2.15 Destino (3)

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La estación Jade, del planeta pantano 3 vio el cielo cubrirse de las naves que horas antes dejaron la estación, la sorpresa no fue solo que regresaban antes de tiempo sino el número de naves que volvieron y los obvios daños.

El navío Alusio aterrizó sobre el agua incapaz de mantenerse en el cielo por más tiempo, los servicios de emergencia volaron para socorrerlos. De la misma forma, las otras naves presentaban problemas.

El capitán Harlock bajó y miró al encargado de ingeniería, el hombre tenía la tez pálida – Teniente Sun, ¿cuáles son los daños?

Vio al teniente tragar saliva – la nave opera al 35%, el último proyectil daño los soportes vitales, de no haber regresado en ese momento, no habríamos durado mucho, capitán – intentó sonreír – el daño al escudo también es considerable, ordenaré las reparaciones, podríamos estar en línea en un mes, tal vez dos semanas sí el almirante nos da prioridad.

– Bien, buen trabajo manteniendo el escudo, nos salvaron la vida – palmeó el hombro del teniente Sun y siguió caminando, casi enseguida se topó con el teniente Ergo de artillería y la mujer a su lado, maldijo mentalmente.

– Capitán, ella es la soldado Cian Merle, es la artillera encargada del disparo al cañón – se mostró muy orgulloso – mi mejor soldado.

Con una rápida revisión a la historia Harlock pudo ver que ella no solo era su mejor soldado, también era su sobrina, la participación de la artillera Merle era esporádica, con el apoyo de su tío eventualmente se ganaría una buena reputación y sería presentada al almirante Axel, se enamoró a primera vista y más tarde lucharía contra el príncipe Dion convirtiéndose en un obstáculo simple, para el protagonista de esa historia que podía ver el futuro, bastó un pequeño movimiento y la chica fue enviada de regreso a la base Solarum.

– Un excelente trabajo, en el futuro podríamos necesitar de sus habilidades, teniente, vea que entrene más tiempo en los cañones – Cielo mostró una sonrisa emocionada, Harlock no podía darse el lujo de perder a un buen elemento solo porque se puso en el camino del protagonista, lo mejor era evitar que ella y el almirante se conocieran.

En la parte baja de la base 25NE donde el navío Lunar – Dos fue asignado, dentro de un gran depósito previamente evacuado, se encontraba la sección arrebatada de la nave del kraken, varios soldados esperaban instrucciones para disparar, solo esperaban por sus superiores.

Harlock fue el primero en llegar, a su lado estaba el teniente Ergo y el propio Cedric, su presencia en ese lugar no tenía sentido, pero se dio cuenta algo tarde, en realidad solo siguió al capitán, fue como si lugar estuviera a su lado, una vez que entraron al depósito y vio la sección destrozada, maldijo su propia ceguera mental y deseó dar la vuelta.

– Ahí estas, tengo cuarenta mensajes de mi asistente, ¿de verdad enviaste a Samus a la prisión de tu nave? – el almirante Axel mostró una pantalla apenas llegó, en ella se podía ver la fotografía del asistente Samus Rinnegan junto con el sello en rojo de su aprisionamiento.

– Se atrevió a negar mis órdenes en pleno combate, lo pase por alto por ti, pero después trató de golpear a mi piloto, eso nos habría matado a todos en la nave, no tuve otra opción.

Axel sonrió, desde el comienzo supo que era una mala idea meter a Samus en la nave de Max, era obvio que el chico solo quería estar cerca de su viejo amante y claramente se mostraría celoso del nuevo compañero, solo no creyó que sus celos realmente lo cegaran, el chico por lo general era demasiado dulce e inocente, incapaz de asesinar a un bicho – no está hecho para el aprisionamiento, lo regresaré a mi navío para que no te moleste.

– Me parece bien.

Acabada la conversación, ambos miraron a Cedric, instintivamente él miró hacia atrás, para darse cuenta de que la persona a la cual estaban mirando era él.

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora