2.12 Estallido

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Una de las fronteras entre la galaxia Zelta y Gama era el sistema ángel. Siete planetas sin vida giraban en torno a un sol mediano, dos de esos planetas eran tan lejanos a sol que eran más esteroides que planetas.

Esa ruta era la entrada de cientos de barqueros que transportaban millones de esclavos al año y durante los últimos tres meses el almirante Axel fingió no verlos y permitió el pase de docenas de barqueros con tal de mantener ese cuadrante bajo vigilancia sin alertar a los comandantes del comercio ilegal. Para él, un hombre que respetaba las reglas más que a su propia vida, no correr a arrestar a esos hombres ya era un gran sacrificio y se prometió encontrar la ruta para lograrlo más tarde.

En ese momento, la mayor amenaza era el dictador y genocida conocido como – Kraken.

La mitad de las fuerzas de la flota estelar en los planetas pantano ya estaba sobre los planetas del sistema ángel cuando algo apareció en la pantalla.

Medio día antes de lo planeado, un gran collar de asteroides apareció en el firmamento, en esa gran formación, cada gran roca era una nave de ataque mientras que las rocas medianas fueron atraídas por su campo gravitacional y viajaban junto con ellos.

El ejército del kraken no tenían una base en algún planeta, la gran nave nodriza y las de menor tamaño que ahora se acercaban, eran la totalidad de su nación, su número podía parecer poco impresionante pero esas naves destruyeron más de seiscientos planetas, su paso por la galaxia dejaba tras de sí solo destrucción.

Por siete años Axel llevó esa guerra a la galaxia Zelta con pocas victorias y un gran desgaste, ahora finalmente, el enemigo tocaba a su puerta.

– Envíen la alerta, informen al almirante, no, avisa a toda la flota.

Pocos segundos después de que el mayor a cargo dijera esas palabras, recibieron un ataque y la nave se convirtió en escombros.

El almirante Axel miró el mensaje en la pantalla, también vio que el origen de la señal ya no aparecía, sus manos apretaron la pantalla hasta que las puntas de sus dedos se volvieron blancas, miró al frente y dio la orden.

Un centenar de naves dejaron el planeta al mismo tiempo con dirección al sistema ángel, el movimiento causó revuelo, todos sabían el propósito de la misión, pero adelantar la salida, sumado a la mirada amenazante del almirante los hizo entrar en pánico.

En la nave del capitán Harlock el ambiente también era frío, Cedric apretó las palancas con fuerza y empujó lentamente, originalmente iban a salir en grupos de diez, en cambio ahora vio el gran número de naves a su lado, con pilotos experimentados el riesgo de coalición entre ellos era nulo, ellos no tenían un piloto experimentado sino al compañero de cama del capitán.

Las miradas que recibía eran como dardos apuntando a su cabeza, cada hombre y mujer alrededor pensaba que chocarían en cualquier momento, sí no era contra otra nave sería contra algún asteroide, en sus mentes ya se formaba el peor escenario. Dos personas lo miraron de manera especialmente mordaz, Sasha, su copiloto y Samus, el enviado por el almirante, durante los primeros minutos él permaneció en silencio, luego, sonrió maliciosamente.

– Cedric Meil, ¿cierto?, ¿cuántas misiones llevas?, para ser el piloto de toda la nave, debes tener algo de experiencia, descuida, tengo todos los datos de la estación Solarum, solo tienes que decirme dónde estuviste.

Hubo algunos murmullos y risas por lo bajo, todos sabían que antes de ser el piloto del lunar Dos, Cedric no era más que un cadete que reprobó todos sus exámenes, según sus estándares, no estaba calificado ni siquiera para controlar un buque de carga, en lugar de eso las vidas de todos estaban en sus manos, no podían más que lamentar ese desarrollo.

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora