3.5 Soy una acosadora

489 86 9
                                    

Era de mañana, la luz del sol se filtraba por la ventana, el ambiente era un poco frío, pero había una agradable frazada encima de su cuerpo y el olor en el aire era dulce.

Respiró profundamente antes de recordar su dolor de la noche anterior y se paró enseguida para ver a Tadeo sostener una bandeja con comida y dejarla sobre la mesa – Buenos días, tuviste una pesadilla anoche.

La sonrisa en el rostro de Luna era tan grande, saltó de la cama y corrió a ver la comida, se dio cuenta de que no se había aseado y se disculpó para ir a hacerlo, después salió y se sentó a comer tomando un poco de cada plato.

– No sabía lo que gustaba comer, así que traje todo lo que pude, ¿cuál es tu preferido?

– No tengo un favorito, solo como.

Tadeo sonrió ante la idea y la miró comer y alternar entre alimentos dulces y salados – sí haces eso te dolerá el estómago.

Luna parpadeó – sí me hará daño, ¿por qué la trajiste?

– Mi error, la próxima vez traeré mi favorito, pero sí no te gusta, no puedes culparme.

Ella sonrió de nuevo y siguió comiendo.

Tadeo se alejó ligeramente para pensar en la situación, en un mes el sabio oscuro saldría de su reclusión y buscaría a Tarus para convertirlo en su discípulo, sufriría varios rechazos y más tarde, cuando Melisa se suicidará, sería el propio Tarus quien lo buscaría.

Gran parte del motivo por el cual Tarus masacró a tantas personas fue ese maestro, alimentó su odio y su deseo de venganza, no se detuvo hasta crear a un ser frío y maligno dispuesto a matar para borrar el dolor de haber perdido a su amada.

Tenía que eliminarlo.

También tenía que hacer otra búsqueda, en ese mundo existía otra presencia insondable, una maestra nigromante conocida como hada azul, su verdadero nombre era Cristal, ella se convirtió en la única nigromante aliada de los humanos al ayudarlos durante dos guerras, pero después de hacer el trabajo duro y casi sacrificar su vida los humanos le dieron la espalda y la encerraron, ella escapó con ayuda de los cadáveres y más tarde se encerró en una prisión de hielo.

Su fe en la humanidad había muerto.

En diez años, después de que la masacre creada por Tarus alcanzara niveles mundiales, el hada azul despertó e intentó detenerlo, se consideraba a sí misma la mejor y más fuerte nigromante que hubiera existido, pero para ese momento Tarus ya había alcanzado un alto nivel y después de una dura y larga batalla, ella murió.

En ese nuevo rumbo Tadeo tenía planeado convertir a esa mujer en la maestra de Tarus, ella le enseñaría que la nigromancia no era inherentemente maligna, lo separaría de la sociedad de ser necesario y lo guiaría por un nuevo rumbo, lo que fuera de su vida después de eso era cosa suya, la misión de Tadeo solo consistía en salvar el mundo, quería terminar rápido con esa misión, entonces tendría tiempo de buscar a su virus acosador.

– Sistema, ¿crees que él está aquí?

[Anfitrión, hice un escaneo, no detecto un virus, tampoco lo detecte en el mundo anterior]

Ya sabía la respuesta antes de hacerla, su virus era bueno ocultándose, solo eso explicaba que estuviera implicado en la misma historia del mundo, debía ser lo mismo en ese caso, ya que Tadeo iba a apresurar todo, muchas situaciones serían diferentes, el virus podría estar lejos, encontrarlo sería difícil, solo tendría tiempo una vez que derrotara al sabio oscuro, despertara al hada azul y devolviera un poco de esperanza a ese mundo.

Luna terminó de comer y corrió a ver a Tadeo con un plato en la mano – no has comido.

– Cene un tigre.

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora