2.21 Confrontación (2)

590 116 10
                                    

El espacio sobre el planeta pantano tres fue un desastre desde que el Kraken apareció con sus grandes embarcaciones y todos los nuevos reclutas esperaban en la base mientras las imágenes provenientes de los satélites les daban una idea de la batalla.

Con cada carguero que caía o explotaba, un sentimiento de pérdida los inundaba, con cada misil del enemigo destruido y con cada daño a las embarcaciones, un grito de júbilo emergía.

Sus vidas dependían del resultado de esa batalla, sí la flota perdía, no habría tiempo suficiente para dejar el planeta.

El tiempo en el que las embarcaciones de las otras bases deberían llegar ya estaba sobre ellos, un retraso de ese tipo solo significaba que no planeaban llegar hasta después de que la victoria fuera segura o que, en realidad, nunca planearon hacerlo.

Esperanza y desesperanza bailaban alternándose la pista en cada minuto.

Y solo eran las emociones de los espectadores, en el espacio, dejando la atmosfera detrás, las naves luchaban por mantenerse con vida.

Cedric sabía que parte de su habilidad pertenecía al tatuaje, él no entrenó ni practico, se tatuó y súbitamente fue capaz de manejar un carguero, sin embargo, siempre que estuvo al mando, sintió que era él quien pilotaba.

Por primera vez, sintió que otra persona lo estaba usando.

La batalla cambió, los tentáculos del Kraken fueron cortados uno por uno y la invasión que se suponía debía ser a las embarcaciones de la flota, fue al revés, el Kraken fue invadido.

Todos miraron cuando la nave insignia del almirante Axel hizo contacto con la embarcación del Kraken y sus hombres entraron a la nave, no había imágenes, solo podían esperar lo mejor.

El capitán Harlock observó con atención – Jora, haz un recuento de los cañones que fueron deshabilitados, dame una ruta.

Los dedos de Jora regresaron al teclado mientras buscaba un punto, sus labios se abrieron cuando Cedric ya había dirigido la nave en una dirección precisa.

Liam sonrió – artilleros en posición.

Desde la nave docenas de misiles fueron lanzados causando explosiones en la embarcación mientras en la parte interna el Almirante se abría paso con su arma atravesando la piel de los bichos que se lanzaron sobre ellos, los soldados no esperaban que fueran tantos, el Almirante en cambio, sabía que la situación sería de ese modo.

En un ataque sincronizado un misil fue lanzado y el Almirante disparó provocando una explosión detrás de los bichos que mató a la gran mayoría, después de eso siguieron adelante.

Una batalla que debió perderse, acabó con una sola confrontación.

El Almirante Axel con un traje de armadura completa, un arma cargada contra un hombre cuya piel estaba totalmente tatuada, a Cedric le habría gustado ver esa escena, solo podían esperar, esperar que la habilidad del príncipe fuera suficiente para ver a través de esa batalla y apoyar al ganador.

Porque, ese ganador debía ser el Almirante

¿Cierto?

La incertidumbre amenazó los corazones de todos mientras esperaban el resultado, nadie sabía lo que pasaría.

Una imagen llegó a la cabeza de Cedric, en realidad, todos esperaban el resultado, lo suficiente como para olvidar que esa no era la única nave. Giró de prisa y en la pantalla apareció la segunda embarcación, la mitad se encontraba destruida y ya no tenían cañones, pero sí misiles, todavía podían hacer daño sí los hacían llegar a la embarcación y aumentaban el número de bichos.

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora