Parte 26

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"Es un grave error" pensaba Gazef Stronoff mientras marchaba a lo que sería una masacre sin importar al vencedor.

Con todas sus fuerzas Gazef intento convencer al rey a los nobles de solucionar esto de manera pacífica, ya fuera convirtiendo a esos poderosos guerreros en nobles y otorgarles el control del pueblo, o simple y sencillamente permitir que lo salvadores del mismo lo protegiesen y hacerles creer que el reino habia cedido.

Despues de todo, para entregar un pueblo tan pequeño e insignificante no hacia falta hacer una declaración formal. Despues de todo, ese guerrero Ooal tenia algo de razon, lo único que tenia que hacer el reino para desligarse de ese territorio era no volver a cobrar los impuestos.

Aun que le dolía a Gazef, esa era la mejor solución, pero por supuesto, era algo que los nobles que querían ver la caída de su rey no permitirían, pues dentro de sus mentes había un escenario donde este enemigo asesinase a Gazef y no quedara otro capitán guerrero para proteger al rey.

Realmente era irritante...

Y eso los llevo aquí. 2.000 soldados dirigiéndose a la batalla para reclamar un insignificante pueblo en la frontera...

En el cielo, una parvada de cuervos los seguía, graznando alegremente por la matanza que venia.

Los soldados creyeron que era un augurio de su victoria.

Gazef no lo vio de esa manera...

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En la entrada del pueblo carne, una niña de cabello rubio mantea a raya al invasor... a su pequeño amigo que desesperadamente intentaba hacer a Enri entrar en "Razón"

Pero sin importar que palabras usara, o cuanto le suplicara, Nfirea no era capas de hacer que Enri se moviera de donde estaba. A cualquier suplica que Nfirea hacia, Enri solo contestaba "Lo siento, no puedo hacerlo"

"Ella no es así" pensó Nfirea mientras en su mente se desarrollaba el trauma que había vivido su amiga para volverla así. Pero antes de que el chico cayera en la desesperación, una enorme mano toco su hombro por la espalda.

-Chico, a los aventureros no nos gusta meternos en temas políticos ¿lo sabes no?- dijo con voz serena uno de los aventureros de rango oricalco.

Nfirea asintió con la cabeza a las palabras del guerrero.

-¿Escuchaste eso niña? A los aventureros no nos gusta meternos en temas políticos, y esta invasión tiene toda la pinta de ser uno. Y sin embargo, aquí nos tienes ¿Sabes porque?-

Enri ni siquiera contesto, solo se mantuvo firme, con su mano derecha acariciando la empuñadura de su espada. Estaba preparada para desenfundar en cualquier momento, y aun asi deseaba que ese hombre no se acercara.

-¡Venimos a aqui porque lo mucho que nos ha ayudado "su" abuela- El aventurero dio una palmada a la espada de Nfirea, señalando de esa manera que se refería a él -¿Lo entiendes?-

Ante las palabras del aventurero, Enri se limito a decir... "Lo siento" lo que hizo que el guerrero se sintiera frustrado, lo suficiente para hacer las cosas de otra madera.

-Chico, nos contrataste para mantener segura a esa chica, y te juro que lo hare, asi que no te preocupes, y sobre todo, observa que se debe hacer cuando una persona terca se niega a correr-

El aventurero comenzó a caminar hacia Enri sin ningún miedo. El poderoso guerrero camino sin desenfundar su espada, sin miedo a la chica en la entrada del pueblo. Aquella niña de mirada fiera seguramente parecía un niño con un palo de madera a los ojos del aventurero. Mientras se acercaba, comenzaba a dudar de ese primer sentimiento que habin tenido al llegar al pueblo.

Ese grito de su instinto que gritaba "Lárguense" se había acallado tras ver el dulce rostro de la campesina.

