2.9 Tatuajes (1)

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Momento incómodo.

Cedric se cubrió la boca para callar el gemido, pero ya era tarde, el Capitán Harlock escuchó claramente y sonreía con el mismo gesto que pondría un niño después de una victoria. Cedric sintió que había perdido algo importante.

– No te dejaré pilotear la embarcación hasta que por lo menos aprendas a sostener un arma – sin prestarle atención a sus emociones, Liam lo sujetó de la muñeca, lo jaló a cierta distancia e inició un simulador, un escenario apareció frente a ellos junto con un arma que bajó de una apertura en el techo, Liam la tomó, desde que llegó a ese mundo solo había pasado un par de días y ya dominaba las cuatro armas principales, qué Cedric no pudiera manejar una de ellas era ridículo, colocó el arma entre sus manos de forma correcta y guio su postura enderezando su espalda y levantando sus hombros.

– La pantalla se activa en este punto, detecta marcas de frío y calor, también te muestra imágenes en la oscuridad y cambia entre ambos dependiendo tus necesidades, la mira detecta la amenaza de forma automática – al elevar sus brazos, la sensación del arma en los dedos de Cedric cambió – usa tu cuerpo para guiarlo.

La voz del capitán Harlock resonó en los oídos de Cedric, podía sentir el aliento de su respiración sobre la piel de su cuello, manos grandes y gruesas le tocaron los hombros, los brazos y empujaron sus pies para que el peso de su cuerpo estuviera bien equilibrado.

Visto de lejos, no era diferente de cualquier otro instructor, el contacto no era demasiado íntimo, solo lo necesario, tampoco estaba siendo acosado, las palabras del capitán fueron claras y precisas, guiándolo mejor de lo que un simple manual lo haría, sí alguien entraba en ese momento no sentiría que estaba interrumpiendo algo importante, solo una sesión.

Y sin embargo

Los latidos del corazón de Cedric eran tan fuertes que estaba convencido de que el capitán podía escucharlos, sus ojos pasaban de la pantalla del simulador al rostro del capitán en tantas ocasiones que falló la mitad de las veces, su cuerpo se contrajo, sus pies se movieron muy despacio en dirección al capitán como si repentinamente quisiera estar más cerca.

¿Qué le estaba pasando?

Cerró los ojos con fuerza.

– Ahora entiendo por qué fallas – un dedo lo golpeó en la frente y abrió los ojos para encontrarse con el rostro del capitán – apuesto a que lo harías mejor sí de vez en cuando abrieras los ojos.

Sus mejillas adoptaron un tono verde más intenso.

Liam intentó no pensar en un vegetal, pero tuvo que admitir que el chico se veía adorable.

– Inténtalo de nuevo.

Cedric asintió con la cabeza, sujetó el arma y esperó a que el simulador comenzara, una vez que lo hizo, apuntó girando su cuerpo hacia las direcciones en las que aparecían objetivos, falló un tercio de los tiros y de los dos tercios restantes solo la mitad resultaron en tiros mortales, el resto solo dejaría heridas fáciles de curar para el nivel de regeneración de los hombres de la galaxia Zelta.

Nueve simulaciones más tarde Cedric sacó un puntaje del 64%

Liam bajó la cabeza, no había duda en que el chico lo intentaba, pero ¿por qué era tan malo?

Incluso un novato después de un poco de orientación daría buenos resultados, tampoco podía culpar a su pasado, Cedric fue un esclavo en la embarcación del Kraken y su planeta fue destruido por ese monstruo, pero cuando él apuntaba, no había la menor señal de ira o venganza, no estaba focalizando su odio, él realmente lo estaba intentando, lo que hacía que sus fallos fueran más anormales, sin importar cuánto lo intentara, Cedric fallaba.

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora