7.28 Descubrimiento inesperado

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La cena consistió en carne de jabalí salvaje, el acompañamiento eran verduras asadas en brochetas, se tomaba un palo y se atravesaban todas las verduras que cada persona iba a comer, en cuanto a la carne se tomaba en trozos y se comía con las manos.

De esa forma no había necesidad de usar platos.

La comida era deliciosa, fue una lástima que nadie le prestara la atención merecida, todos los ojos estaban puestos sobre un punto en específico.

Helian Lauren y la mujer que colgaba de su cuello.

- ¿Viste el tatuaje en su nuca?

- Tribu de cuervos, pensé que odiaban a las otras tribus.

- Tuvieron una guerra interna hace cien años, cerraron sus puertas, alzaron las murallas y se volvieron herméticos.

Meses estaba sentado junto a Angela y los dos escucharon la conversación en silencio, sabían muy poco de la tribu de cuervos, por suerte la tribu de zorros estaba mejor informada.

Angela frunció los labios – dijo que Avis era lo más importante en su vida, ¿por qué la deja estar tan cerca?

Meses se encogió de hombros – dímelo a mí, conozco a Helian desde los cuatro años y estoy más sorprendido que tú.

Solo había una persona que podía darle sentido a lo que estaban mirando y esa persona estaba comiendo a dos manos un gran trozo de carne en completa tranquilidad.

Viéndolo comer tan felizmente Helian solo podía odiarlo más, las palabras, ¡un hombre no puede escapar de su destino!, de pronto cobraron sentido, había un destino para él y era muy negro y rodeado de mujeres.

Y de todas ellas la más insufrible era la princesa durmiente, esa mujer estaba obsesionada.

Cada mañana, cada tarde y cada noche, cuando comía, se bañaba e incluso cuando iba al baño la encontraba, sí se separaba del grupo para orinar ella estaba arriba de la rama de un árbol observándolo, solo por el susto tuvo que poner pausa y no pudo terminar lo que había empezado.

Pelear contra ella era imposible, una usuaria de la oscuridad mucho más experimentada que Avis con una agilidad sorprendente y un manejo básico de las pesadillas, cada vez que Helian quería atacarla lo que veía era el rostro de un ser amado, su madre, su hermana, su primo Meses y la mitad de las veces, Avis.

– Ya, déjame tranquilo – gritó.

Entre sus hombres la situación se volvió hilarante y un chiste privado con el que todos se burlaban.

Tras una semana de viaje Angela se mordió el labio y se plantó delante de la princesa Elisa.

- Yo – no podía encontrar las palabras – yo soy la esposa de Helian y él no te quiere cerca – en sus manos se formó una lanza de hielo – estoy dispuesta a enfrentarte – levantó cuatro paredes de hielo.

La princesa Elisa saltó antes de que la tapa fuera colocada extendiendo un hermoso e impresionante par de alas negras, al caer sobre el cuerpo de Angela la empujó hacia el suelo y destruyó sus defensas de hielo.

La más fuerte de todas las esposas de Helian, la princesa ancestral.

Los seguidores que se habían burlado de su líder durante varias semanas se sintieron conmovidos, para tener a dos impresionantes mujeres a su lado, Helian era el líder al que debían seguir.

La pregunta en ese momento era, ¿cuál de las dos sobreviviría?

Angela apretó las manos tomando la tierra sobre la que estaba acostada y la princesa Elisa la miró sin considerarla una verdadera enemiga, en ese momento un objeto redondo fue lanzado hacia ella y lo atrapó con una mano, era una manzana.

Meses las saludó con una mano alzada – sí no se dan prisa, Liam se comerá toda la carne.

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Algunas personas no comprendían el apetito de un lobo, no era culpa suya.

A su manera Helian iba tomando consciencia de las mujeres a su alrededor, pero tomaría un largo tiempo para que aceptara que ellas eran sus compañeras de vida y cuando tuviera las manos llenas, no habría tiempo para buscar a Avis.

Por supuesto, sus manos siempre podían llenarse un poco más.

Siguiente parada, la tribu de tigres, ahí había una tigresa muy dinámica y entusiasta esperando por una cuñada poderosa y Liam había encontrado a la mujer perfecta para ocupar ese puesto.

Algunos hombres, no podían escapar a su destino.

... ... ...

- Algo me hizo daño.

Era la tercera vez que vomitaba, la primera vez fue dos semanas atrás y fue porque se llenó de dulces, trató de averiguar si era cierto que comía el postre antes de la comida y en lugar de comida, solo comió postres.

La siguiente semana quiso cocinar, preparó estofado, colocó la olla con agua, esperó a que hirviera y fue agregando sal, carne y verduras, luego pensó que era poca carne comparado con las verduras y agregó más carne, eso hizo que quedara poca verdura, así que agregó más y entonces se quedó sin agua, agregó agua fría y de pronto el estofado dejó de hervir, agregó más sal, tomate, chile, especias y después de un largo tiempo terminó con una olla enorme de estofado incomible.

- Eso lo decide, soy terrible con las proporciones.

¿Por qué Liam lo sabía y él no?

Esa fue la segunda vez que vomitó.

Y finalmente, la tercera, las nauseas llegaron de pronto y tan súbitamente que vomitó en la mesa.

Después llegó el dolor de cabeza y el cansancio.

Ya eran dos meses desde que inició su entrenamiento y no había completado ni siquiera la primera de las diez fases, si hubiera puesto su plazo como pensó al principio ya tendría a esos dos buscándolo.

Salió de su espacio y fue a ver a Joan.

- Tengo una infección estomacal.

Joan que estaba revisando las cuentas de la tienda y volteó a verlo – traeré a un médico.

- No quiero, dormiré un rato, solo quería avisarte.

- Podría prepararle un té.

- Quiero pay de limón.

No debió alejar a su esposo, en esos momentos lo podrían estar cargando y mimando, ¿en qué estaba pensando?, tenía una vida para aprender la técnica de las tinieblas, en cambio su esposo no estaría ahí por siempre.

¿Qué pasaba si él se iba?

Si decidía que él era un compañero difícil y lo abandonaba, y sin importar cuántos años pasaran o cuán larga fuera su vida jamás lo encontraba.

- Encontré un pay de limón con trozos de durazno, señora – Joan entró a la habitación y palideció al verlo llorando – señora, ¿Qué le ocurre?

- No lo sé, de pronto sentí ganas de llorar, me duele la cabeza, quiero vomitar y, no quiero duraznos, ¿qué pasa conmigo?, jamás fui quisquilloso con la comida – quitó los duraznos de encima y se sirvió una porción.

Sintió que todo le molestaba.

- Apaga las velas, el aroma es muy fuerte.

Joan buscó en la habitación y no pudo encontrar velas, aunque sí había una encendida en el pasillo, el olor debió entrar cuando ella abrió la puerta – señora, ¿qué otra molestia tiene?

Levantó la cabeza con la cuchara en la boca – nada más, ¿quieres que tenga más malestares?

- No es eso, usted mencionó en la tribu de tigres que era un liano, son los miembros masculinos de la tribu de mariposas que pueden quedar embarazados, ¿cierto?

La cuchara cayó al suelo.

¿Estaba embarazado?

Estaba embarazado.

¡Estaba embarazado!

Y su esposo se fue, ¡a la mierda con darle espacio!, el bastardo lo embarazó y se marchó.

- Sí no regresa más le vale estar muerto o yo voy a matarlo

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora