2.6 Almirante Axel

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No solo Cedric, toda la tripulación volteó a ver al capitán Harlock después de escuchar la voz grave y elegante del almirante Axel, era la primera vez que escuchaban a alguien usar el nombre del capitán de forma tan casual, como si fueran viejos amigos.

– Tu tiempo no podría ser más perfecto – Liam bromeó de acuerdo a la personalidad del capitán Harlock – necesitamos algo de ayuda.

– Ya envíe a mis hombres al planeta, creo que tu embarcación ya hizo un análisis de la situación.

– Así es, tienes media hora, aprovéchala.

– Entiendo, te enviaré las coordenadas de nuestro próximo destino cuando el congreso me autorice un lugar para colocar a los sobrevivientes, cuento contigo.

La comunicación se cortó y el resto de la tripulación volvió a respirar, algunos colocaron sus manos frente a su pecho escuchando los latidos de su corazón, no podían creer que hubiera visto el rostro del almirante.

Liam se sintió un poco molesto, ¿ese tipo era tan perfecto?, aunque no era su problema, miró en dirección a Cedric y lo encontró mirando el lugar donde la pantalla había aparecido, era obvio que estaba impresionado, eso lo hizo sentir molesto, para el éxito de la misión, la vida de Cedric era la clave, el chico debía mantenerse cerca, sí no estaba en las escenas importantes el príncipe Dion no sentiría su presencia y no enviaría su mensaje, una vez que eso sucediera Cedric tendría que transmitirlo.

La pregunta era, ¿a quién se lo transmitiría?

Con la relación entre él y el capitán Harlock en tan mal estado, Cedric tuvo que abrirse paso hasta la estación central para hablar con el almirante Axel y contarle, ahora que él se hacía cargo del cuerpo del capitán, tenía que asegurarse de que fuera en él y no en otros en quien Cedric confiara.

Hizo una mueca con la boca, sí hubiera llegado un poco antes a ese cuerpo habría evitado el primer ataque, Cedric solo sentiría agradecimiento y admiración hacia él y cumplir con esa misión sería simple, pero el daño ya estaba hecho y cada vez que el chico lo miraba solo había desprecio.

El tiempo se acabó.

Ambas embarcaciones se alejaron del planeta antes de que la explosión los afectara y guardaron silencio por los millones de vidas perdidas.

No mucho tiempo después llegó un nuevo mensaje, en esa ocasión la tripulación no pudo ver el rostro del almirante, lo que lamentaron mucho, en lugar de eso, la teniente encargada de la comunicación llamó al capitán y le dio el informe, un mensaje apareció en la pantalla de Cedric ubicando el nuevo destino.

Estación Jade.

Parpadeó un par de veces y miró al capitán, comprendió que esa orden no venía de él sino del almirante, así que no hizo comentarios y mantuvo el curso.

En el interior de la embarcación el ambiente era lamentable, personas gritaban buscando a sus familiares, no era tan fácil moverse por la nave, los soldados les insistían en que esperaran a llegar a la estación, ellos solo podían recoger nombres y comenzar a hacer una lista.

Cedric monitoreo la situación desde su consola, no había audio en las imágenes, el video era suficiente para darle una idea, se recordó a sí mismo ese día, cuando abandonó su planeta, nadie le dio respuestas, ni siquiera hablaron con él, solo esperó hincado en el suelo frío hasta que un hombre de edad mayor con el cuerpo marcado por tatuajes lo miró y lo señaló con su dedo.

Apagó el video y se concentró en pilotear, entre más rápido llegaran a la estación, más rápido los sobrevivientes sentirían algo de consuelo.

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora