord gobernante de una tumba llena de poderosos monstruos llega a una tierra que no podrá plantarle cara, pero diferente a la historia original, esta vez llegara también acompañado por un camp...