5.6 Castillo dorado (1)

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Las burlas eran muy comunes, además de Rango, Sieno se acercó a él con una sonrisa en los labios – es verdad, solo llevó al oso a la trampa, si hubiéramos contratado un perro, habría sido igual de útil.

– Silencio los dos – dijo Elliot mientras cortaba la carne para preparar la cena – todos ayudamos, Saki se llevará una paga equivalente a su aportación – cortó un trozo de carne y lo puso frente al rostro de Saki – tu parte.

Hubo risas y murmullos de desprecio.

Saki tomó el trozo de carne y sonrió – muchas gracias, me estaba muriendo de hambre.

Rango lanzó una nuez al rostro de Saki – bueno para nada – si el chico no actuaba dolido o se quejaba, insultarlo se sentía como un desperdicio.

Un olor agradable se filtró en el campamento y tres pares de ojos miraron a Alicia que regresaba de la ducha en la cascada, su rostro sonrió y caminó hacia Saki – no comas demasiado, te hará daño – le acarició la mejilla acomodando su cabello – mi pequeño hermano, debo cuidarte bien – sonrió.

Cuando Alicia usaba el atributo de rosas, los corazones de los hombres a su alrededor latían apresuradamente y cuando esos mismos hombres veían lo cercana que era a Saki Alister, inconscientemente lo odiaban.

Alicia parecía no notarlo y sonreía indiscriminadamente – también tengo hambre, ¿habrá un poco para mí?

Los tres empujaron sus platos hacia ella y después de pensarlo muy detenidamente, Alicia giró la vista hacia el plato de Saki.

Elliot no lo pensó un solo segundo, le arrebató a Saki el plato con carne y se lo entregó a ella – le daré otro pedazo, tú lo mereces más.

– ¿De verdad piensas eso?

– Por supuesto.

Saki no pensó que era extraño, Elliot amaba a Mina, también era nieto de la anciana Eras, tenía una posición alta en la secta y era alto y apuesto, más que cualquier otro hombre en la secta, si tan solo no tuviera el cerebro frito, sería un excelente partido para marido.

Viendo lo felices que todos estaban, se levantó y atravesó un portal hacia el tronco de un árbol donde se sentó a mirar el ocaso.

Partieron de la secta un mes atrás con destino al castillo dorado.

Cada cincuenta años, el castillo dorado abría sus puertas y un número indescriptible de magos entraban para tomar todas las recompensas que pudieran conseguir, el sitio era un verdadero baño de sangre, porque las recompensas eran tomadas por el más fuerte, también estaba el problema de que las puertas se cerraban, así que debían ser rápidos y fuertes.

O, morir ahí dentro.

Sacó de su espacio una fruta y la mordió, abajo Elliot y Mina se separaban para besarse detrás de los arbustos y los gemelos se quedaban dormidos. Él se limitó a seguir mirando el horizonte.

Después de pensarlo mucho, llegó a la conclusión de que el dueño anterior de su espacio era un erudito, lo que explicaba la gran cantidad de libros, y también, era una persona solitaria, lo que explicaba la existencia de una fruta capaz de cubrir las necesidades nutricionales de tres días, armas extravagantes y recetas para fortalecimiento y defensa.

El equipaje de un sobreviviente que está a punto de emprender un largo viaje en solitario.

Suspiró.

Él no quería vivir su vida en solitario.

– Hay tres cosas que debes saber

Desde la primera vez que escuchó esas palabras se sintió fastidiado, después de años, ya soñaba con ellas, pero eran palabras que regían su vida.

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora