4.14 Almidón

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El pequeño dragón en los brazos de Damon disfrutaba ser acariciado y a Damon también le gustaba su compañía, desconocía la razón, simplemente le gustaba acariciarlo mientras escuchaba la explicación del príncipe Galian.

Todo sería perfecto, si no tuviera la sensación de un palo atravesando su trasero, no había dolor, en lugar de eso era una incomodidad que se extendía desde sus muslos hacia su cadera con cada movimiento de Daro.

– Su guerra de conquista cobró muchas vidas, trajo epidemias, hambre y desolación, a su reino y a todos los reinos conquistados, después de algunos años su hermano que cuidaba el trono en su ausencia le pidió que se detuviera, y Sacer lo mató.

Momentáneamente Minus y Angus pensaron en los cinco hijos del líder del clan Amenfor, a veces solo esperaban que uno se levantara y matara al resto.

– Fue bastante idiota, conociendo a su hermano, debió saber que eso pasaría – dijo Damon.

– Quizá, con su hermano muerto, Sacer necesitaba un rey regente mientras él se dedicaba a conquistar territorios más grandes, decidió que nombraría a uno de sus cinco hijos y dejó que ellos decidieran, les dio un plazo de un año, acabado ese tiempo, él que estuviera vivo gobernaría y sería su sucesor, sí más de uno seguía con vida, él los mataría a todos.

Hasta ahí llegó la comparativa, el líder del clan Amenfor pudo ser muchas cosas, pero jamás les habría pedido a sus hijos que se mataran entre ellos, ni pensaría en matarlos.

– ¿Y qué decisión tomaron?

– Dos intentaron envenenar a sus hermanos y fueron descubiertos, los otros tres se unieron, contrataron a un asesino y le confesaron el punto débil de su padre para que él lo matara, después de su muerte dividieron el territorio conquistado en tres reinos y vivieron en paz.

La paz que Sacer tan egoístamente quería obtener con el filo de su espada, sus hijos la consiguieron cobrando una sola vida, la de Sacer.

Damon sonrió – un cretino total, ¿qué mierda quiere ahora?

– Lo mismo que antes, recuperar su trono, unir los tres reinos justos y reiniciar su guerra de conquista.

Se necesitaba ser un completo imbécil para pensar que su plan funcionaría después de fracasar una vez, Damon se llevó la mano a la cabeza y se olvidó del dragón por un momento – dijiste que ellos usaron su punto débil en su contra, ¿es importante ahora?

– Su punto débil, era la lava negra.

La mano de Liam se fue hacia la empuñadura de su espada que colgaba de un extremo del caballo, Damon comprendió el por qué había conseguido una espada tan anormal, resultó que él había estado persiguiendo a Sacer por un largo tiempo, comenzó a preguntarse en el motivo detrás de esa persecución.

El resto del camino fue más tranquilo, en silencio Damon se dedicó a pensar sobre ese antiguo General que había regresado de la muerte, esa situación debería parecerle ridícula, pero curiosamente, se sentía muy normal, como si fuera algo que hubiera ocurrido antes.

El dragón en sus brazos sintió su ansiedad y se estiró para acariciarle la mejilla, Damon lo acomodó de vuelta con una sonrisa, para el pequeño dragón Damon se había convertido en su madre y no quería apartarse.

Al caer la noche bajaron de los caballos y montaron el campamento.

Liam se separó un poco de Damon en los últimos kilómetros, había recibido algunas alertas sobre las acciones de Sacer y se distrajo, después de bajar del caballo lo buscó con la mirada y sorpresivamente, otra persona le bloqueó el paso.

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora