7.18 Cena

296 63 4
                                    

Dos pequeñas casas con paredes que agrupaban a los árboles y un solo baño, además de la ausencia de muebles y de ventanas el resto se veía en buen estado y dada la situación Avis podía conformarse con un sitio donde tuviera un techo sobre su cabeza.

Pero en ese momento estaba muy molesto.

Liam lo detuvo – me pidió que peleara con ella, no pensé que resultaría de esa manera, ¿me crees?

Avis apretó los dientes listo para darle una reprimenda, pero en ese momento Joan fingió una tos seca y los miró con mucha pena – en verdad lo siento, prometo que me iré de inmediato en cuanto me den mi maleta – señaló el brazo de Liam de donde colgaba la mochila con las pertenencias de los tres – lo siento mucho, señora.

Quien debería disculparse era Avis, se llevó las manos al rostro y buscó la habitación.

Creía en su esposo, ese era el problema, desde el momento en que vio a la princesa con los brazos alrededor de su cuello supo que era cosa de ella y que él era inocente, pero, ¿por qué?, ¿por qué le tenía esa fe ciega?

Si le confesaba sus pensamientos sería vulnerable, Liam podría pensar que era libre de engañarlo porque él jamás dudaría de sus palabras o se daría cuenta de lo mucho que lo amaba, en una relación la parte que más amaba era la que perdía, por eso las mujeres permitían que sus esposos tuvieran tantas esposas mientras que ellos las abandonaban si estaban implicadas en un solo rumor.

Él no quería ser la parte perdedora.

– Cariño – Liam le dio un beso en el cuello y apartó su cabello tirando de la camisa beige hacia su nuca.

– Debes tener más cuidado, no quiero que vayas por ahí rompiendo corazones, es poco amable, es mejor si te cubres, así no habrá mujeres interesadas en ti y nadie se decepcionará y – pasó las manos por el pecho de Liam – solo te quitarás la camisa cuando yo esté presente, ya no puedes ir por ahí dando muestras gratis de mi mercancía.

– Así será – dijo y lo abrazó. Ese pequeño cuerpo cabía perfectamente en sus brazos, podía levantarlo con facilidad y cargarlo hasta la cama que resultó ser bastante pequeña.

Avis recordó rápidamente – aguarda, tengo que cambiarme de ropa y tú tienes que quitártela.

– ¿Qué?

– Harás lo que te pido, me lo debes – tiró del pantalón para quitárselo, hizo lo mismo con los zapatos, la ropa interior y una vez que Liam estaba completamente desnudo, lo sacó de la habitación – espera ahí, no tardaré.

Liam agradeció que esa casa tuviera dos piezas o estaría en la calle desnudo.

Dentro de la recamara Avis revisó los bolsillos del pantalón y encontró lo que tanto había buscado, sacó de su espacio la aguja y perforó los tres paquetes justo en el centro, luego los volvió a meter en el bolsillo y se cambió de ropa para justificar haber dejado a su pareja afuera.

La puerta de la casa fue abierta y Liam tomó el primer objeto a la mano, un plato.

El príncipe Dor notó lo que era tan evidente, pero no le dio importancia – esta noche habrá una fogata, los estaremos esperando para la cena.

– Ahí estaremos.

– Por cierto, esa es una manera poco eficiente de limpiar los platos.

Liam asintió con pesar.

[Anfitrión, sonría y ponga duro el trasero], [esta va a ser la joya del álbum]

- Hiberna.

[Es para regalárselo al vi], [entrando en hibernación temporal]

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora