Parte 25

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Un frio recuerdo llego a Enri Elmot.

Mientras su pequeño amigo le gritaba desesperado, ella revivía aquella escena...

Aun podía verlo... aun podía ver a su padre luchando desesperado por ganar un poco de tiempo. Lo veía desangrarse y sin otra idea en la mente más que ganar tiempo para permitir que sus hijas escapasen.

El imagen de un hombre destrozado, aferrándose a la pierna de un soldado mientras le gritaba a Enri "Escapen" era el último recuerdo que esta tenia de su padre...

¿Qué había pasado después? Enri y su hermana lograron alejarse... pero aún era perseguida. La vida de su hermana y la de ella misma no estaban fuera de peligro, y de no ser por aquellas personas...

"¿Por qué considero mi salvador a Momonga-sama?" penso Enri.

Había sido TouchMe quien asesino a los soldados, fue en realidad el quien la había salvado ¿Entonces porque no podía verlo a él como su salvador?

"Yo también tengo algo que proteger" eso es lo que le había dicho Momonga la primera vez que se vieron, mientras su amigo salía corriendo de manera imprudente, su preocupación fue lo único que pudo expresarle a Enri.

De los tres, Enri sintió que solo Momonga había sido sincero.

Ahora que lo pensaba... Momonga no había sido amable "No seas estúpida" fueron las palabras que le dedico a una niña que se acababa de quedar huérfana.

Definitivamente, no había sido amable, no había sido comprensivo.

"Si realmente quieres vivir, bebe la poción, sana tus heridas y protégete tú misma"

Momonga había sido tosco, grosero... pero le había dicho a Enri justo lo que necesitaba oír, le había recordado que nada más en este mundo importa que su propia vida y la de su hermana, aquello por lo que sus padres dieron la vida...

Ahora comenzaba a entender porque se le había dado a ella esta espada, y toda la ropa...

Ella había sido la única que había ido tan lejos, la única persona del pueblo que logro correr hasta alli... había sido la única que había mostrado, tal determinación para vivir.

Momonga-sama... ¿Le había confiado todo esto debido a ello?

Ahora lo entendía mejor. Momonga fue realmente su salvador, él fue quien le ordenó levantarse y darse cuenta de su error, el no solo alejo el peligro, le dio a Enri las armas para negar el destino que le aguarda a los débiles.

Cuando todo termino, TouchMe le dijo "Lo siento" a las personas del pueblo... ¿Pero porque lo había hecho? No había sido su culpa el que los soldados atacaran, no había sido su culpa que los soldados de su reino no los protegieran, ¿Y si se disculpaba por haber llegado tarde? Eso era aún peor... era horrible... si él hubiera llegado antes, sin duda los padres de Enri seguirían vivos, pero decir eso o reclamar por ello, sería lo mismo que escupir en la tumba de su padre y burlarse de su sacrificio.

La gente de Carne era débil, por eso fueron masacrados. Pero el padre de Enri, fue lo suficientemente fuerte para ganarle tiempo sus hijas... el tiempo suficiente para que Momonga la salvara del abismo donde su mente había caído...

-Que estúpida he sido...-

-¿Enri?-

Nfirea abrió los ojos con terror al contemplar la mirada de la mujer que amaba. Esos no eran los ojos de una chica, no era los ojos de una campesina... eran los ojos malditos de un dragón, fieros e impacibles.

Enri ardía en furia, una furia asesina dirigida a ella misma...

Con sus manos, aparto firmemente a Nfirea.

-Perdóname haberte hecho perder tanto tiempo y dinero, Nfirea... no tienes idea de cuánto te lo agradezco, pero no es necesario que te preocupes por mi... y será mejor que te vayas antes de que el ejercito llegue-

Enri lanzo con cuidado a Nfirea, este se apartó al menos un metro de su amiga y con horror contemplo que su ser amado sacaba un extraño pergamino de entre sus ropas.

-¡Enri! ¿Un scroll? ¡Espera, no lo seguro usar esas cosas!-

Sin hacer caso, Enri lanzo el pergamino al aire y este se desplego, brillo, y se consumió en llamas.

Ese era otro de los regalos que le había dado su benefactor.

La chica se llevo la mano a la oreja, un ademan extraño, y pronuncio la palabra "Mensaje"

-¡¿Enri?! ¿Con quie hablas? Enri...-

-¿Ainz-sama?-

Enri uso el nombre con el que su benefactor se presentó con las otras personas del pueblo.

"¿Enri? ¿Qué sucede?" Respondió la voz al otro lado, pero claro, solo Enri podía escucharla.

-Se que me dijo que usara esto solo en casos extremos pero... un ejército dirigido por el capitán de los guerreros se dirige al pueblo, y yo... aun con todos los regalos que me dio, no creo poder detenerlos, por favor, perdone mi inutilidad Ainz-sama- sin darse cuenta Enri se inclinó ligeramente, como si tuviera a Momonga enfrente.

"No es necesario que te disculpes" respondió Momonga "Jamas plane que pelearas contra algo mas que grupos pequeños, hiciste lo correcto al llamarme, estaremos ahí en 10 minutos, aguanta hasta entonces"

-¡Lo hara Ainz-sama! No le fallare-

La comunicación se corto.

Nfirea vio perplejo a su amiga, sin entender que pasaba o con quien había hablado ella ¿Ese Ainz-sama es el mismo que reclamo Carne como suyo?

Ahora mismo nada era claro. Solo un pensamiento domino la mente de Nfirea. Queria ayudar y proteger a la persona frente a el...

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En otro lugar, dentro de una fina habitación dentro de Nazarick, 3 figuras imponente miraban un espejo.

-Lo hizo bien- comento TouchMe.

-Lo hizo mejor que bien... fue perfecto. Recupero su calma y no intento hacerse la valiente, es una chica inteligente- comento Ulbert.

-¿Tu que crees Momonga?-

Momonga penso un momento e ignoro la pregunta.

La chica a la que le había dado todo ese equipo no se había embriagado de poder, no paso ni por un segundo plantarle cara ella sola al ejército, y aun que al principio se había visto aterrada, tuvo la suficiente fiereza para calmar su corazón y pensar en tomar la mejor decisión.

-Elergirla a ella... no fue una mala decisión-

Dijo Momonga al ver que la chica tenía una cualidad que el Overlord apreciaba.

"Cautela"

Overlord: Trinidad Caps 1-170Donde viven las historias. Descúbrelo ahora