Parte 150 1 de 3

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¿Por qué Ulber había elegido un demonio como personaje?

¿Era todo parte de una mentira?

¿Era todo solo otra parte del acto del rey demonio que deseaba arrasar el mundo?

No...

La razón por la que Ulbert era un engendro del averno, era la misma por la que hace tanto tiempo, él y TouchMe discutieron.

La razón por la que era un demonio, no era el odio a la humanidad ni el mundo donde había nacido.

Era una forma de decirse a sí mismo y a los demás, que al igual que aquellos que disfrutaban viendo la vida de otros escaparse mientras ellos se enriquecían a costa su dolor y muerte, "Soy uno de ustedes"

El pequeño niño que perdió a sus padres; el pobre infante que por propia cuenta se abrió paso y salió de la pobreza, le gritaba a los grandes corporativos, a los grandes ejecutivos "¡Yo también puedo gobernar en este infierno!"

Lo que inicio la separación de Ainz Ooal Gown, fue un "felicidades" que Ulbert recibió, de la persona menos indicada.

El gremio se separó el día en el que el humano se volvió demonio, y ascendió a la cima de ese mundo al que hoy se refería como el verdadero infierno.

Ya no necesitaba ser el demonio del fuego en Yggdrasil, pues en su propio mundo, sin necesidad de una consola. Sin necedad de loguearse al juego. Desde su cómoda oficina donde decidía el destino de decenas, él se convirtió en uno de esos aberrantes seres que gobernaban a otros.

En su forma humana... Ichigo Ishikawa, se convirtió en un demonio más vil y cruel, de lo que Ulbert Alain Odle podría aspirar a ser...

El archidemonio disfrazado de monje seco las lágrimas de sus ojos y volteo hacia los hombres que lo veían. Volteo y miro el campamento lleno de sobrevivientes que ardían en odio.

-Puedo verlo en sus ojos- dijo con la voz del demonio que habitaba en él. Una voz que llego a cada alma en el campamento. -Ustedes piensan que esto frente a nosotros es un infierno- dijo el demonio. –Pero yo no veo el dolor en el rostro de ninguno de ellos. No veo la desesperación por saber cómo sobrevivirán al día de mañana ¡Esto es un paraíso comparado a las tierras que merecían ser arrasadas por el fuego!- declaro mientras señalaba al ejército de no-muertos que se reunía para detenerlos. -¡Estos...!- antes de que pudiera continuar con su discurso, Ulbert fue abrazado por el hechicero y el caballero negro.

-Ya basta. Si dices algo más, vas a volvernos enemigos del reino, o peor aún... vas exponernos. Ulbert...- dijo TouchMe con una voz extraña.

Seguido a esas palabras, varias auras verdes rodearon a sus dos amigos, y un momento después, otra aura de supresión cayó sobre el mismo Ulbert.

-Perdón...- les susurro, a la vez que los alejaba, al igual que los sentimientos humanos que lograron aflorar en el por un momento. 

Un ejército interminable de no-muertos estaba por chocar contra los conquistadores de Carne, que lamentablemente, no eran ni de cerca tan poderosos como las personas a las que copiaban.

El caballero negro entonces se adelantó a todos. Debía mostrar que tan poco era débil.

Con el primer golpe de ese hombre enfundado en una armadura completa, con aquellas dos enormes espadas en cada mano, mando a volar a decenas de no-muertos que se hacían pedazos.

-[Zona de purificación]- convoco TouchMe. Un débil hechizo del quinto nivel que funcionaba en Área.

Un gran círculo blanco de 15 metros de diámetro apareció entorno al caballero disfrazado de hechicero. Era un hechizo de poco poder, y que solo tenía debido a su karma naturalmente positivo. Era débil pero suficiente para eliminar a todos los no-muertos y no lastimar ni a las Pléyades con ni a sus amigos. Y aunque Yuri sintió una pequeña comenzó en su cuerpo, su karma positivo la salvo de ser dañada por el hechizo.

Lo que entonces debió parecer para los supremos, no más que una simple rutina de "Golpea y remata" fue para los observadores un brillante trabajo en equipo, digno de la clase adamantina...

Y así continuaron el grupo de aventureros y los conquistadores de Carne. Avanzaron completamente solos. Nadie los siguió. No solo por el miedo, sino además por vergüenza, ninguna alma se atrevió a ser una molestia para aquellos que habían trascendido su propia humanidad.

Y desde la entrada de la ciudad, se quedaron mirando. Y desde el campamento, todos susurraban, y hacían comentarios sobre aquellos.

Y pronto, ese grupo desapareció de los ojos de cualquiera.

Los héroes y los conquistadores, se perdieron dentro de aquella ciudad maldita...

Ganaran o perdieran, nunca seria olvidado este día.
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-EvilEye- dijo Lakyus el nombre de su compañera. –Vera a tus seres amados convertidos en unas creaturas vacías despojadas de su individualidad  y alma, o ver los sufrir hasta su último aliento mientras luchan por defenderte ¿Qué crees que sea peor?- pregunto a su compañera.

Aquella pregunta que parecía ser solo un escenario que usaba lo que pasaba en la ciudad, y aquello que declaro el  monje, era en realidad una pregunta dirigida a una persona con experiencia sobre la primera  situación.

EvilEye se sintió ofendida por la pregunta. Más que nada, después de haber perdido a dos de sus más queridas amigas... no quería recordar como también había perdido a su familia.

Los siglos que paso viva, no lograron aminorar el dolor que su alma tenia por lo ocurrido en el momento en el que se convirtió en una vampira...

En parte, podía entender lo que aquel monje dijo, pudo creer que su fuerza realmente venia de haberse criado en ese infierno que describía...

Francamente no lo envidiaba.

Aunque la propia EvilEye, perdió a sus amigas y su familia de la misma manera, no aspiraba a comparar su dolor con el de aquel monje que logro un fuego tan intenso como para dañar la piedra.

¿Qué era peor? ¿Ver a tu familia y reino, morir y levantarse como criaturas estúpidas y malditas? ¿O ver las sufrir y llorar hasta su último aliento, mientras sabes, que su último deseo fue que tu vivieras?

-¿Cómo quieres que sepa eso?-

Dijo EvilEye con su tono arrogante de siempre. Y ante la fría respuesta de su compañera, Lakyus rio, burlándose de si misma por haber esperado una respuesta diferente de su amiga. Pero...

-Pero si hubiera vivido en la clase de infierno de donde salieron esos sujetos...- dijo con la voz rota mientras las lágrimas se escurrían por debajo de su máscara. –Quizás ahora mismo Gagaran y Tia estarían vivas...-

EvilEye conocía lo que el dolor podía hacerle a un alma. Ella ostentaba el poder que podía brindar el sufrimiento.

Pero incluso una persona así, considero que lo más sensato y honesto que uno podría hacer mientras vivía en esa clase de infierno, era...

La hechicera de las rosas azules se tragó esa palabra.

Solo digamos, que ella jamás hubiera sobrevivido a esa clase de lugar.

Overlord: Trinidad Caps 1-170Donde viven las historias. Descúbrelo ahora