-¡Por favor aléjese!- la chica comenzó a temblar -¡Le suplico que se aleje! ¡Se lo advierto, no sé cómo usar esta arma!-

"¿Qué había sido eso? ¿Una amenaza? Si es así, fue una muy mala" pensó el aventurero. Aquel grito de Enri se escuchó como una súplica, parecía que la chica estaba temerosa de herir a una persona, cosa normal en un novato, y si no fuera de esa forma, seguramente habría algo mal en la cabeza de Enri.

Los humanos se niegan a lastimar a otros sin una buena razón o sin una poderosa emoción impulsándolos, y por ello, al ver que en esa niña no había mas que incertidumbre y miedo, el aventurero siguió caminando sin mermar su paso, seguro de que aquella chica no lo atacaría, y que si aun así lo hacía, el sería capaz de salir victorioso sin herirla.

-Porfavor... no mueras- dijo Enri en un susurro, como si de una plegaria se tratara.

El aventurero escucho aquellas dulces palabras, y por un momento creyó haber escuchado mal. Pero al ver que la chica levantaba torpemente la espada, cada fibra en su cuerpo le grito "Quítate, agáchate ¡Corre!" Aquello era algo que el aventurero solo había sentido una vez... cuando era un novato y se topo con un troll.

Aquella torpe espada en las manos de una novata, se convirtió a ojos del aventurero en la cola de un dragon, acercándose a la velocidad de un rayo...

La espada de Enri era de doble filo, un arma peligrosa a la par que efectiva. La chica realmente no estaba preparada para tomar una vida, aun no estaba lista y menos siendo esa vida la de un aventuraro que solo deseaba salvarla, por ello, el golpe que lanzo, lo asesoto con la parte dentral de la misma, la uso como un palo, procurando no tocar al aventurero con el filo, y aun asi contuvo sus fuerzas para evitar lastimarlo.

La espada choco contra el cuerpo del aventurero, y este fue lanzada 3 metros como si se tratara de una muñeca de trapos.

"¡Yo solo quería asustarlo!" Pensó Enri asustada mientras veía al aventurero inmóvil a la distancia. "Me contuve" se repetía a si misma intentando justificarse.

Su intención no había sido herir al aventurero, y al por fin darse cuenta de lo que había pasado, vio con miedo su arma, mientras su mente apanicada pensaba "¡ENSERIO! ¡¿CUÁNTO VALE ESTE EQUIPO?!"

Una vez pasaron unos segundos, el aventurero recobro la conciencia, y vio como sus compañeros habían hecho una fila frente a Enri. Todos habían desenfundan dado sus espadas y uno de los guerreros estaba en la retaguardia reteniendo a Nfirea quien se encontraba gritando para que todos se detuvieran.

Pero ya era un poco tarde para ello, ahora mismo todos veían a esa niña como una amenaza con el poder suficiente para mandar a volar a uno de los seres más poderosos de la humanidad. Pero sobre todo les aterraba que lo habia hecho con suma facilidad y ensima Enri parecía asustada.

¿Era un acto? ¿O la chica realmente no conocía el alcance de su propia fuerza? En cualquiera de los dos casos los aventureros no se iban a arriesgar... se pusieron en guardia preparados para neutralizar a la joven campensina que les suplicaba no acercarse.

Mas entonces...

Una masa de oscuridad se formo a espaldas de Enri.

Pronto los aventureros retrocedieron aterrados mientras contemplaban a Enri sonreír con alivio al ver aquella profunda oscuridad...

De ella nacieron, un guerrero con ropas del desierto, cargando en su cintura una cimitarra(TouchMe. Seguido de él, un monje entrante con una canasta cubriendo su cabeza se materializo de esa oscuridad mientras parecía estar contando cuentas (Ulbert). Por último, detrás de ellos, se formó lo que parecía ser un brujo, sosteniendo un báculo extraño, aquel enmascarado envuelto en una túnica negro azabache, miro a Enri con calidez detrás de esa mascara (Momonga).

"Buen trabajo" le dijo el brujo.

Habían llegado, TouchMe, Ulbert y Momonga.

Habia llegado, Ainz Ooal Gown.

Overlord: Trinidad Caps 1-170Donde viven las historias. Descúbrelo ahora